Camie había dejado solo una nota y un paquete de pañales junto a el canasto.
"Hablamos en las vacaciones de verano".
Solo que para las vacaciones de verano faltaban tres meses y Bakugou Katsuki necesitaba respuestas inmediatas de porque había un beb...
Estaba bastante cómodo. La piel cálida contra su espalda le hizo suspirar gustoso y con una dificultad que antes no había experimentado se vio obligado a dejar la cama aunque no sería por mucho tiempo.
Simplemente, iría por Emiko al dormitorio de Shinsou y volvería a el de Todoroki para acostarse otra vez con él. Era muy de madrugada, las clases todavía no iniciaban y la única razón por la cual Bakugou despertó fue por su vejiga que pedía ir al baño.
Debían ser eso de las cuatro de la madrugada, había dormido solo una hora y necesitaba al menos dos más para poder enfrentar el día escolar. En el baño se limpio —a conciencia— el estómago debido a que el semen que había quedado de su masturbación con el bicolor estaba seco. Y sabiendo que el más alto también estaba sucio, subió un trapo húmedo para limpiarlo una vez estuviera en el dormitorio.
Katsuki caminaba despacio y para cuando llego a la puerta del dormitorio de Hitoshi estaba por tocar pero noto que la puerta estaba abierta y la habitación iluminada. Con una ceja alzada abrió la puerta y paso al dormitorio.
Inmediatamente sintió que necesitaba una explicación de lo que había pasado ahí.
Izuku estaba de ocupante en la cama que debía ser del chico de ojos purpura, Emiko dormía cómodamente contra su pecho y estaba aferrada a su remera. Por otro lado, Hitoshi dormía en el cómodo piso con un cojín y se notaba que debía estar pasando frío.
El cenizo no pudo evitar preguntarse cuánto tiempo llevaba ahí el de pecas y que rayos había hecho para que el de ojos violetas le dejara su cama. O más, ¿acaso ellos hicieron algo en ese dormitorio?
Deku estaba ebrio. La última vez que le vio en el juego de yo nunca estaba bastante ebrio.
El de ojos rojos eligió dejar a la bebé —parecía estar bien y muy cómoda como para despertarla— con su amigo de la infancia. Se retiró muy lentamente del dormitorio, apagando la luz al final y por piedad a Shinsou tirándolo una sábana que había visto por ahí tirada. Luego se volvió para el dormitorio de el bicolor.
Todoroki seguía en la misma posición de antes, de costado y con un brazo extendido que él uso de almohada. El cenizo sonrió y se acercó para limpiarlo. Una vez termino volvió a acostarse y a sentir como los brazos del contrario envolvían su cintura.
Antes de quedarse dormido puso su alarma y hecho eso, cerro los ojos.
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Su cabeza se le partía, literalmente. Era horrible. Un dolor punzante que le hizo soltar un par de quejidos y que se moviera incómodo un par de veces.
Al menos las dulces risas del cenizo ayudaban a que no se sintiera completamente miserable.
—Shoto, ve a bañarte —indico el cenizo que estaba acunando su rostro con ternura —Eso te ayudará, tonto.
El bicolor frunció el ceño. Bien, la cabeza se le estaba por dividir a la mitad como los colores de su cabello pero estaba muy a gusto en el abrazo del contrario y pensar en dejarlo solo por ir a darse una ducha —con agua fría, para rematar— no le hacía gracia en lo absoluto.