Capitulo 42

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Esmeralda
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—No puedo. —murmuro con la respiracion agitada. El panico viene hacia mi, los nervios comienzan a embargar mi ser y siento mis manos sudar descontroladamente. Miro de reojo a Charlotte resoplar con una mueca y acercarse hacia mi.

Ha llegado el día y no me sentía para nada preparada.

Sabía que en algun momento Gael se atrevería a pedirme matrimonio pero jamás pensé que seria tan pronto. No transcurrio un año de nuestra relacion y ya nos ibamos casar pero teniendo en cuenta que estoy embarazada, lo más logico es casarse.

Aún así, no estoy preparada.

Estoy tan solo a unos pocos minutos de ser el centro de atencion de todos y ver a Gael parado en el altar, esperandome. No hay nadie más conmigo más que mi padre y Charlotte intentando darme animos.

Sin embargo, por más animos que me den, los nervios no dejaban de carcomerme por dentro.

—Si, si puedes hija. —alienta mi padre. Ladeo la cabeza negada a lo que estoy escuchando y observo fijamente las puertas cerradas a punto de abrirse.

—No, no puedo. Esto es una maldita locura, todo saldra mal y yo...—el resoplido de Charlotte me interrumpe. Coloca los ojos en blanco y me pellisca levemente fuerte en el brazo. —¡Auch! —me quejo clavando mi mirada en ella.

—Escuchame bien Esmeralda, caminarás por ese pasillo y te casarás con mi hermano. Deja de actuar como niña pequeña, ambos se aman y dentro de unos meses tendran dos criaturas a las que cuidar

—¿A que quieres llegar? —interrumpo mirandola fijamente. Presiona sus labios en una linea y me dedica mirada de reojo.

—Gael es el amor de tu vida y lo sabes, —trago saliva dificultosamente. —asi que deja de dar vueltas, ve y casate con el amor de tu vida. —exige. Suspiro cerrando mis ojos y ladeo la cabeza con mi vista al frente.

Ya no hay vuelta atrás, era la hora.

Las puertas se abren y exhalo hondo comenzando a caminar del brazo de mi padre. Todas las personas se levantan de sus asientos clavando su atencion en mi e intento ignorar todas aquellas miradas y centrarme en mi Gael esperandome en el altar.

Se ve tan guapo de traje negro.

Mi padre me deja en el altar y noto de reojo como le guiña un ojo a Gael. Reprimo una sonrisa y muerdo la cara interna de mi mejilla al cruzar mirada con la suya. Una vez más, ambos nos conectabamos.

Conectados en sentimientos, pensamientos y tambien miradas.

El sacerdote saluda dandonos la bienvenida a nosotros y a los invitados para luego dar comienzo a la ceremonia. Con Gael nos dedicabamos discretas miradas de reojo a la vez que escuchabamos al sacerdote leer el evangelio. Muerdo mi labio inferior ligeramente nerviosa al percatarme de que ha llegado la hora de los votos.

Ahogo un suspiro y ladeo la cabeza fijando mi mirada en mi Gael, mi enamorado. Ahora mismo puedo sentir como los nervios se han desvanecido y un cosquilleo de mariposas rebeldes se hace presente en mi estomago. En su mirada yace el mismo brillo especial que en mi mirada, este era un día magico.

—Yo, Gael Wareer te quiero a ti como legitima esposa y me entrego a ti. Juro serte fiel en las alegrías y en las tristezas, en la salud y en la enfermedad, cada día de mi vida. —promete viendome fijamente. Entreabro mis labios y siento un revoltijo de sentimientos pero sobre todo, siento ganas de llorar.

Malditas hormonas.

—Yo, Esmeralda Hastings te quiero a ti como legitimo esposo y me entrego a ti. Juro serte fiel en las alegrias y en las tristezas, en la salud y en la enfermedad, cada día de mi vida. —repito sin desviar la mirada. Relamo mis labios secos e intento mantener la calma.

Lujuria UniversitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora