Capítulo 5

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Una suave canción sonaba de fondo en el trayecto

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Una suave canción sonaba de fondo en el trayecto. Me encontraba nuevamente en un auto con Derek, solo que no recordaba la primera vez que lo estuve. Era un deportivo gris bastante moderno de dos asientos.

—¿Este es tu auto? —pregunté antes de poder detenerme a pensar. Ahora pensaría que era una entrometida. —Digo, no recuerdo esa parte de la noche —completé intentando explicar mi curiosidad. A él pareció no molestarle mi duda.

—Me imagino —asintió apretando los labios después de dar un suspiro. Su rostro se tornó completamente serio.

Me permití verlo por unos segundos. Llevaba unas gafas de sol que lo hacían lucir más masculino que nunca. Tenía la mano izquierda en el volante, y la otra descansaba sobre la palanca de cambios. Noté por primera vez otro tatuaje que tenía en el interior del antebrazo izquierdo, se trataba de dos triángulos huecos que apuntaban a su mano, y otros dos en dirección opuesta, el primero y el tercero estaban atravesados por una línea cerca de la punta. Los trazos eran delgados y minimalistas. Al igual al otro que había visto, no era el clásico tatuaje que buscaba saltar a la vista.

Cada vez que hacía un giro, o cambiaba la marcha, los músculos de sus brazos se tensaban sin llegar a ser muy prominentes. Se notaba que se mantenía en forma, pero no de una forma exagerada, sino atlética... Ideal para mi gusto.

«Cálmate, Ava».

Desvié la mirada antes de que se percatara de mi exhaustiva contemplación. Lo que menos necesitaba era que creyera que lo estaba observando, cosa que estaba haciendo, pero él no debía saberlo.

—Sí, lo es —respondió mi duda aún viendo al frente.

—Es lindo —dije no muy segura de cómo describir un coche deportivo. Creo que vi una sonrisa de lado, pero fue tan corta que puede haber sido mi imaginación.

—Es un Ferrari Roma —aportó como si eso significara algo. Apreté los labios. Había escuchado que era bueno, pero esas palabras no tenían ningún tipo de efecto en mí. —Jamás he visto a alguien que reaccione así frente a un coche así —reconoció divertido.

¿Cómo se supone que debía reaccionar? ¿Felicitarlo?

«Bien por ti».

—¿Tu padre nunca te enseñó de autos? —Esa pregunta me descolocó. No solo fue completamente machista, sino que una de las palabras que utilizó causó que todo mi cuerpo se tensara.

—No —respondí al cabo de unos segundos removiéndome en el asiento. No supe qué cara habré puesto para que se disculpara instantes después.

—No quería incomodarte.

Forcé una sonrisa y negué con la cabeza restándole importancia. No era un tema que solía tratar. 

A partir de ese momento, un silencio incómodo invadió de fondo. Solo se escuchaba la letra de una canción que me pareció reconocer como Saved de Khalid. Ninguno dijo nada de ahí en adelante, y me limité a observar cómo los edificios iban desapareciendo para ser reemplazados por árboles y pastizales.

ALBA © [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora