Bañando a Emiko.

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Bakugou sabía que posponerlo por más tiempo estaba mal pero después de el último susto no quería arriesgarse.

No obstante, la higiene era algo importante. Limpiar a Emiko con toallitas hiporlagenicas podía ser considerado un acto de negligencia por su parte. Debía mantenerla aseada e higienizada correctamente.

Pero, ¿cómo lo hacía?

Los baños eran públicos y no sabía los horarios de todos para usarlos —no era su incumbencia ni le importaba— él los ocupaba tarde por la noche o en las mañanas después de salir a correr. Algunas veces estuvo solo, otras Iida estuvo en ese mismo horario y ocasionalmente Tokoyami tarde por la noche, casi la madrugada.

Debía idear un plan para llevar a cabo su trabajo. Un plan dónde no involucrara a sus amigos porque era simplemente pedirles demasiado.

Ashido, Kaminari y Kirishima estaban agotados con las actividades físicas de sus clubes, sumado a eso la presión de ser atletas participantes del festival deportivo. Lo mismo corría para Sero que por ser de último año —y presidente de su club de arte— le dieron la tarea de decorar toda la escuela y sus alrededores como le pareciera.

Ninguno de ellos podía soportar más cargas como quedarse despierto hasta tarde.

Pero había un bastardo que sí podía hacerlo.

Todoroki, quien no pertenecía a ningún club —aunque sí estaba incluido en las competencias— y tenía todo su tiempo a su disposición.

El tema era, ¿cómo rayos se lo pedía?

—Todoroki-san, ¿por qué está viendo tan fijamente a Bakugou-san? —quiso saber Yaoyorazou

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—Todoroki-san, ¿por qué está viendo tan fijamente a Bakugou-san? —quiso saber Yaoyorazou.

—Cuando frunce el ceño de esa forma es porque tiene algo que le preocupa rodando por su mente —explico de forma vaga Todoroki volviendo su atención hacia su amiga —Me da curiosidad saber qué podría ser.

—Oh, ¿curiosidad? —repitió la azabache —No sabía que se habían hecho cercanos, pero me alegro —sonrió suavemente —Creo que se completan de forma armoniosa.

El bicolor sintió un extraño calor recorrer su cuerpo al escuchar las palabras de su amiga e hizo una mueca tímida, mostrando una pequeña sonrisa mientras volvía a usar sus palillos para comer.

—Todoroki-san, ¿se anotó para las competencias en el festival deportivo? —interrogo la azabache —Las individuales —aclaro ya que había algunas que harían como grupo.

—Midoriya quería que fuera al salto con garrocha pero paso —comento el bicolor.

Momo se rió al imaginarse esa situación de su amigo saltando con una garrocha. Lo haría espléndidamente, de eso no tenía dudas pero sabía que a Shoto no le gustaba confiarle su bienestar a una barra destinada a doblarse.

Aunque la alegría le duro poco.

—Todoroki-san.

Estaba almorzando con él a solas por un motivo especial. Porque de ser de otra forma estaría con Kyoka y su amigo con su grupo habitual. Estaba segura que incluso él debía ver que tenía un propósito tras ese almuerzo.

Amigos, en las buenas y en las malas [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora