One Shots De Harry Potter

• Remus Lupin - 087

Título: "Corazón roto"

Advertencia: te vas a sentir mal por Remus:((

Los días en Hogwarts solían ser aburridos. Al menos hasta que Keyla llega para iluminarlos.

—¡Remusin! —tomo me mano y jalo de mi—. ¡Corre, rápido!

—¿A dónde me llevas?

—Necesito tu ayuda —no me esforcé tanto en caminar porque se que le gusta arrastrarme por todo el castillo y en ese tipo de momentos era cuando me sentía completo.

Llegamos hasta la sala común de Gryffindor. Dejo que me sentará y subió rápidamente a su dormitorio, dijo que esperara.

Su sonrisa y su cabello eran hermosos. Toda ella era simplemente perfecta. Me gustaba, y mucho, desde primer año. Y aunque nunca me he confesado se que ella, se que no corresponde mis sentimientos.

—¡Mira! —me mostró dos vestidos, uno negro y otro rojo—. ¿Cuál crees que me queda mejor?

—Con todo te ves hermosa —sonrio y mi estómago se sacudió.

—Eres un lindo. Te amo mucho, Remus —no como yo—. Pero... Tendré una cita con alguien el fin de semana en Hogsmeade, entonces de verdad necesito que me des una opinión.

—¿Una cita?

—Eres algo sordo —se burló.

—Solo me sorprende —le sonreí de vuelta—. Usa el negro.

—¡Gracias! —beso mi mejilla y volvió a su dormitorio. No iba a volver, la conozco.

La pregunta de quién sería ese chico me persiguió por días. ¿Dylan McWarrer de Ravenclaw? Era muy probable, siempre están juntos y ríen juntos. Pero yo también estoy con ella y nos divertimos... Siempre me he preguntado el por qué no me eligió.

—¡Oye, Remus! —mire a James que me veía preocupado—. ¿Todo bien?

—Si, todo bien.

—Entonces apúrate —Sirius me dio un golpe en el hombro— o vamos a llegar tarde a Hogsmeade.

—¿A ti desde cuándo te importa llegar temprano a algún lugar? —pregunto James con burla.

—Tu camina.

Cuando estábamos en las tres escobas James vio a Lily y salió corriendo. Luego de eso Sirius dijo que iba a molestarlos un rato. Me quedé con Peter, y charlamos un poco.

—Deberiamos ir a Zonko's —dijo—. Compremos algunas cosas para gastarle una broma a James y Sirius.

Pero no estaba de muy buen humor. No me molestaba el que Keyla quisiera salir con alguien, pero era imposible el quitarme el malestar.

—No lo se, yo...

—Anda, y luego vamos a Honeydukes por chocolate.

Me convenció. Salimos de las tres escobas y fuimos directo a Zonko's. Compramos plumas que al intentar escribir lanzaban un chorro de tinta directo en tu cara.

—Hay que dárselas en algun exámen —río Pettigrew— en venganza por poner baba de caracol en nuestros sándwiches.

—Eso sabia realmente... —una imagen paralizo todo mi cuerpo.

Keyla besaba lentamente a alguien más, y aunque la habia visto hacerlo con su ex pareja esta ocasión fue distinta, porque algo en mi se rompio.

—Remus, yo... —Black intentaba excusarse, pero no sabía como. Keyla estaba confundida y le sonreí sin ganas antes de irme.

Peter intento animarme de regreso a Hogwarts, pero nada funciono.

Al siguiente día al bajar a la sala común más temprano que los demás, vi a Sirius sentado en uno de los grandes sillones. Iba a pasar de largo pero él se levanto y me llamo.

—En realidad no quiero hablar contigo, Black —me sorprendi por lo cortante que sonaron mis palabras.

—Remus, hermano. Creeme que esto no estaba en mis planes, pero comence a acercarme a ella luego de ser parte de su equipo e pocionws, hasta que un día me confeso que le gustaba... y te juro que intente controlarme, pero no te estoy mintiendo cusndl te digo que comparto sus sentimientos...

Alguien se apodero de mi cuerpo, o eso pareció porque me lanze contra él tomándolo por el cuello de la camisa y mi puño en dirección a su cara.

—Te lo dije, Black. Te dije que podias quedarte con la chica que tu quisieras, menos Keyla —levante un poco su cabeza y él por primera vez se mostraba asustado frente a mi.

—Remus, por favor, ecuchame...

—No quiero escuchar a traidores.

—Bien, bien —alejo mi puño—. Lo dejare hasta aquí y todo normal, ¿de acuerdo?

Me levante cuando se escucharon pasos de las escaleras. Mire con odio a Sirius y dije entre dientes:
—Más te vale.

Durante la comida no habia rastros de Keyla o Sirius. James parecía haberse enterado porque se quedó conmigo en lugar de ir con Lily, y eso fue un buen gesto porque realmente estaba desanimado.

Al gran comedor entro Sirius, con pésima cara y aunque sonreía un poco no probo bocado.

No vi a Keyla hasta la clase de pociones, donde pidio al profesor cambiarla de equipo. Le tocó junto a mi. Intentaba hacerla sonreir porque tenía los animos en el suelo, pero ni siquiera mi mejor chiste logro hacerlo.

Cada día que pasaba era verlos peor, comenzaron aislarse de todos. Ahora Black solo pronunciaba cinco palabras en todo el día y Keyla ni siquiera saludaba a nadie.

—¿Crees que hice algo malo? —pregunte a Lily quien era la mejor dando consejos.

—¿Honestamente? —asentí y ella suspiro—. Creo que si.

—Es que yo... le dije a Sirius que me gustaba, incluso estaba para mi cuando me sentía mal por no ser suficiente en la vida de Keyla. Se lo pedi, Lily, le pedi que no tocara a esa chica.

—Lupin —sonrio y tomo mi mano—. Sirius tambien ha hablado conmigo y se que no tenía intenciones de lastimarte, pero en el corazon no se manda. Puedes seguir aferrado a un sentimiento no correspondido o soltarlo y dejar que ellos sean felices.

—Cuando nadie estaba para mi Keyla si —en mi garganta se formó un nudo—. Nunca me juzgo, ni siquiera al saber mis peores secretos. Es como la luz en la oscuridad de mi vida... Lily, ella es el amor de mi vida.

Ella sonrió con lástima aunque intento ocultarlo. Me abrazo y susurro un:
—Aveces tu destino no es estar junto al amor de tu vida, Remus.

—Pero yo quiero estar con ella.

—Considera lo que es correcto —se separó de mi— y hazlo rapido, porque mientras tú piensas el corazón de dos personas importantes en tu vida se está rompiendo.

Esas palabras me cayeron como un balde de agua fría. ¿Lily tenía razón? Nunca había visto a Sirius tan desanimado y a Keyla con tan poco brillo.

Fue difícil, pero junte el valor para acercarme a Sirius que caminaba por los pasillos arrastrando los pies.

—Yo... Estaba mal, Sirius —me miró luego de días de no hacerlo—. Los celos y la irá me cegaron por completo, tu sabes que no soy así, y lamento el daño que cause.

—No importa. Me di cuenta que ella... no es tan importante para mí como tú. Prefiero conservar tu amistad.

—Y la tendrás —puse mi mano en su hombro—, haz lo que te haga más feliz.

—¿En verdad? —asenti y sus ojos cobraron brillo.

Salió corriendo y no pregunté a dónde. Supuse de inmediato lo que haría y no me equivoqué, porque ese mismo día en la cena los ví juntos de la mano, ambos sonrientes y con el corazón completo.

Algo en mi pecho dolía, pero si eso era el precio por ver a mi amigo y al amor de mi vida felices, sabía que podía soportarlo.