Capitulo 43

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Esmeralda
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Suspiro placidamente al sentir las suaves caricias de Gael en mi cuerpo y cierro los ojos disfrutando de su cálido tacto. Nunca he admirado las únicas vistas que en este momento me encuentro apreciando, el paísaje es extraordinario y maravilloso. Mi estomago agradece poder disfrutar del desayuno paradísiaco que en estos mínutos me estoy devorando discretamente ante los ojos de mi prometido.

Ha transcurrido ya un mes desde que hemos llegado a nuestro destino de luna de miel. Gael tuvo razón aquella noche en la fiesta cuando aseguró que me encantaría el lugar, sin duda estoy fascinada. Cada parte de Balí que hemos recorrido a lo largo de todos estos días me ha dejado si palabras, con ganas de más.

Gael ha acertado, Balí es perfecto y por ende hace que nuestra luna de miel sea perfecta. Sus paísajes, sus templos, la asombrosa cultura que lleva consigo y que no ha dejado de sorprenderme, y las grandiosas playas. Todo es absolutamente un paraíso.

Sin embargo, con el destino paradísiaco debo decir que tambien los sintomas del embarazo han aumentado abruptamente. He dejado de dormir pacificamente por las frecuentes ganas de orinar, ya no es el ronquido de mi prometido el que no me permite dormir, sino el embarazo. No obstante, en este ultimo mes he comenzado a sentir algunos movimientos de las bebes.

—Cariño...—hago un sonido de afirmacion ladeando la cabeza. —¿Puedo ser la única persona que te ame y se quede a tu lado? —pregunta titubeante. Frunzo el ceño y ladeo la cabeza observandolo fijamente.

—¿Qué? ¿Pero que dices? —cuestiono incrédula ante su pregunta. Se encoge de hombros con una mueca y no se inmuta en decir alguna palabra. —Ya lo eres, desde el primer momento en que comencé a enamorarme de ti. —añado sincera. Suspira y esboza una ligera sonrisa sin despegar su mirada de mí.

—Ven aquí, pequeña.—murmura atrayendome más cerca de él. Apoyo mi cabeza en su pecho y continúo disfrutando de las vistas. Debo admitir que en sus brazos me siento plenamente protegida.

Sus labios besan los míos en un pequeño y corto beso y relamo mis labios sonriendo risueñamente. Probar de sus labios siempre es un placer. En un instante siento humedos besos por cada parte de mi rostro y no puedo evitar reír levemente ante sus besos. Me percato de sus manos descendiendo hacia mi pecho para luego sentir agradables cosquillas por todo mi torso.

Me remuevo en mi lugar ante la sorpresiva combinacion de besos y cosquillas por todo mi cuerpo. Las fuertes carcajadas escapan de mi garganta sin control y puedo percibir algunas escasas miradas de las personas.

—Detente, detente, por favor. —suplico entre risas con los ojos entrecerrados. Gael hace caso y detiene sus manos rebeldes. Suspiro cansada de tanto reir y sonrío con la mirada perdida intentando tranquilizar mi respiracion agitada.

—Juro por mi vida que siempre te amaré, amada mía. —afirma embelesado. Cruzamos miradas y aún con la respiracion agitada, musito:

—Juro lo mismo.

(...)

Observo desesperada todo el lugar buscando con la mirada a Gael. Los nervios vienen hacia mi como si un imán fuese y la desesperacion comienza a embargar mi ser. Hace unas horas habíamos llegado al hotel y Gael me había dicho que iría al spa. No está allí, tampoco se encuentra en nuestra habitacion y mucho menos se encuentra en el comedor del hotel.

Llevo varios minutos buscando por todo el hotel en el que nos alojabamos y no lo encuentro, no dejo de preguntarme donde carajos pudo haber ido. Siento pocas patadas de alguna de las bebes y reprendo mentalmente que no es momento. Ladeo la cabeza desesperada aún sin encontrarlo y muerdo mi labio inferior al querer derramar lagrimas exasperadas.

Lujuria UniversitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora