Capitulo 5 (Atenienses)

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-¡¡¡¿QUÉ DEMONIOS?!!!- Aquel hombre peli azul, giro su vista hacia dónde provenía esa voz.

-Por... Por... Favor... A...Yu...Deme...- La voz del pequeño cordero, parecía apagarse, el golpe recibido, le provocaba que su vista se estuviera nublando, el terror lo estaba agotando.

-¡¡¡Déjelo en paz!!!- El joven de cabellos rubios, delgado pero bien proporcionado, siendo alto, llevando una túnica de color beige, con detalles blanco, un cinturón negro grueso, pantalones negros y unas botas negras de igual forma, llevando un símbolo en el antebrazo.

-¡¡¡PIÉRDETE IDIOTA!!!- No estaba prestándole mucha importancia al joven, haría lo que quería hacer, nunca nadie antes lo va a detener.

Aquel chico, apretaba sus nudillos, y mandíbula odiaba ver esa injusticia en los faunos omegas de esas tierras.

No se quedaría sin hacer nada, pertenecía a un gremio importante, donde la justicia era el lema principal.

Sin pensarlo dos veces, en ambas manos invoco dos aros dorados, arrojándolos hacia el hombre que estaba por hacerle daño al pequeño.

Mientras viajaban en el aire, se desplazaron a cuatro en total.

Estos dieron en el blanco, provocando que el hombre fuera capturado por esas armas, dejándolo sujeto a un árbol por ambas extremidades.

No era posible zafarse al menos que el dueño lo haga, si te tratabas de zafar se apretaban más contra la víctima.

-¡¡¡HAAAAAAA!!! ¡¡¡MALDITOS SEAN... LOS SEGUIDORES DE ATENA!!!- Estando de esa forma en el árbol atrapado, con aquellos aros dorados ajustándose a sus muñecas y tobillos.

Al no sentir ese opresor peso sobre él, intento incorporarse, aun debía huir... Alejarse lo más que pudiera, pero... No estaba bien, no se sentía estable.

Su primer pensamiento fue tratar de cubrirse, pero su ropa estaba desecha, aun temía... Si ese nuevo humano enfrente de él, lo lastimaba, ya no tenía la fuerza para seguir.

Sintió como se acerba, cerro sus ojos, estaba esperando algún golpe o lo que fuera... Estaba temblando, y se manchaba la sangre en su cuerpo del labio partido.

Mas lo único que sintió fue como una sueva tela caía sobre él, para cubrir su frágil ser. Esto no lo esperó, levanto su rostro con suavidad, para encontrase con la cara de su salvador.

Este hombre rubio por su parte se había inclinado a él, su mirada azul apenas visible por sus ojos entrecerraos, pero una cálida mirada, con una débil sonrisa, contemplaba al menor.

-¿Estas bien?- trato de tocar el hombre del pequeño.

-¡¡¡NO!!!- Se cubrió rápido con sus manos, sujetando la tela, y su temblor se hizo más presente.

-Tranquilo... No te abre daño- Le habla con la voz más dulce posible, pero parecía que no funcionaba.

-¡¡¡CUANDO SALGA DE AQUÍ!!! ¡¡¡TE HARE PAGARA MALDITO ENTROMETIDO!!! ¡¡¡Y ESE NIÑO SERÁ SOLO MÍO!!!- Si cabello estaba completamente desordenado, sus ropas desarregladas y una expresión de desquiciado en sus ojos.

Este joven rubio, frunció el ceño, odiaba escuchar a sujetos como el alzar la voz. No eran para nada dignos de ser capaces de hablar, eran peores de lo que pensaran de los faunos.

Ellos tenían más derechos de libertad que escorias como este sujeto.

Más aún estaba sujetado por las reglas de su gremio, respetar cualquier vida de seres vivos nacidos bajo la luz.

Pero no impedía, por lo menos callarlo, un quinto aro salió de sus manos, lanzo aquello para el cuello de ese sujeto, apretándolo un poco.

-¡¡¡ESTO... LO... VAN... A PAGAR... MUY CARO...!!! Estaba perdiendo el sentido, la falta de aire lo estaba dominando.

Mi Único Deseo (ShakaXMu) YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora