¡Fantasmas en los dormitorios!

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Se pasó todo el puto día con un nudo en la garganta y dolor de estómago, ni escaparse a los dormitorios pudo porque Aizawa había insistido que aquellos con mejores calificaciones debían formar parte del comité de bienvenida y guiar a los nuevos por la preparatoria.

Bakugou estaba en el primer lugar de las calificaciones ese año. Siendo seguido por Momo Yaoyorazou en segundo lugar, Shoto Todoroki en tercero e Izuku Midoriya en cuarto. Iida Tenya había quedado en un quinto lugar que lo había hecho jurar en plena ceremonia esforzarse para no quedar atrás con sus compañeros. Y por último y el único de la clase B que estaba con ellos en ese estúpido comité de bienvenida, estaba Monoma Neito que no parecía para nada feliz de estar ahí, igual que el cenizo de ojos rojos. Pero tenía el derecho y la obligación de estar ahí, según Aizawa, por ser quien ocupaba el sexto puesto.

El ganador del ranking tenía cosas más importantes que hacer en esos momentos pero no había podido librarse del profesor, sin importar lo mucho que lo intento.

Kirishima no podía ir a ver a la bebé ya que era el capitán del club de básquetbol y el profesor encargado lo había agarrado para tener una charla hombre a hombre durante la hora del almuerzo. Kaminari había intentado ir pero unas chicas le vieron tratando de irse a los dormitorios y se lo dijeron a Aizawa que atrapó al chico rubio dándole de paso una detención por intentar darse libre el primer día de clases. Sero estaba en una junta con el director Nedzu debido a que una de sus pinturas había ganado un premio durante el verano y no era como si el pelinegro pudiera dejar al mayor colgado para ir a ver a la bebé.

Conclusión, habían pasado más de cuatro horas y el cenizo no sabía nada de la bebé. El radio que le había dejado no era tan bueno como supuso y todo lo que transmita era una extraña estática.

Tenía los nervios de punta. Con razón justificadas.

— ¿Todo en orden, Kacchan?

El mencionado giro ligeramente la cabeza, encontrándose con unos brillantes ojos esmeralda y un alborotado cabello verde.

Izuku Midoriya. Su amigo de la infancia al cual se la había pasado molestando —palabras hirientes, peleas, insultos— casi toda la vida y solo después de una fea —y por fea se refería a terrible— pelea entre ellos en el primer año de preparatoria, habían vuelto a recuperar su amistad.

"Los hombres se entienden con los puños" era lo más certero que podía sacar de aquel conflicto dónde él termino con un hombro dislocado y el de pecas con la nariz rota. Después de esa pelea volvieron a hablar con comodidad, a respetarse y bromear de vez en cuando. No eran tan cercanos como cuando eran niños pero seguían siendo lo suficientemente unidos como para darse cuenta cuando algo iba mal con el otro.

Y si había algo que Katsuki podía reconocerle a Deku, era su capacidad de observación.

—Sí, nerd —mintió, conciente de que el pecas lo notaría pero no opinaría sin tener pruebas porque así era él — ¿Ya extrañas a tu mami? —pregunto para desviar su atención del tema.

—N-No —tartamudeo Midoriya, avergonzado y nervioso, claramente dejando de lado el interés que tenía en descubrir su mentira.

— ¿Ah, si? —elevo una ceja con escepticismo y el de pecas inflo los cachetes en un puchero.

Midoriya le palmeó el hombro pero tenía una sonrisa en los labios, esa que compraban a todos los adultos y a Shinsou Hitoshi. La sonrisa marca solcito encantador e inocente.

—No, no lo hago...mucho —murmuró lo último porque no servía mucho ocultarlo cuando el cenizo sabía cuánto adoraba a Inko.

—Sí, claro. Niñito de mamá.

Amigos, en las buenas y en las malas [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora