Capitulo 36

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Sonrío sinceramente al ver a mi hermana vestida de novia dedicándose una mirada nerviosa al espejo. El vestido blanco que luce es realmente exclusivo y nunca antes visto, hecho especialmente para ella por un reconocido y costoso diseñador. El momento que Charlotte tanto había soñado, ha llegado.

—¿Nerviosa?—pregunto acercándome a ella. La observo por el reflejo del espejo, admirando lo hermosa que se ve mi hermana. Suspira con una mueca y asiente.

—No tienes por que estarlo, todo saldrá mas que bien. Has esperado este día por tanto tiempo Lotty, solo disfrútalo y déjate llevar. —aliento brindándole tranquilidad. Se queda unos minutos en silencio y ladea la cabeza cruzando mirada con la mía.

—Como me gustaría que papá y mamá estén aquí. —murmura con una sonrisa melancólica. La miro pensativo y le devuelvo la sonrisa.

—Oye, quizás no estén carne y hueso, pero nunca dejan de estar presentes en nuestro corazón. Asi que anda, Bob te está esperando ansioso. —incito ladeando la cabeza en un ademan. Se dedica una ultima mirada al espejo y asiente decidida. Camina hacia mí y le ofrezco el brazo. Nos dedicamos miradas cómplices de hermanos, ella coge mi brazo y con la mano agarra el ramo.

Caminamos lentamente fuera del lugar y nos dirigimos en silencio dentro del lugar donde sería la boda. El centro cultural de Chicago es idéntico a un elegante palacio, la arquitectura es bellísima. Ahora comprendo por que no salió para nada económico, igualmente ahora mismo siento que si valieron los millones de dólares.

Todas las personas que antes estaban sentadas en los bancos, se han levantado fijando toda su atención en nosotros. No puedo evitar buscar con la mirada a mi Esmeralda y cuando finalmente la hallo, se me escapa una amplia sonrisa que fue inevitable reprimir.

Se ve tan guapa como dama de honor.

Le guiño el ojo discretamente a Bob y él asiente ligeramente. Dejo a Charlotte en el altar junto a Bob y me coloco en el primer banco apreciando toda la reconfortable escena. El sacerdote comienza con su discurso y yo solo presto atención a la belleza de mi Esmeralda.

Sus expresiones son relajadas y ella en ese vestido tan elegante luce tan angelical que parecería irreal.

Finalmente ha llegado el momento, mi hermana se iba a casar.

Pensar que de niña siempre enfatizaba que nunca se iba a casar, que jamás se enamoraría, incluso que no tenía interés en el amor. Pero de joven, a causa tal vez de magia o algún hechizo poderoso, su pensamiento respecto al amor cambio drásticamente.

La esperanza de que la ficción perfectamente amorosa se vuelva realidad, embargó todo su ser y cambió sus sentimientos.

—¿Señor Bob Darwin acepta a Charlotte Wareer como su esposa y promete serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, amarla y respetarla todos los días de su vida? —cuestiona el sacerdote mirando fijamente a Bob.

—Si, acepto. —responde Bob observándola ciegamente enamorado. El amor que se ve en sus pupilas y el sentimiento verdadero que se oye en cada una de sus palabras se percibe desde lejos.

Charlotte nerviosamente se dispone a colocarle el anillo de diamantes en el dedo anular de Bob. Se sonríen enamorados y no puedo evitar sonreír al unísono.

—¿Señorita Charlotte Wareer acepta a Bob Darwin como esposo y promete serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, amarlo y respetarlo todos los días de su vida? —pregunta nuevamente el padre.

—Claro que sí, acepto. —afirma Lotty emocionada. Bob le dedica una amplia sonrisa y ambos miran en búsqueda de permiso al sacerdote.

—Adelante, puede besar a la novia. —acepta el hombre en un ademan. La pareja sonríe entusiasta y bastan segundos para que Bob bese apasionadamente a Lotty, uniéndose en un beso verdadero y fugaz. Los aplausos de los invitados no dudaron en escucharse. Centro mi atención nuevamente en Esmeralda, quien los ve con una sonrisa emotiva en la curva de sus labios.

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