Amigos, en las buenas y en las malas [TodoBaku]

No es cuestión de edad, sino de personalidad.

[Primero que nada, está es una historia de ficción, así que pido que por favor nadie se ofenda. Segundo, como mujer, creo que cada una tiene derecho a decir su futuro de la forma que quiera y eso no significa menospreciar el movimiento feminista. Por último, el aborto es un tema serio en América Latina pero en otros países estaba bastante normalizado y es aceptado por la sociedad moderna pero obviamente cuando se trata de un individuo las particularidades de su caso son más complejas. Es es todo, gracias por su atención]

Ella nunca se considero tonta o ingenua. Quizás sí despistada. Pero había diferencias entre ser despistada y lo que estaba experimentando.

Estaba en sus vacaciones de primavera antes de ingresar a su último año de preparatoria. Desde hacía dos semanas que no se sentía nada bien y sus padres le habían dejado sola en una de sus casa de campo.

Camie no se quejaba pero ese día le hubiera gustado que su madre se quedará en casa. O la mucama de confianza que la conocía desde niña. Tal vez así todo habría sido más sencillo de afrontar.

Desde que era niña, la casa de campo en de su familia no era de su agrado. Todo quedaba muy lejos, mayormente lo que podía verse era lo verde de los árboles y el prado. Si, era muy bello pero le hacía sentir como la princesa encerrada en un castillo encantado.

Aunque a las princesas no les dolía el estómago como si se lo estuvieran perforando o eso creía ella.

Ya no aguantando más, ni el dolor ni las náuseas. Se tiró de espaldas en la cama, tenía una pertuberancia redonda en la zona baja del abdomen y le apretaba la vejiga.

Una amiga suya le había obligado a hacerse el test de embarazo después de una fiesta donde no se había cuidado y ella lo hizo pero —por miedo o la negación misma— en vez de verlo cuando lo hizo, termino por arrojarlo a la basura y asegurarle a su amiga que estaba bien.

Y ella realmente suponía que lo estaba. Pudo cursar con normalidad su tercer trimestre, tuvo su periodo hacia un mes y medio, como era irregular lo vio como algo normal. Luego de eso, nada más, solo ese día tenía unas fuertes náuseas y un agudo dolor en su estómago.

Su cama hacía ruido bajo su peso, debido a que buscaba una posición cómoda pero ninguna servía. En un momento, harta y cansada, se paró para irse a la ducha, creyendo que eso la ayudara.

Grave error.

La castaña apenas puso los pies descalzos en el frío piso de cerámica, sintió como algo liquido empezó a escurrir entre sus piernas y un estremeciento en su columna casi le hace irse contra el piso.

Bien, líquido saliendo por su vagina. Aquello era muy malo.

Malo, malo, malo.

Camie llevo una mano hasta su zona vaginal, viendo con horror que no era orina sino un líquido transparente y con sangre. Quiso gritar, correr y gritar por toda la enorme casa por ayuda. Pero sabía que no la recibiría. Así que como pudo, se puso de pie y agarró un bolso deportivo, lo primero que hallo a su alcance.

Debía tener suficiente dinero como para pagar un taxi, si llegaba a la parada más cercana que era a tres kilómetros de distancia. El hospital de ese lugar quedaba en algún punto de una pequeña comunidad agraria, conocía el lugar por un accidente que había tenido de niña y sabía que era bastante precario pero no tenía otra opción.

Era eso o esperar a que su madre la encontrara medio moribunda sobre su alfombra de quinientos mil yenes.

Camie sentía que cada paso que daba hasta la salida de su casa como el infierno mismo. Dolía horrores y su cuerpo estaba sudando por todos lados, podía sentir el latido de su corazón en sus oídos.