Lujuria Universitaria

Capitulo 38

Esmeralda
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Me encierro en el baño rápidamente y suspiro nerviosamente sentándome en el inodoro con la prueba de embarazo en mano. Gael se encuentra en la biblioteca, debo hacerme la prueba lo más rápido posible. Sigo los pasos que dice el envase y espero varios minutos impacientemente.

Muevo la pierna de arriba abajo y siento que voy a desfallecer de los nervios. Las probabilidades son demasiadas, pero realmente no se si me encuentro en mi mejor momento para criar a un bebe. Es una compleja responsabilidad de la que no me creo capaz afrontar.

Bajo la mirada a la prueba de embarazo y abro los ojos tan grandes que pueden salirse de sus orbitas al ver el resultado. Atrapo mi labio inferior entre mis dientes al observar las dos líneas rojas que anuncian que el test había resultado positivo.

Realmente estaba embarazada.

Y no había dudas, el bebe que estoy esperando es de Gael. Jamás me agradó la infidelidad ni las aventuras de una sola noche, por ende, con el único hombre con el que me he acostado era Gael.

Me quedo unos minutos pensando seriamente cuando pudo haber sido la vez que en la que se nos olvidó cuidarnos. Él siempre usaba preservativo y yo siempre intentaba no olvidarme de ingerir los anticonceptivos.

¡Carajos!

Masajeo mis sienes arrepentida y niego incrédula varias veces. Ahora lo recuerdo, aquella vez cuando me enseño la biblioteca y por excitación en el momento se olvidó colocarse el preservativo. Y yo por despistada olvidé tomarme la pastilla del día después.

Ladeo la cabeza rápidamente al escuchar dos leves golpecitos en la puerta. La voz de Gael se hace presente y trago saliva dificultosamente. Aún no tengo ni la pálida idea de como le diría que a partir de este momento nos convertiríamos en padres. Aun ni siquiera se si Gael desea tener hijos, nunca hemos hablado de este tema.

Escondo la prueba de embarazo en una parte escabullida y me dedico una mirada en el espejo. Exhalo hondo y me arreglo levemente el cabello, debo actuar común. Si no... levantaría sospechas. Abro la puerta y al ver a Gael en frente mío, esbozo una amplia sonrisa. Me devuelve la sonrisa y se hace a un lado dejándome pasar.

Me siento en la cama apoyando mi espalda contra el respaldo y no dejo de mirarlo. Si desvío la mirada, sería sospechoso ¿cierto?

—Cariño, ¿te encuentras bien? —pregunta sin dejar de sonreír. Asiento segura disminuyendo mi amplia sonrisa. Quiero no levantar sospechas, no asemejarme al Joker.

—Por supuesto, ¿necesitas algo? —cuestiono amablemente. Niega con una mueca y se acerca hacia mí, sentándose en la cama. Baja la mirada y comienza a acariciarme suavemente la pierna. Se nota nervioso, sus actitudes me lo aseguran. —Oye, ¿qué sucede? —añado mirándolo atentamente.

—Entiendo que quizás no quieras hablar acerca de lo de ayer, pero me gustaría que pudieras confiar en mí asi yo puedo ayudarte. Desde que te has encontrado con tu padre la noche de ayer, has estado extraña. Me gustaría que pudieras decirme si mencionó algo que te dañó o te lastimó. —confiesa con cautela.

Bajo la mirada quedándome en silencio por unos segundos y relamo mis labios secos. Hago una mueca y suspiro nerviosamente.

—No era mi padre, era la mujer de mi padre, Elisa. —aclaro seriamente. Alza la mirada y frunce el ceño sin dejar de mirarme. Suspiro y desvío la mirada. —No me ha dicho más que la verdad. —agrego.

—¿Qué verdad? —inquiere retomando sus caricias en mi pierna.

—Ella no es mi madre biológica y Dafne no es realmente mi hermana. —hago una pausa bajando la mirada. —Mi madre biológica es una prostituta con la que mi padre decidió acostarse una noche. Aquella mujer prácticamente me abandonó cuando era un bebé y me dejó en brazos de Robert. Afortunadamente él se hizo cargo de mí y me llevó a formar parte de su familia. —explico fríamente con una mueca.