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Capitulo 39
Caminó por la acera dando grandes zancadas, cada paso era marcado y cargado de enojo y frustración. Camila, miró a los lados en un cruce y dudó brevemente antes de continuar moviéndose, las calles estaban parcialmente vacías, aunque no era tan tarde, probablemente era porque se trataba de un barrio residencial.
Todo en su cabeza era confuso, se sentía sobrecargada, pero a su vez sabía que algo se le estaba escapando y ese algo estaba segura era importante. Por la reacción de su primo no había dudas que fuera lo que fuera no era bueno.
Por ese motivo, aunque no confiara en, Hannah, estaba yendo a buscarla. Llegó a una intersección y detuvo la mirada en un cartel que ponía el nombre de la calle, entrecerró los ojos intentando leer, estaba oscuro y la luz de la calle no era suficiente.
Siguió caminando hasta la siguiente cuadra al ver que esa no era en la que vivía Hannah. Sintió el ruido de un motor aproximarse y miró hacia atrás creyendo que se trataba de Cameron, lo había obligado a detenerse cuando se hizo evidente que no iba a decirle nada. Se mostró reacio a hacerlo, pero ella no le dio otra opción.
Una parte de ella deseaba que hubiera sido Cam, pero fue claro que no se trataba de él cuando el auto pasó junto a ella, ignorándola. Preferiría en cualquier momento que fuera quien le dijera lo que le estaba siendo ocultado a tener que recurrir a la bruja de Baker. Pero no estaba en condiciones de elegir.
Llegó al final de la calle y los árboles que la saludaron se le hicieron familiares, esta vez antes de leer el nombre de la calle, sabía que se trataba de ella, había estado en su casa en el pasado. Poniendo los ojos en blanco recordó sus fiestas de cumpleaños. Si bien nunca se llevaron bien, había asistido a un par y siendo sincera, la chica sabía cómo celebrar.
Tomó aire varias veces y apretó sus manos, que colgaban a cada lado de su cuerpo, en puños apretados. De repente la seguridad que había sentido momentos antes comenzaba a flaquear, no estaba segura de querer escuchar lo que tuviera para decir. Miró a los lados, buscando no sabía que, tal vez con la esperanza de encontrar algo que la ayudase a decidir si continuar o no.
Una brisa fresca sopló, sacudiendo las copas de los árboles y levantando las hojas secas. Camila se estremeció, la piel de sus brazos se erizó. En este punto era difícil determinar si se debía al frio o a los nervios, lo más justo sería decir que a ambos.
Dejando su nerviosismo y el estado de malestar que poco a poco comenzaba a apoderarse de su cuerpo, exhaló con fuerza y avanzó por el camino de entrada de la casa de los Baker. Aunque el término casa quedaba chico, se trataba de una mansión de dos pisos, con grandes ventanales en el piso superior, aquello siempre le había gustado. Estaba segura que la luz por las mañanas era fabulosa, amaba sentir los rayos del sol filtrándose por las ventanas.
Mientras caminaba no pudo evitar patear alguna que otra piedra, los senderos que llevaban hasta la puerta principal estaban marcados con ellas, eran de un tono claro entre celeste y blanco. Subió los escalones de la entrada con rapidez y se detuvo frente a la puerta, pero sin hacer ningún movimiento para llamar, simplemente la observó.
Además de ser de una madera extremadamente costosa, también era de un tamaño mayor al promedio. La escena de Alvin y las ardillas, yendo a la casa de su vecino que creían un lobo, le vino a la mente, ciertamente la comparación le iba como un zapato de cuero.
Creyó que iba a estar otros buenos minutos contemplando la puerta mientras jugaba en su mente con la idea de darse media vuelta y marcharse o quedarse y afrontar su miedo. Sin embargo, no tuvo tiempo ni de perderse en su mente, porque como si supiera que estaba del otro lado de su puerta, Hannah apareció frente a ella.
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Eres Mia [Terminada]
WerewolfCuando era pequeña, Camila, conoció a un chico. Él siempre estaba ahí para ella, asegurándose que sonriera y que nadie la molestara. Estaban tan aferrados el uno al otro que cuando se fue, Camila quedó a la deriva. Años después el regresó, pero...