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Jeonghan era incrédulo ante el amor a primera vista. ¿Cómo podía ser posible enamorarse de alguien tan solo verlo la primera vez? Estaba muy consciente sobre ello y que eran simples ilusiones que las personas se hacían.
Se negaba rotundamente a que aquello fuera verdad, sin embargo un día cualquiera todo pareció dar un giro de 360° al verlo por primera vez.

Sin esperarlo, sin haberlo previsto antes o algún presentimiento, pudo ver al amor de su vida frente a sus ojos.

Las primeras semanas de universidad, esas donde los estudiantes de primer año tenían ese entusiasmo y ganas de aprender, teniendo energía suficiente, creando amistades nuevas y sintiéndose superiores a los demás, aunque esto solo sucediese en los primeros meses ya que los años superiores se apiadaban de tan pobres almas.

Yoon Jeonghan, estudiante de licenciatura en educación media, aspiraba a ser maestro, no era su fuerte pero realmente disfrutaba el enseñar lo poco que sabía, así mismo como soñaba en ser un cantante profesional, pero Jeonghan creía que su voz no era tan buena a pesar de recibir comentarios halagadores cada vez que su melodiosa voz emitía e inundaba los oídos de los receptores.

Pero Jeonghan tenía ese complejo en sí mismo, no era común verle cantar, él realmente tenía una relación de amor-odio con su voz.

La hora del almuerzo, todos esperaban ansiosos esa hora de descanso, saliendo de los salones al segundo exacto en el que la campana sonaba. Jeonghan le daba igual, se lo tomaba tan a la ligera y con calma, él realmente no le gustaba resaltar.

En el segundo piso de aquel edificio de cuatro plantas, el castaño chico de cabello corto y flequillo a los costados de su rostro un poco más largos que el resto de su cabello, vestía una simple playera blanca, unos jeans negros y el calzado del mismo color. Apoyado en las barandillas del edifico mientras encendía un cigarrillo y escuchaba los chistes sin sentido que Soonyoung decía, riendo en ocasiones de lo tan malos que estos eran.

-¿En serio comerás sólo un cigarrillo?-Había preguntado Joshua, aquel chico extranjero que se mudó no hace mucho al país pero tenía ascendencia Surcoreana. Cabe mencionar que Joshua fue el primer chico en acercarse a él y entablar una amistad, Jeonghan no se negó en absoluto, tampoco quería llegar a ser un chico marginado y nunca integrarse bien a ese nuevo lugar.

-No tengo hambre.-Respondió con desinterés. Dándole la espalda a los tres chicos que seguían hablando animadamente, en espera de aquel pollo frito que Seokmin había ordenado en línea minutos antes, el cuál sería el almuerzo de aquel día.

Observó todo el patio delantero de la universidad. Nunca pensó que la vida de universitario no sería tan difícil como lo imaginaba. Llevando apenas unas semanas de iniciado ciclo, ya tenía los suficientes amigos y unos que otros contactos de otras facultades y clases, Jeonghan podría considerarse a sí mismo sociable aunque no podría presumir de igual manera su presentación como estudiante ya qué la llevaba normal, más sin embargo no era tan malo siéndolo.

-Gracias por la comida de hoy, oppa.

-No es nada.

Bajó la mirada encontrándose con los dueños de aquellas voces que llamaron su atención, o quizá más aquella voz masculina.

Observó atento el aspecto de estos dos, una linda chica de cabello corto y negro, con un crop top del mismo color y unos jeans rasgados, parecía la típica chica rockera si tan solo le sumaramos unos botines negros altos, piercings en el rostro y posiblemente el cabello teñido. El chico vestía completamente de negro, cabello corto y marrón, de complexión delgada pero a la vez robusto, Jeonghan no pudo evitar fijar su mirada en su ancha espalda que hacía resaltar más por esa playera negra. Ese mismo chico sentado en su motocicleta a la vez que la chica se bajaba de esta.

-Debo ir ya a clases, seguro mis amigas me esperan, nos vemos luego, oppa.

La chica se despidió con un beso en la comisura de sus labios. Jeonghan al ver esto sonrió de lado, seguro eran pareja.

Estaba a punto de volver su atención a sus amigos pero algo lo detuvo.

El chico se bajó de la motocicleta, se acomodó el cabello a como creía conveniente y se dirigió a una de las bancas para sentarse en esta y sacar su teléfono móvil.

Se veía tan guapo con esa chaqueta negra de cuero, esos ajustados pantalones, esa posición en la que se encontraba sentado y por Dios, Jeonghan podía jurar que se había enamorado con tal solo ver el físico de aquel chico y aún más, ni si quiera había visto bien su rostro, ya que estando en el segundo piso del edificio era un poco imposible notar a más detalle lo que abajo se encontraba.

Aquel chico levantó su mirada, viendo a ambos lados ya que sentía una rara presencia cerca, fue en ese momento, llevando su mirada arriba, encontrándose con aquella suave mirada, esos ojos curiosos y simples que a causa del viento movía los mechones de su cabello y sus ojos se ocultaban tras estos.

Ese momento, en el que sus ojos conectaron con él, sintió un raro escalofrío recorrer su cuerpo y el como su corazón comenzaba a palpitar de una manera absurda que le hizo reír inconscienteme en su interior.

Desde ese día, Jeonghan nunca dejó de observarlo con una mirada que cualquiera podría descifrar tan fácilmente, cuando aquel chico apuesto pasaba por los pasillos de la universidad, algunas veces lo veía con la guitarra en mano u otro instrumento diferente, no sabía nada de él hasta que un día Seokmin llegó con ese mismo chico a la mesa que sus amigos, Josha, Soonyoung, Wonwoo y Seokmin, compartían a la hora de descanso

-Hoy Seungcheol-hyung comerá con nosotros, espero no sea una molestia -Con una sonrisa se hizo paso entre Soonyoung y Joshua, para sentarse entre ellos. Seungcheol lo dudó un poco pero finalmente tomó asiento a un lado de Jeonghan, manteniendo su distancia -. Él es estudiante de música, está igual en su primer año.

Todos escuchaban atentos a lo que Seokmin decía, Seungcheol en cambio mantenía la mirada fija en su teléfono móvil.

Jeonghan por otro lado estaba de los nervios, sin emitir palabra alguna desde la llegada de Seungcheol a la mesa y fue así durante largos minutos donde sólo se dedica a a juguetear con la comida.

-Jeonghan, no haz hablado desde hace minutos. ¿Te encuentras bien?-Preguntó Joshua, el único quien había notado la incomodidad de Jeonghan en la mesa.

-E-estoy bien.-Respondió en voz baja, evitando la mirada de Seungcheol quien lo veía con curiosidad también -. Me iré ahora, he quedado con Mingyu para practicar, ustedes ya saben qué es.-Rápidamente Jeonghan se levantó de la mesa, los cinco pares de ojos en ningún momento se despegaron de su cuerpo hasta que finalmente desapareció de la cafetería.

-¿Desde cuando él se junta con Mingyu? -Habló Soonyoung, a la vez que metía una gran cucharada de arroz a su boca, haciendo ver sus mejillas un poco más regordetas.

-No hace mucho. Decidió empezar a practicar guitarra, Mingyu es, por así decirlo, su tutor privado.-Respondió Seokmin indiferente.

-¿Él está interesado en la música? -Seungcheol habló luego de permanecer callado por un largo tiempo desde su llegada.

-Sí, aunque siendo sinceros, su fuerte es el canto, tiene una muy linda voz cuando, lastimosamente él no piensa igual y la odia

sᴏᴍᴇᴏɴᴇ ᴛᴏ ʟᴏᴠᴇ - ᴊᴇᴏɴɢᴄʜᴇᴏʟ ᴀᴜ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora