Amigos, en las buenas y en las malas [TodoBaku]

Baile de invierno.

Uraraka usaba un vestido rosado hasta la rodilla, con detalles de diamantes en las puntas y estaba usando una diadema con un moñito negro, sus tacones la dejaban a la altura de Midoriya que tenía un simple traje color marrón y usaba una camisa amarilla con un moño negro. Asui tenía un vestido estilo flotante color aqua y su cabello estaba hecho una colecta larga, Tokoyami le estaba poniendo unas banditas en sus tobillos porque los zapatos le estaban lastimando. Él no iría al baile —no le gustaban los lugares tan brillantes y dónde estaría obligado a ser sociable— pero su novia debía ir para ayudar a su amiga y porque su familia estaría ahí, así que lo mínimo que podía hacer por ella era hacer que se fuera sin heridas en sus piecitos que preocuparan a sus hermanos menores.

Yaoyarozou usaba un vestido rojo largo con un gran escote en su espalda y corpiño de corazón, la melena azabache caía sobre sus hombros con gracia como si se tratara de la reina de algún lugar lejano. Por otro lado, Ashido usaba un vestido amarillo que resaltaba su tono de piel moreno y su melena rosada estaba más corta, al parecer no solo le había cortado el cabello a Bakugou aquella noche.

Sero estaba de pie junto a ella, admirandola sin que se diera cuenta. Tenía puesto un traje blanco y se había hecho una coleta en la parte baja de su cuello. Lo más notable en su apariencia eran unas pulseras que parecían de alguna tribu y eran color madera.

Cuando Todoroki y Bakugou se unieron al grupo, todos ellos podrían haber pasado fácilmente como jóvenes adultos rodando los veinte años. Con la excepción de que la castaña, el pecoso y la femenina más baja de todos ellos con ojos saltones, seguían pareciendo más jóvenes de lo que eran y lo máximo que alguien podría darles de edad serían quince años.

Pero sin dudas eran un grupo bastante atractivo.

— ¿Y tú príncipe, Uraraka? —pregunto de forma burlona el cenizo.

—Oh, cierra la boca —gruño la castaña.

—Iida-chan se fue hace un par de horas —contesto Tsuyu tranquilamente —Bakugou-chan, te queda bien ese estilo. Parece que a Todoroki-chan le gusta bastante.

—Asui, no por favor —susurro Shoto avergonzado al ser expuesto.

La femenina llevo una mano a su boca e inclino la cabeza, ella no creía que hubiera dicho algo malo. Todos habían notado que el más alto no podía dejar de ver al cenizo como si fuera el último vaso de agua en el desierto o la clave de wifi cuando estaban en la casa de un pariente aburrido.

Pero por su amistad con el bicolor, mantuvo su boca cerrada y no menciono que creía que en algún punto, como siguiera viendo al cenizo de esa forma, terminarían enredados —por decirlo de una forma inocente— en alguna habitación de la mansión de Iida.

—Creo que ya llegaron los taxis —aviso Momo a sus amigos cuando vio las luces de unos autos en frente de los dormitorios —Hora de irnos.

— ¡Pido el asiento de adelante! —se adelantó Mina a salir corriendo del dormitorio sin importarle caerse por los tacones de aguja.

— ¡Ashido, espera! ¡Tu abrigo! —exclamo Hanta yendo tras su amiga que había dejado su esponjoso abrigo blanco en sus manos.

—Deku-kun, Tsu-chan ¿vamos en el mismo taxi? —pregunto Ochako hacía sus amigos y recibió un asentimiento por su parte —Entonces vamos.

La castaña parecía actuar normal en el exterior pero en cuanto empezó a caminar todos notaron que algo estaba mal en ella.

Estaba imitando los movimientos robóticos de Tenya.

Ninguno creía que le gustará tanto como para imitar eso.

El pecoso suspiro y puso una mano sobre el hombro de su amiga mientras que la femenina de cabello verde tomaba su mano. Ambos la guiaron hasta el taxi y le dieron palabras confortables para ayudarla a dejar atrás los nervios. Si actuaba así cuando llegaran al baile, ya podían dar todo su plan por perdido.