Gym || Joerick || ADAPTACIÓN

17.-

—¿Qué demonios? —susurro para mí mismo mientras voy al centro de la cancha.

Sólo veo a seis estudiantes y no hay señal de ninguno más.

—¿Dónde están sus compañeros? —pregunto molesto.

Nadie responde, sólo miran al suelo con vergüenza y susurran cosas entre ellos.

—¿Dónde están? —hablo escupiendo por accidente—. Esta clase no es un juego, es un deporte e incluye disciplina.

Una chica alta de cabello rubio levanta la mano y mira a otro lado cuando la dejo hablar.

—Suspendieron a seis chicos por meterse en una pelea...

—¿Qué? —interrumpo.

—Después de la clase de ayer, Manuel y su grupo de amigos siguieron a Sebastián y Erick al baño.

—¿Y? —pregunto sintiendo una mezcla de emociones.

—Los encontraron besándose —finalmente me mira—. Los chicos golpearon a ambos. Intentaron defenderse pero eran muchos.

Siento el vómito a punto de salir de mi garganta y miro a otro lado intentando encontrar cualquier cosa que no me cree una imagen de esos dos asquerosos en mi cabeza.

—¿Y tú cómo sabes eso? —pregunto.

La sorpresa invade su cara y solo desvía la mirada encogiéndose de hombros.

—¿Cómo lo sabes? —pregunto molesto acercándome a ella.

—Y-Yo... Estaba ahí —confiesa y se cubre la cara—. Pero no hice nada, l-lo prometo.

—¡Eres una perra! —grita Becky.

La miro molesto y suspiro con pesadez. Suficiente.

—Fuera de mi clase —le digo a la amiga de Erick.

—¿Q-Qué?

—Qué te largues de aquí —hablo fuerte—. No tienes derecho a hablar sin mi autorización y mucho menos a agredir a otra compañera.

—¡Fue cómplice de lo que le hicieron a Sebas y Erick! —grita como si ellos no se lo merecieran.

Me encojo de hombros.

—Se lo buscaron —susurro sin que nadie me escuche—. Tú no sabes las circunstancias, ¿o también estabas ahí? —pregunto realmente molesto—. Si tanto quieres a tu compañero, ¿hiciste algo por él?

—N-No, pe-pero ella...

—Ella estaba asustada —la defiendo—. Seis matones contra un chico enfermo y otro escuálido —hablo pensando en aquella imagen de ellos besándose—. Se quedó paralizada ante el momento, ¿quieres culpar a su miedo?

Becky niega y comienza a tartamudear.

—No estaba... N-No estaba ahí, pe-pero...

—Señorita Becky —hablo poniendo mis manos en mi cadera y acercándome a ella con el ceño fruncido—. Retírese de mi clase. Es la última vez que se lo pido amablemente.

Abre la boca en grande y parece que va a decir algo pero sólo suelta un quejido de frustración y se da la vuelta para salir echando humos.

—Tú, niña —le hablo a la chica de cabello rubio—. Da quince vueltas.

Se va sin decirme nada.

No sé cómo sentirme.

Desearía que me hubieran buscado durante la pelea. Los hubiera ayudado.

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—Gabbb.