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Había transcurrido unas cuantas semanas desde lo sucedido, en este tiempo todo ha sido paz y tranquilidad para mí, ahora que esas dos se fueron me libre de un peso más. Entre las  chicas del grupo la paz se ha mantenido también, y lo que fue la “callada Emily” ya casi no existe, la castaña ha cogido un poco de confianza con el paso de los días uniéndose más en las conversaciones y opinando respecto a los temas, cosa que no podía hacer antes con su mala compañía. Hace una semana los chicos de Bangtan se fueron a USA ya que próximamente estarán participando en los Billboard y esta vez no he podido ni siquiera un adiós decirles.

Dejando de jugar con mi teléfono decido seguir trabajando ya que hoy será el día en el que llegue la última integrante del grupo o algo así supuestamente.

Cerré mis ojos por un momento frotandolos, desde hace días que no he podido dormir muy bien, sin importar que tan cansada llegué me cuesta conciliar el sueño por lo que terminó despierta hasta altas horas de la madrugada y es que aunque logré dormirme esto no dura mucho debido a que mi mente no deja de trabajar y pensar cosas por lo que nuevamente despierto y sigo el mismo procedimiento inclusive Aika cierra mi habitación con llave debido a que está harta de que de vueltas por el departamento sin parar, dice que un día de estos la voy a matar de verdad y eso me recordó a las veces que de pequeña solía hacer eso al no poder dormir debido a las incesantes visitas nocturnas de mi madre, solía escribirle a Rey quejándome de mi existencia y está me respondía aunque probablemente se estuviera muriendo de sueño.

Respire profundo pensando que me hice tan dependiente de ella que el día que tuvo que irse me di cuenta que sin su protección yo no era capaz de hacer nada por mi cuenta y los demás se aprovecharon de ello al ver que no sabría cómo defenderme.







//Hace cinco años atrás//


—¿Desde cuándo? —pregunto con seriedad la castaña.
—Desde cuando… ¿Qué? —respondió con otra pregunta la rubia sin prestar mucha atención al malhumor de su amiga.
—¡¿Desde cuándo Rey?! ¡¿Desde cuándo sabias lo de tu mudanza?! —exclamo con furia dejando sin palabras a la mencionada.

La rubia desvío la mirada apretando sus puños al saber que había sido descubierta por la más joven, era algo de lo que no quería hablar.

—Desde hace unas semanas ¿contenta? —dijo sin ninguna pizca de humor.
—¿Por qué no me lo dijiste? ¿No sé supone que somos amigas? —inquirió con molestia.
—Joder, claro que si, Akira, eres alguien muy importante para mí —suspiro preocupada por su menor— no te lo dije porque no quería que te sintieras triste, ni que te preocuparas.
—¿y no decírmelo es mejor? ¿Preferías irte sin decirme nada y dejarme… sola? —susurro lo último.
—Te lo iba a decir, solo que…  no todavía, planeaba hacerlo desde dentro de una semana y así pasar las últimas dos juntas pero mira el lado bueno, ahora tenemos un mes solo para nosotras, podremos disfrutar el tiempo que nos queda juntas.







La castaña jugaba con el estuche de su cámara fotográfica, este había sido el regalo de su amiga antes de irse definitivamente del país, sus padres habían decido llevársela a Alemania a estudiar allá con el propósito que tuviera una mejor educación que la que podría tener estando en esa institución, todo eso había sucedido hace un año, desde entonces la vida de Akira se había basado en altibajos emocionales, se sentía muy sola sin la presencia de su amiga y tampoco estaba dispuesta a siquiera conocer a gente nueva aunque no podía de todas maneras, debido a la mala reputación que se cargaba nadie se acercaba a ella por lo que su tarea de no socializar se le hacía más sencillo excepto por aquellas dos chicas que parecían disfrutar haciéndole la vida imposible.

Ahora Akira estaba frente la oficina de la directora debido a que esta la había llamado para discutir sobre un tema que desconocía la menor.

—¿Para qué me ha citado? —Directa, Akira respetaba a pocas personas y la directora no era una de ellas.
—Un poco de amabilidad no te haría mal —comenzo la mujer con disgusto— en fin, te he llamado porque ya estás en último año y pronto será tu graduación, eres una chica con promedio excelente ¿Sabes? Pensé que esto podría interesarte —le entrega un folleto y la castaña lo inspeccióna con curiosidad.

Akira lo tomo leyendo la palabra “Nivelamiento universitario” en el título.

—¿Sobre qué se trata esto? —inquirió con duda.
—Es un sitio para personas como tú.
—¿inadaptados sociales?
—¡No! bueno… si… ¡pero no! —Niega— está universidad solo se le ofrece está oportunidad a personas que estén dispuestas a lidiar con la carga académica que este te impone, verás, este curso te permite que mientras estudias tu último año de instituto al mismo tiempo y el primer semestre de la carrera que desees, es algo difícil pero no imposible.
—¿Significa que a los diez y ocho ya abría terminado la universidad? —La mujer asintió.
—Si te conformas con el T.S.U. solamente, si,  los diez y ocho.
—me apunto —dijo sin pensárselo demás.
—¡wow! Así como así ¿estas completamente segura?
—No tengo vida social por lo que esto me conviene.
—excelente —aplaudio entusiasmada la mujer— solo dame tus datos y todo listo .

Cuatro años más tarde una joven de diez y nueve años salía del aeropuerto.  El haberse enfrentado a estudiar en dos instalaciones distintas había sido muy agotador y difícil, muchas noches sin dormir en la que habia sobrevivido a base de café, pero Akira lo había logrado. Una vez cumplidos los diez y ocho no dudo en buscar un buen empleo con el que pudiera ganar bien y reunir suficiente para alejarse de su familia, estuvo trabajando con ese objetivo por todo un año hasta que tuviera suficiente para sobrevivir fuera del país por lo menos tres meses en lo que conseguía un empleo, cuanta fortuna tuvo cuando en internet encontró el anuncio de una empresa solicitando a un fotógrafo con conocimientos de diseño gráfico y publicidad.  Akira se sintió satisfecha al ver que era justamente lo que ella había estudiado y no lo dudo en pedir el empleo ya que este tenía todo lo que ella quería, trabajaría en un área en el que ella era experta, buena ganancia y lo mejor de todo… estaría a miles de kilómetros de su país natal… el coreano fue un idioma complicado de aprender pero sabía que si fallaba podría defenderse con el inglés.

Akira llego a su nuevo departamento por el cual había pagado meses atrás antes del viaje, tenía una semana para acomodarse, descansar y conocer un poco la ciudad este último no siendo tanto de su agrado porque ¡ugh! Caminar pero tendría que hacer todo eso para estar lista antes de ir a la pequeña empresa llamada Big Hit para asistir a su entrevista de trabajo.




//Actualidad//

El toque de la puerta logro que saliera de mis pensamientos y sonreí melancólicamente, quien diría que trabajar aquí seria el motivo de mis mejores recuerdos, las mejores amistades que pude tener y la causa de que sonriera más seguido.

—¡¿Quién es?! —pregunte a la persona detrás de la puerta.
—¡Pos la nueva, jefecita! —exclamo la voz desde afuera y yo frunci el ceño al darme cuenta que está chica agarraba confianza extremadamente rápido.

Soltando un suspiro preparándome mentalmente para cualquier cosa y rezando internamente que esta chica use la cabeza y no cause problemas me acerque para luego abrir la puerta encontrándome con una chica alta, me arriesgo a decir que de la altura de Jimin, pobre, vestida con mucho cuero y color negro.

Me recuerda a alguien… ¡Ah sí! A mí.

Siguiendo con mí para nada disimulada escaneo me encontré con el rostro de la chica, piel pálida de ojos de un bonito celeste, labios gruesos y un cabello corto y rubio.

Palidecí reconociendo a la chica y al parecer ella también me reconoció a mí por el desconcierto en su mirada.

—¿Niña china, japonesa, gringa, alemana, pony?  —Me llamo por ese apodo que alguna vez llegue a odiar.
—Siempre te dije que era de ascendencia japonesa —le respondí causando que mi antigua amiga sonriera antes de acercarse y unirnos en un abrazo.
—Que felicidad me haberte encontrado por fin, amiga.

Si, por fin...

Love Yourself || JungKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora