Amigos, en las buenas y en las malas [TodoBaku]

Corazón viejo.

—Me voy a ir a vivir con Tensei —mostró su mano con vergüenza —Y posiblemente nos casemos en unos meses o en un año.

—Yo pienso adoptar a Emiko junto con Katsuki —siguió Shoto —Oh, lo de ir a vivir juntos también suena bien. Gracias por la idea, neesan.

En ese momento, Rei contuvo la respiración y vio hacía su ex-esposo que tenía la mandíbula fuera de lugar. Con una precisión increíble, su otro hijo Touya paso por la puerta del comedor con una niña en brazos y otro niño un poco mayor aferrado a su pierna.

—Lo siento, llegue tarde —comento como si nada el azabache abriéndose paso en el comedor —Natsume es muy quisquillosa con su ropa y el delincuente de aquí no quería darse un baño —sacudió los cabellos del niño —Ren, ve a darle tus saludos al abuelo. Es el anciano idiota que esta con la boca abierta a el final de la mesa.

Rei creía que era demasiado para el corazón de su ex pero cuando estaba por pedirle a sus hijos que ordenarán sus historias y le explicarán la situación a el pelirrojo se escuchó un, ¡puum! Por toda la sala.

Enji Todoroki se había desmayado.

El hospital tenía una bella decoración. Guirnaldas por todos lados, luces de colores y un árbol gigante en la entrada junto con unos árboles más chiquitos en los mostradores de recepción. Ese año su hermana había elegido usar los colores blanco y dorado para las decoraciones.

A Shoto le gustaba el dorado, si fuera un poco más claro le recordaría a el cabello cenizo de su novio. Pero así como estaba el color también estaba bien. Entre tanto blanco del hospital daba un brillo que hacía sentir a uno el espíritu festivo.

No que él tuviera demasiado pero sus hermanos se lo terminaban contagiando de una u otra manera.

— ¡Sho! ¿Cómo vas? ¿Quieres un descanso?

La voz venía desde abajo, su hermano Natsuo le miraba con una sonrisa y el bicolor bajo los brazos para dejar la serie de luces que estaba colocando en el techo. Necesitaba las manos libres para bajar por la escalera y sentarse en el segundo escalón para quedar a la altura de los ojos del mayor.

Su hermano llevaba un traje de duende, todo verde con calcetines de franjas rojas y tenía un gorrito con una campana al final. Irradiaba espíritu navideño.

Shoto esperaba que su plan no fuera vestirse de esa forma durante su cena. Ni la familiar ni la del evento al que debían asistir en un par de horas.

—Estoy bien, niisan —contesto de forma monótona —Pero, ¿necesitabas mí ayuda con algo?

—No, no. Pero pensé que un descanso te vendría bien —movió la cabeza el mayor, haciendo que la campana que tenía en el gorro hiciera ruido —Después de nuestra cena, ¿acaso no piensas salir con Bakugou? Si estás tan cansado no podrás pasarla bien.