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Miró por un largo tiempo el boleto que tenía en manos.

El tren no llegaba aún, los nervios lo comían vivo.

Volver al lugar donde creció como un niño sano y feliz, donde pasó una difícil adolescencia y donde ese amargo recuerdo aún existía en su memoria. Era difícil, regresar luego de cinco años para ver a su familia, no era tan sencillo como parecía.

Su teléfono sonó, y sin ver quién era contestó a la llamada.

—¿Si?

—Cariño, ¿ya estas en camino? —Suspiro decepcionado al escuchar la voz de su madre al otro lado de la línea.

—Tengo que esperar diez minutos más, mamá.

—Por favor, ven con cuidado, hijo.

—Claro... oh, creo que mi tren llegó antes de lo esperado— Mintió mientras caminaba hacía las sillas de espera, jalando con dificultad dos maletas con una sola mano— Te veo en unas cuantas horas, adiós.

Y colgó.

Escuchar su voz lo ponía más nervioso y no tenía planeado vomitar durante el viaje.

Los diez minutos finalmente pasaron volando, Jeonghan entró al tren con dificultad. Cuando finalmente llegó a su asiento lo primero que hizo fue ver su teléfono, específicamente el chat que tenía con Seungcheol.

Jeonghan se levantó a horas muy tempranas, quizá quería evitar a toda costa a Seungcheol, ya que el amargo y doloroso recuerdo de la noche anterior seguía intacto en su cabeza.
Un simple mensaje de "Cuida bien de casa mientras no estoy :)" fue su despedida y se decepcionó al instante cuando recibió un "Bien." de respuesta.

Quizá debía darse por vencido finalmente, acabar con todo y darse a valorar como debía ser.

Una persona apareció en su mente cuando lo pensó así, Joshua Hong.

Ahora que lo pensaba, Joshua nunca fue visto con alguien, en ningún momento se sincero con sus amigos y mucho menos con Jeonghan para decirle si gustaba de alguien, aunque claro, sabía más que bien sobre su enamoramiento hacia su persona.

Y Jeonghan se preguntaba, ¿ese amor no correspondido le impidió enamorarse de alguien más? Joshua es el hombre perfecto ante los ojos de Jeonghan, un hombre que le encantaría vivir una larga y hermosa vida unidos pero su corazón no pensaba de esa manera cuando existía Choi Seungcheol en su vida.

Jeonghan sacudió su cabeza inconscientemente, ¿cómo podía pensar en ellos en ese momento? Se supone que son sus vacaciones, las primeras vacaciones o parte de ellas lejos de la ciudad luego de tantos años los cuales se quedaba encerrado en casa o pidiendo tiempo extra con su jefe para seguir trabajando.

Las horas pasaron volando, o por lo menos eso sintió cuando despertó de aquel raro sueño y se dio cuenta que faltaban solo treinta minutos para llegar a su destino.

Cuando finalmente llegó se preparo mentalmente durante el corto camino a su antigua casa para enfrentar a sus padres.
Y cuando estuvo frente a la puerta de aquella vieja pero bien cuidada casa, se arrepintió y los nervios atacaron repentinamente.

Estaba a punto de regresar cuando la puerta se abrió, dejando a la vista a una mujer joven, que vestía un lindo conjunto rosa y el tenía el cabello recogido en una coleta.

—¡Jeonghan, ya estas aquí!—El abrazo que recibió de su madre lo dejó sin aliento. Con incomodidad correspondió aquel abrazo— Por favor, pasa, hijo, hemos estado muy ansiosos por tu llegada.

Al entrar Jeonghan el ya conocido aroma a canela y manzanilla inundó sus fosas nasales, un aroma típico de aquella vieja casa. Pasó su mirada a la decoración de esta, seguía igual aunque pudo notar la gran cantidad de cuadros que rellenaban las paredes.

Al llegar a la sala de estar, Jeonghan dr congeló al verlo sentado, leyendo el periódico con sus anteojos puestos y las piernas cruzadas.

Su madre carraspeo para llamar la atención de aquel hombre.—Jeonghan ha llegado ya.

El nombrado no se movió en ningún momento y sintió un escalofrío cuando la dura mirada de su padre lo recorrió de pies a cabeza.

—¿Por qué vistes así?

Jeonghan se observo a si mismo para luego verlo con confusión.

Llevaba unos jeans ajustados, una sudadera rosa pastel que hacían conjunto con sus zapatos del mismo color. Una gargantilla de encaje negro y un arete en una de sus orejas.

En parte sabia muy bien que su padre se molestaría al verlo, siempre fue así, atascado en los años pasados, juzgando la moda y estilo de vida de la época moderna.

—Pareces una chica, bueno, no me sorprende luego de saber cómo eres realmente...

Jeonghan sonrió forzadamente al escuchar aquel comentario.

—Amor, los jóvenes de ahora se visten así, no deberías porqué juzgarlo...oh, mi Han, lo siento tanto...¿Quieres descansar? He preparado tu habitación, ¿sabes dónde queda o necesitas que te guíe?

—No. Recuerdo perfectamente dónde es, gracias y nos vemos mañana.—Hizo una reverencia antes de caminar con ambas maletas en manos a su antigua habitación.

Al entrar en esta lo primero que hizo fue lanzarse sobre la cama, cerrando los ojos y lamentándose de no haber sido capaz de rechazar esta invitación.

Al abrirlos la realidad lo golpeó.

Observó con atención su habitación, todo seguía intacto así como esos recuerdos también.

Y sin evitarlo comenzó s recordar. Fue en esa misma habitación, cuando después de clases invitó a su primer novio haciéndolo pasar como un amigo que solo haría la tarea con él.
Fue ese día que la vida de Jeonghan comenzó a desmoronarse lentamente.

Cuando en un descuido su madre entró a la habitación con una bandeja con aperitivos para su hijo, pero esta calló al suelo cuando lo vio.

Jeonghan sentado sobre las piernas fe aquel chico, besando su rostro con una gran sonrisa en sus labios.

Aquel chico nunca más puso un pie en la casa y la decepción de sus padres s hizo más grande.

Su madre acudía junto a él a terapias con doctores y psicólogos, y aunque algunos de estos le decían que no tenía nada malo el ser así, ella no pensaba de la misma manera.

Su padre en cambio demostró su gran rechazo y decepción ignorandolo por siempre, o por lo menos recibiendo miradas de odio y desprecio.

Jeonghan pasó su adolescencia de la peor manera, sus padres ya no lo consideraban un hijo, su madre lloraba cada noche por la condición en la que Jeonghan se encontraba, arrepintiéndose de tener un hijo así cuando hablaba por teléfono con su hermana y su padre lo insultaba a sus espaldas sin saber que su hijo aún vivía en aquel lugar y podía escuchar claramente aquellas dolorosas palabras.

Fue difícil, tan difícil a punto de querer desaparecer tantas veces pero no tenía el suficiente valor para hacerlo. Pero fue así como los últimos años de escuela pasaron y finalmente decidió seguir con su vida de manera independiente, fuera de todo ese rechazo doloroso, viviendo una solitaria vida en paz y tranquilidad, olvidando su pasado o pretendiendo haberlo olvidado ya.

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Gracias por leer 😔 adoro ver sus comentarios/votos y saber que mi historia no es tan mala.

Les tqm y stream home;run 🌹

sᴏᴍᴇᴏɴᴇ ᴛᴏ ʟᴏᴠᴇ - ᴊᴇᴏɴɢᴄʜᴇᴏʟ ᴀᴜ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora