extra 5

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El frío viento golpeaba su rostro mientras corría hacía su destino, miraba el reloj de muñeca en algunas ocasiones.

Sabía que no era bueno haber apagado la alarma y decir un minuto más porque ese minuto duró media hora.

Sus planes nunca fueron trabajar de esa manera, tener jefe, un horario fijo y un sueldo miserable. Sin embargo, era la única oportunidad de su vida y no iba a desaprovecharla.

—¡Oh, lo siento!—Y lo que más deseaba que no sucediera, pasó.

Observó el pecho de la persona que se encontraba frente a él, una gran mancha de café sobre la camisa blanca de este, el café que antes sostenía en su mano ahora estaba en el suelo. Cerró sus ojos con fuerza y suspiró lentamente.

—Hey... tú—Asintió con la cabeza varias veces— ¿Lee Seokmin?

Abrió sus ojos al escuchar su nombre. Observando fijamente a esa persona. Abrió su boca con sorpresa reflejada en su rostro al reconocerlo, un pequeño dejavu vino a su cabeza, pero lo ignoro por completo gracias a su emoción.

—¡Joshua, amigo!

—Vaya... cuanto tiempo. He regresado al país en definitiva hace unos cuantos meses.

—Increíble. Yo... sigo aquí, atorado en un trabajo de mierda que... bueno, seguro hoy me despiden, ya qué.—Habló abultando sus labios y encogiéndose de hombros.

—¿Vas tarde?

—Demasiado tarde—Observó a su viejo amigo de pies a cabeza, trago en secó cuando su mirada se detuvo en la argolla de compromiso que tenía en su dedo anular de la mano derecha—. Te casarás.— Mustisó secamente.

—Oh. ¿Esto? Bueno... pueda parecerte estúpido pero, me han obligado a hacerlo.

—Entiendo.

—Bueno, no tengo prisa, necesito cambiar mi camisa y tú pareces resignado a perder tu empleo. ¿Qué tal si me acompañas a mi auto y desayunamos algo?

—Oh, no es necesario el desayuno, yo no tengo hambre... —El gruñido en su estómago dijo lo contrario, haciendo reír a Joshua, una risa que Seokmin tanto le encantó e hizo palpitar su corazón tan fuertemente.

—No mientas. Vamos, hay que ponernos al día de nuestras vidas, Seokkie.

Y fue así como ambos adultos de 28 años empezaron nuevamente esa relación que habían dejado en el olvido.

Seokmin recordaba muy bien el día que se le declaro a Joshua. Una mañana algo atareada, luego de haber despertado de una borrachera de la noche anterior. Salía de su apartamento, los ojos aún no los abría por completo y se acomodaba aquel gorro con el logo del restaurante donde trabajaba. Caminaba a paso rápido a su lugar de trabajo y como
todo un descuidado que es, no se fijo en la persona que caminaba frente a él, causando un accidente.

—¡Lee Seokmin! —Exclamó un Joshua, rodando los ojos mientras limpiaba el hoodie blanco que tenía puesto con ambas manos. La bebida de color celeste que Joshua antes tenía en manos estaba en el suelo y ahora una gran mancha celeste en el centro de su hoodie.

En ese momento sus manos comenzaron a temblar, balbuceando palabras sin sentido mientras se regañaba mentalmente por ser un chico descuidado.

Quito inmediatamente el gorro que tenía puesto para limpiar el desastre que hizo pero segundos despues fue detenido por su amigo, quién negó con la cabeza

—No, qué haces. Deja esto así, harás que quede peor. ¿Vas al trabajo, no?

—Sí, pero para ser sincero, perdí el autobús y llega otro dentro de diez minutos, en fin, otro trabajo perdido—Bufo rodando los ojos. Observó una banca cerca a donde estos se encontraban y sin dudarlo se sentó en esta.

sᴏᴍᴇᴏɴᴇ ᴛᴏ ʟᴏᴠᴇ - ᴊᴇᴏɴɢᴄʜᴇᴏʟ ᴀᴜ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora