Capitulo 2 (Un Momento)

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---Días después---

Como cada semana, fue un martirio para ambos faunos, Shion regresando mal herido en todo su cuerpo, la sangre escurriendo de el mismo, tratando de cubrirse lo mejor que podía con las ropas que en vez de decir eso, era solo tela raída, que lo lograba cubrir más que nada de su parte baja, no quería que su pequeño viera nada de que lo asustara por los moretones que ella presentaba.

Mu por su parte, trataba de cuidar de él, limpiándolo, vendándolo con misma tela de ese tipo, ambos se tragaban su dolor y tristeza, forzar una leve sonrisa cada madrugada era lo único que lograban hacer, al final el mayor lo abrazaba, tratando de cubrirlo, por la soledad que le estaba dando y no podía hacer nada.

Pero existían noches, que se podrían der eran tan escasas, aunque sea unas veces al año, no debía cumplir esa obligación tan horrorosa. Cuando ese hombre tan despiadado, salía y se divertía en otros lugares, el peliverde podía respirar con tranquilidad, sintiendo como el alma le regresaba, sin temer que algo malo ocurriera.

Y hoy era una de esas veces, había pasado la hora designada que el hombre obligaba a su fauno a ir con él, nunca irrumpió en el cuarto tan humilde que se encontraba debajo de la casa, un sótano húmedo y sucio.

El pelilila, miraba con medo esa puerta, temía que se abriera en cualquier momento, se encontraba apoyado con su espalda a la pared, doblado de sus rodillas, abrazando las mismas, con tanto terror, que su piel palidecía con cualquier sonido, lo cubría una tela tan dura y vieja que parecía manta, siendo como vestido, lo mejor que pudiera suceder.

Su padre suspiraba al verlo, le causaba tanta culpa de no darle una vida mejor, algo que no le causara tanto dolor, se odiaba a veces por haber nacido como un fauno omega, si fuera más fuerte y se enfrentara a él.

Más temía como siempre, que no pudiera hacer nada más y al final tocara a su pequeño.

Se acercó a su pequeño y lo abrazo con fuerza, atrayéndolo a su pecho, queriendo trasmitirle todo su amor y calor, para que olvidara ese medio, lo que provoco fue que al principio se sobresaltara y lo mirara con terror, pero al darse cuenta que era su progenitor, respiro tranquilo, pero las lágrimas cayeron, sobre el peliverde.

El niño solo se abrazó fuertemente, se sentía seguro en los brazos del mayor, era el único lugar que podría decir que es suyo, pero que se lo podían arrebatar como siempre.

Un sonido de pequeños golpes se escucharon de parte de esa puerta.

Acto seguido, ambos levantaron la cabeza.

Los ojos rosas, fijos en la puerta, mirando tristemente, no tendría tranquilidad esa noche, su pequeño aferrándose a él con toda sus fuerzas, ocultando su terror en él.

-Oye... Pequeño fauno... Te traje algo de comer- La voz suave de un hombre, conocido por ambos, les trajo algo de calma.

-Ese es...- El menor levanto su cabeza, le tranquilizo.

-Camus...- Musito el peliverde, el cual se incorporó, con suma dificultad, después de todo cada noche su cuerpo lo resentía al día siguiente y posiblemente para el resto de su vida.

Camino lento, hasta la puerta –Camus... ¿Eres tú?- Pregunto, por miedo a que fuera una trampa.

-Si- Abrió la puerta lentamente, dejando en las manos del fauno lo que parecía ser un plato de una sopa fría y un pedazo de pan –Lo siento... Solo pude traer esto para tu hijo-

Le sonrió débilmente, demostrando su agradecimiento –No, no te preocupes- Niega con la cabeza –Muchas gracias-

-No te preocupes por esta noche, ese hombre... Se fue- Le dijo aquello, como si fuera la información más valiosa del mundo.

Mi Único Deseo (ShakaXMu) YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora