Capítulo Especial : Emiko tiene un problema.

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Bakugou no podía ocultar su preocupación cada vez que dejaba a su hija en el preescolar. Pero siempre que se agachaba y le hablaba para ver qué tenía ella respondía con un escueto "nada".

Definitivamente la influencia de Midoriya le estaba haciendo mal. Su amigo de la infancia también tenía la manía de guardarse las cosas malas desde que eran niños.

Pero si ella no le decía, ¿cómo iba él a adivinar que le pasaba?

—Bien, llegamos —anunció el cenizo.

Emiko asintió y soltó su mano. El mayor otra vez se agachó para estar a la altura de sus ojos y puso una mano en la cabeza de su hija.

Tenía los ojos cerrados.

— ¿Emiko? —le llamo confundido —Que ya llegamos niña. No te duermas ahora.

— ¡Oh, perdón papá! —abrió los ojos la menor y miro el edificio que era su preescolar con el ceño fruncido —Hmm.

Katsuki suspiro al ver ese gesto de hastío y enfado en el rostro de su pequeña hija.

¿De quien lo habría sacado?

—Emiko, ¿en serio no sucede nada? ¿o algún idiota se está metiendo contigo? —quiso saber el cenizo —Papá y los tíos pueden ir a hablar con ese mocoso para que te deje en paz.

—...No creo que eso esté bien. La última vez que un niño me molesto en un parque el tío Den amenazó con cortarle su...—hizo memoria la menor — ¡No me acuerdo! Pero el niño se asustó mucho y salió corriendo. Eso está mal.

—Darle su merecido a esos mocosos no está mal.

—No me refiero a eso. Está mal porque el tío Den es grande y el niño era pequeño —razono la menor —Yo soy pequeña. Así que puede hacerme cargo de los malos niños pequeños.

—Bueno...—acepto el cenizo — ¿Entonces nadie te está molestando?

—No, papá —mintió la menor —No pasa nada.

El cenizo se rindió. Fue a dejar a su hija en la puerta, se agachó otra vez para darle un beso en la cabeza y en secreto le pidió a la profesora de Emiko que le dijera si estaba pasando algo que él no supiera. La mujer prometió mantenerlo informado.

Una vez dejo el preescolar, Bakugou se sintió decepcionado de sí mismo por no haber podido hacer más y esperaba que Emiko realmente estuviera tan bien como ella misma afirmaba.

Una vez dejo el preescolar, Bakugou se sintió decepcionado de sí mismo por no haber podido hacer más y esperaba que Emiko realmente estuviera tan bien como ella misma afirmaba

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— ¡Miren, la niña de los fenómenos!

—Ug, no se junten con ella.

—Les pegará lo marica de su padres.

Emiko rompió la crayola con la que estaba dibujando y automáticamente el grupo de niños que había ido a molestarla a su mesa salieron corriendo. Dando un suspiro, volvió a concentrarse en su dibujo.

Amigos, en las buenas y en las malas [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora