Capítulo 46

1K 32 1
                                    

Esmeralda
_________🦋_________

Entramos corriendo a veloces y grandes zancadas al hospital, Gael se adelanta dentro y yo me detuve en seco observando mi alrededor extrañada. El aliento me falta, respirar con calma me es imposible y siento un fuerte nudo en mi garganta que acaba conmigo por completo. Mi cuerpo tiembla de temor, mis piernas simplemente no reaccionan al caminar y en mi interior maldigo por ello.

Ladeo la cabeza haciendo un esfuerzo sobrehumano por calmarme y me adentro al hospital en un pesado suspiro. El hospital es un horrible caos que aborrezco, siempre lo es, no me extraña. Me percato de la camilla donde se encuentra Elisa y presionando mis labios en una linea me dirijo hacia allí.

Ella se encuentra terrible, la analizo con la mirada, su cuerpo desata demasiadas lesiones graves e irreversibles. Al instante noto una gran herida en su estomago que en minutos se convertiría en una hemorragia. Algunas enfermeras se encargan de estabilizarla y varios médicos revisan en qué estado se encuentra. Gael corta ágilmente toda la ropa y detecta la hemorragia.

Me dedica una corta mirada de reojo y procede a anunciar fuertemente:

—¡Hay que llevarla a quirófano ahora mismo si no la perdemos!

En cuestión de segundos, enfermeras ya están llevando rápidamente a Elisa al quirófano. Gael no me dedica mirada y se dirige velozmente a prepararse para la cirugía. Muerdo mi labio inferior y corro hacia donde se encuentra mi esposo.

Abro la puerta bruscamente y me llevo una mirada de su parte. Lo miro atentamente, sigo con la mirada cada uno de sus movimientos. Al instante que termina de lavarse las manos, apaga el grifo y pasa a secarse cualquier rastro de agua en sus manos. Ignora por completo mi presencia y se dispone a colocarse la vestimenta quirúrgica.

Sabe perfecto lo que estoy pensando y lo que quiero hacer. Conociéndolo bien como es, no me dejará. Y esta bien, lo admito, son las reglas. Pero no puedo permitírmelo sabiendo que hay una persona dentro que está casi por morir.

—Se lo que estas pensando Esmeralda y no. No lo intentes. —se adelanta a decir. Estamos a pocos metros de distancia, pero la tensión se siente y las miradas aniquilantes son imposibles de esquivar.

—Es mi madrastra la que está dentro, no voy a permitir que entres tu solo. —rechisto seriamente.

—Sabes perfecto las reglas, no lo hagas más difícil cariño. —pide en una súplica. La situación ya es un caos, no se puede complicar más lo que ya es complicado.

—¡Al carajo las reglas! —hago una pausa. —Voy a entrar. —murmuro segura. Camino decidida y dispuesta a colocarme la vestimenta quirúrgica pero su mano me detiene. Siento la ligera presión que hace en mi muñeca y veo de reojo como se aproxima hacia mí. Percibo su cercanía y presiento su mirada fija en mí.

—No cometas una estupidez amada mía, hazme caso y déjame hacer mi trabajo. —susurra lentamente en mi oído. Presiono mis labios y resoplo ya cansada de esta situación. Me suelto de su agarre y giro sobre mis talones dedicándole mirada finalmente.

—También es mi trabajo. —replico.

—Si, también es tu trabajo. Pero no cuando tienes que salvarle la vida a un ser querido. —bufo cruzándome de brazos. Gael lo nota y suspira masajeando sus sienes exasperado. —Juro que haré todo lo posible por salvarle la vida a tu madrastra. —promete. Desaparece de mi campo de visión y bufo maldiciendo.

«Casi no puedo contener mi enfado por este hombre.», pienso.

¿Por qué me case con el jefe del hospital en el que trabajo? Oh cierto, porque antes de enamorarme no lo sabía.

Lujuria UniversitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora