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La cena familiar había llegado.

Su madre vestía con un hermoso vestido rojo, se veía tan hermosa que al verla Jeonghan le mostró la sonrisa mas sincera que por mucho tiempo su madre no había visto. A comparación de su padre que vestía un simple y aburrido traje formal negro.

Jeonghan no le importó en lo absoluto vestir como sus padres quisieran verlo, más sin embargo decidió mantener aquellos aretes guardados en sus bolsillos y sus garantías serían usadas en otra ocasión.

El trayecto al restaurante donde todos se reunirían fue silencioso, Jeonghan miraba por la ventana del auto, las luces de la pequeña ciudad, o quizá no tanto.

Cinco años después todo había cambiado un poco y la nostalgia de aquellos lugares donde solía concurrir de pequeño lo golpeó de repente.

Recordaba perfectamente esos buenos tiempos, donde su padre lo llevaba a jugar al parque, Jeonghan de cinco años corría felizmente en la nieve, tomando con sus pequeñas manos una moderada cantidad de nieve mientras reía y llamaba a su padre para poder jugar juntos.

O como su madre lo llevaba a aquella heladería que quedaba a unos pasos de su escuela, Jeonghan siempre pedía un helado de vainilla con chocolate y comía de este mientras trataba de evitar que se derritiera tan rápido, terminando con el rostro repleto de helado.

Eran buenos tiempos que gustaba guardarlos en lo mas profundo de su corazón.

-Llegamos.-Observó al frente un gran edificio donde en la entrada de esta con letras grandes y resplandecientes "hotel&restaurant".

Trago en seco antes de salir del auto y caminar hacia la entrada donde los recibieron con reverencial y una sonrisa cortes.

Fueron llevados a la mesa donde ya se encontraban lagunas personas, de las cuales Jeonghan no recordaba haber conocido antes, o eso creía hasta cuando una de ellas se levantó con una gran sonrisa al verlo llegar.

-¡Lindo, Jeonghan, cuanto tiempo sin verte!-Aquella mujer que aparentaba más de cuarenta años lo abrazó con tanta confianza que lo abrumó.

Luego de pasar más tiempo escuchando las conversaciones en la mesa a la espera de la demás familia, Jeonghan supo que esa mujer era una de las hermanas de su madre, esa mujer que asustó a su propia hermana haciéndole creer que Jeonghan estaba loco y a punto de morir por el simple hecho de ser gay.

Y he aquí otra de las cosas que trató de evitar durante las charlas en la mesa, un tema que todos sabían a la perfección o por lo menos los adultos sí lo sabían.

-¿Cuando vendrás de nuevo, tío Han?-Preguntó uno de los niños pequeños que se encontraba sentado a su lado. Ese niño que nunca en su vida conoció hasta ahora y quien no le molestaba en absoluto intercambiar algunas palabras con el pequeño.

-No creo que regrese por un largo tiempo...-Respondió apenado para después beber de un vaso con agua.

-¿Por qué?

-Porque... estudio en la universidad.

-¿Por qué?

-Porque tengo que ser alguien importante en la vida.

-¿Importante?

Sonrió forzadamente al escucharlo.

-Ya, es suficiente, deja de preguntarle sobre todo a Jeonghan.-Interrumpió su primo, quien era padre del niño. Jeonghan le regaló una mirada de agradecimiento para así seguir jugueteando con su plato de comida.

Todo parecía ir bien por el momento pero de repente la mesa quedó en silencio cuando una pregunta para él salió a la luz.

-Y dime, querido, ¿piensas casarte pronto? ¿o tienes novia?-Aquella pregunta dejó a todos en silencio. Jeonghan empuño sus manos por debajo de la mesa antes de responder sabiamente.

sᴏᴍᴇᴏɴᴇ ᴛᴏ ʟᴏᴠᴇ - ᴊᴇᴏɴɢᴄʜᴇᴏʟ ᴀᴜ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora