7

1.4K 168 12
                                    

La pasión de Seungcheol siempre fue la música, en especial él piano.

A la edad de 8 años quedó cautivado cuando vio a un pequeño niño, posiblemente un año menor que él, tocar el piano de manera impresionante en una de los shows de talento que hacía su escuela cada cierto tiempo.

Podía decirse que fue la primera persona de la cual se enamoró.

El niño vestido totalmente de blanco, pasaba sus pequeños y delicados dedos blancos por cada tecla, tocando estas con una delicadeza hermosa.

Seungcheol quedó cautivado al escucharlo tocar esa canción y aún más cuando lo vio parado frente al escenario con una hermosa sonrisa y rostro angelical.

Parecía un pequeño ángel caído del cielo, un ángel que lo enamoró por completo.

Pasaron días desde que aquel show de talentos dio por finalizar. El pequeño Seungcheol siempre buscaba por toda la escuela aquel angelical rostro pero nunca lo lograba encontrar.

No fue hasta un año después, en la sala de música, una dulce melodía lo atrajo hasta ese lugar, encontrándose con un pequeño y delgado cuerpo sentado frente al piano, tocando ágilmente este.

"-Enséñame a tocar el piano"

Esas fueron sus primeras palabras.

Estaba tan cautivado por cómo él tocaba a tan corta edad.

El niño dudo al principio pero terminó aceptando, logrando así una amistad larga con Seungcheol, una amistad que se rompió cuando ambos llegaron a secundaria.

Seungcheol siempre iba a los conciertos que su mejor amigo daba, cautivado por la belleza que veía.

Lo amaba, lo amaba más que a nada y nadie.

Lo amaba tanto como amaba la música.

Seungcheol amaba tanto a Jihoon que daría lo que fuera por estar junto a él.

"-Estoy enamorado de ti, estoy enamorado de este hermoso y angelical rostro, quiero que seas tú quien me destroce el corazón en mil pedazo, quiero vivir por ti, quiero verte sonreír para yo ser feliz. Quiero estar siempre a tu lado"

Y así fue, pasaron años de relación, una relación donde Seungcheol no estaba completamente seguro si Jihoon lo amaba, una relación bastante complicada y sin sentido.

Sin embargo, quizá esa promesa de estar siempre juntos, no se rompió en absoluto.

Jihoon resultó con muchas oportunidades para su carrera de pianista, oportunidades que por su puesto no rechazó en ningún momento. Salía del país por días, semanas, meses. Sus padres eran de la alta sociedad, Jihoon nunca le hizo falta algún centavo.

Vivía solo aquél primer año donde Seungcheol comenzó a estudiar en la universidad. Su relación con Jihoon había terminado, o eso creía, ya que en ningún momento dieron por finalizada la relación formalmente.

A pesar de todo, Seungcheol seguía aferrándose a Jihoon, y este último tampoco hacía el esfuerzo por terminar todo de una vez.

Cuando Seungcheol fue despedido de su trabajo y olvidado por sus padres, quienes creían que estudiar música no le serviría de nada en la vida, Jihoon estuvo allí para tenderle una mano, una suave y cálida mano que recibió con gusto.

Desde esa vez, Seungcheol comenzó a vivir junto a Jihoon en ese lujoso apartamento, donde ambos compartían la renta y bueno, quizá Seungcheol pagaba un cuarto de esta porque la paga de su reciente trabajo no era la mejor.

Vivía bien, a cambio de ordenar y hacer la limpieza de su hogar a cambio de comida, Jihoon siempre era el encargado de comprar la despensa para los dos.

Sin embargo, aquella inusual relación que tenían terminó volviéndose de alguna manera rara.

Jihoon no pasaba la mayoría de tiempo en casa, gracias a sus conciertos en alguna parte del país. Seungcheol no le importaba salir en esos momentos a divertirse un poco, encontrando aventuras de una sola noche. Jihoon estaba consciente de eso, pero nunca dijo nada así como cuando Seungcheol se mantenía callado las veces que recibía mensajes de parte de Jihoon avisando que pagará una noche en un hotel porque tenía "visitas especiales".

Seungcheol dejó de sentir celos pero eso no significaba que aún se aferraba a Jihoon.

Todas las mañanas compartían el desayuno juntos, Jihoon le hablaba sobre su vida fuera del apartamento, con una hermosa sonrisa y ojos ilusionados. Seungcheol adoraba verlo feliz, hablando de lo que más amaba.

Habían días en los que Jihoon era cariñoso con él, besos aquí y allá, palabras dulces y caricias no tan inocentes que terminaban ambos abrazados debajo de las sábanas de la cama un día después.

Seungcheol estaba seguro que aún lo amaba pero no de la misma manera que fue al principio.

-¿Te iras de nuevo? ¿no es tan rápido?

-Papá quiere llevarme con él de vacaciones por un mes. ¿Crees que puedas sobrevivir sin mi ese tiempo?

-Eso debería preguntar yo a ti, ¿hoy mismo partes?-Seungcheol lo observó de pies a cabeza. Vestía formalmente, aplicándose colonia en las muñecas para luego pasar estas por detrás de sus orejas. Tenía el cabello perfectamente peinado hacia atrás. Seungcheol fijó su mirada en esos pantalones de vestir que se ajustaban tan bien a sus piernas.

-¿Qué tanto me miras? ¿te gusto?

-Sabes que sí.

Jihoon rodó los ojos, se acercó donde su mayor se encontraba sentado, sentándose sobre su regazo y abrazando a este por el cuello.

-No hagas cosas estúpidas en mi ausencia, ¿entendido?

-Sí, como usted ordene, amo.

Una mano sobre sus glúteos lo hizo sobresalta, Seungcheol le sonrió de manera inocente.

-Si tan solo te hubieras levantado dos horas atrás, flojo...Bueno, se hace tarde para mi vuelo. -Antes de levantarse del regazo de Seungcheol, dejó pequeños besos en todo el rostro de este, evitando tocar sus labios.

Minutos después finalmente Jihoon había desaparecido por la puerta.

Un gran vacío volvió a aparecer dentro de su pecho, un vacío que siempre sentía cuando Jihoon no estaba junto a él.

Un vacío que deseaba tanto que desapareciera y fuera remplazado por algo bueno.

Seungcheol necesitaba ponerle fin a esto, necesitaba acabar con esos falsos sentimientos disfrazados por verdaderos.

Seungcheol necesitaba a alguien quién lo ayudara a salir de esto.

sᴏᴍᴇᴏɴᴇ ᴛᴏ ʟᴏᴠᴇ - ᴊᴇᴏɴɢᴄʜᴇᴏʟ ᴀᴜ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora