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Los chicos habían planeado salir al típico bar de siempre luego que las clases dieran por finalizadas antes de comenzar las vacaciones de invierno.

El frío era soportable pero conociendo el débil cuerpo de Jeonghan, este necesitaba calentarlo. Y qué mejor manera de hacerlo que dando el primer sorbo de soju de muchos más que estaban por venir en esa noche.

Seokmin se mantenía tímido, hablando en ocasiones con Joshua, quien había comenzado a beber desde que entró al lugar, viendo siempre de reojo a Jeonghan quién hablaba con Wonwoo y Mingyu muy animadamente.

Seungcheol no apareció en ningún momento, posiblemente seguía atorado en el trabajo, un trabajo que pensándolo bien nunca supo sobre qué era, Seungcheol siempre ocultaba secretos.

—¡Hola, amiguitos!—Una estruendosa voz se logró escuchar a unos cuantos pasos de la mesa donde todos se encontraban sentados. Jeonghan abrió sus ojos como platos al ver quién era el dueño de esa irreconocible voz.

¿Qué hace Soonyoung aquí?

Jeonghan bajó la mirada a sus piernas, pasando sus palmas de sus manos sobre sus muslos. Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando dos manos lo tomaron por los hombros y el rostro de Soonyoung apareció a un lado, con aquella genuina sonrisa y ojos pequeños.

—Hyung, ¿me extrañaste? Seokmin me invitó hoy, dijo que celebran su último día de clases, me alegro por ustedes.—El nombrado solo asintió con su cabeza, con una sonrisa nerviosa que no pasó desapercibida por un casi ebrio Joshua.

Debía calmarse pero era inevitable hacerlo sabiendo que sucedía entre su amigo y ese tal Jihoon, ese nombre que no abandonó su cabeza por días y días, ese nombre que no fue mencionado más en las conversaciones que tenía con Seungcheol y cuanto agradecía que no fuera mencionado.

Los minutos pasaban, todos parecían disfrutarlo y Jeonghan finalmente pudo integrarse bien con Soonyoung, que cabe mencionar comenzó a animar la mesa junto a Seokmin.

Joshua por su parte se mantuvo en silencio durante toda la noche, apoyado en la mesa mientras veía el escenario y cono algunos cantantes o bandas tocaban en este. Jeonghan pudo notar la soledad de su amigo ya que todos parecían en su mundo, Wonwoo y Mingyu hablaban con normalidad y algunos coqueteos de más, Seokmin y Soonyoung bebían sin parar y cantaban la canción que sonaba en ese momento, Jeonghan quién se reía de estos dos se acercó poco a poco a Joshua, cuando estuvo lo suficientemente cerca tocó su hombro con sutileza.

—¿Cómo estás?—Preguntó dando inicio a aquella incómoda conversación. Jeonghan no recordaba el último día que tuvo una conversación formal con Joshua, habían tenido un cierto alejamiento hace unos cuantos días, sin embargo los saludos y ligeras sonrisas no hacían falta.

Joshua volteó al escuchar la voz de Jeonghan a sus espaldas. Le sonrió de una manera que no había hecho por mucho tiempo, quizá el alcohol ya estaba haciendo efecto en su sistema.—Estoy excelente, Jeonghan. ¿Y tú?

—Bueno...no tan mal—Habló cabizbajo, evitando la mirada curiosa de Joshua sobre él—. Mamá me llamó hace unos cuantos días, quiere que regrese, una comida familiar.

Joshua sabía perfectamente la historia de Jeonghan, como también sabía que esos temas eran tan delicados de tocar. Se acercó a Jeonghan y pasó un brazo por sus hombros, atrayéndolo a su cuerpo para así abrazarlo.

El aroma a alcohol y vainilla inundó las fosas nasales de Jeonghan, sonriendo tristemente mientras se hundía en el cuerpo de Joshua, las lágrimas comenzaron a salir sin embargo estas no podían ser notables por la poca luz del ambiente.

—Tranquilo, ¿cuántos años han pasado ya sin haberlos visto? Ya eres fuerte, ya no eres ningún niño— Su mano fue directo a la cabeza de Jeonghan, acariciando esta dulcemente—. ¿Irás solo? ¿No necesitas compañía?

—Shua, será aún peor si llevo a alguien pero agradezco tanto tu preocupación...—Las lágrimas no dejaban de rodar por sus mejillas, el dolor de su pecho era muy fuerte y sus manos temblorosas se aferraron fuertemente a su cuerpo.

—Te amo—Susurró Joshua, pensando que Jeonghan no podría escucharlo, pero se equivocaba.

Quizá era el alcohol en su cuerpo, o era el ambiente que los presionaba a hacer cosas que en un día normal nunca se atrevería a hacerlo. Y estar en ese lugar, con tanto alcohol en su cuerpo y el ruido de las guitarras sonando, Joshua se separó abruptamente de Jeonghan, quién lo observó con confusión y lágrimas, sin pensarlo tanto lo tomó por las mejillas para así estampar sus labios con los de él.

Estaba preparado para ser rechazado nuevamente pero fueron unos segundos más que los labios de Jeonghan comenzaron a moverse con dificultad, la suavidad de estos hacía explotar el corazón de Joshua. Ambos escucharon los gritos de sus amigos en en el fondo, quienes presenciaban esa escena boquiabiertos.

La realidad golpeó a Jeonghan, quién se separó rápidamente. La miraba baja y perdida, las preguntas de sus amigos retumbaban en sus oídos y su corazón parecía que en cualquier momento se saldría de su pecho.

—¡Oh, Cheol! ¿¡Hace cuanto estas aquí!? ¡Llegas justo a tiempo para otra ronda!—Las palabras de Seokmin lo pusieron en alerta, elevó su mirada buscando a esa persona.

Seungcheol parecía calmado, sonriendole a Seokmin mientras recibía una botella de alcohol, sus miradas se cruzaron y lo más doloroso que pasó fue cuando él lo ignoró por completo, y fue así durante toda la noche, como si no existiera, como si la presencia de Jeonghan fuera inexistente.

Las preguntas de Wonwoo sobre si se encontraba bien lo molestaban a tal punto de levantarse de la mesa, dejar unos cuantos billetes sobre la mesa y salir de aquel lugar sin mirar atrás.

Vagando por las calles oscuras logró llegar a su destino, no esperaba que alguien lo siguiera y realmente no quería ver a nadie en ese momento. Su mente en blanco y las lágrimas cayendo lentamente hasta impactar con sus zapatos. El viento lo golpeaba en el rostro y el sonido del agua golpetear contra las piedras era reconfortante. Se abrazó a sí mismo mientras veía el relajante paisaje frente a sus ojos.

Cerró estos, sintiendo la brisa llegar a él.

Pero toda esa paz que estaba formando desapareció al sentir unos brazos abrazarlo por detrás.

Conocía ese aroma y la complexión de ese cuerpo.

—¿Qué haces aquí?—Preguntó.

—No hables...puedo sentir cómo te sientes ahora, quieres paz, ¿no? Solo guarda silencio.—La suave voz de él lo hizo calmarse, cerró sus ojos nuevamente, su corazón latía rápido y sus manos se movieron hasta posicionarse sobre las manos de su ahora acompañante.

sᴏᴍᴇᴏɴᴇ ᴛᴏ ʟᴏᴠᴇ - ᴊᴇᴏɴɢᴄʜᴇᴏʟ ᴀᴜ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora