Comienzo a sudar ligeramente, aunque mi cuerpo se siente fresco. Las rodillas de Erick caen sobre mis pies evitando que pueda moverme mucho, al menos lo suficiente como para que el director sospeche cualquier cosa.
—¿De qué quiere hablar? —pregunto bajando ambas manos debajo del escritorio y jalando a Colón del cabello.
Escucho como inhala aire por el dolor para no hacer ruido y sus manos agarran las mías. Casi no tengo espacio para moverme, por lo que subo las manos y las paso por detrás de mi cabeza como si estuviera relajado pero el peso de Erick en mis pies me está lastimando un poco.
—Quiero hablar sobre los uniformes.
—Oh... —digo poniéndole más atención.
—¿Algún problema?
—No, no —niego e intentó patear a Erick cuando bajo la mirada y me mira con una sonrisa.
Mis manos comienzan a sudar y temblar ligeramente. Hace cualquier cosa y terminará en el hospital.
—¿Ya tiene a los doce elegidos?
—Tengo algunos en mente, ¿por qué?
Agarro las manos de Colón que comienzan a subir por mis muslos. Aprieto mis dientes y agarro sus muñecas con fuerza para que no se mueva.
No puedo verlo a menos que vuelva a hacer para atrás, pero tendría que soltar sus muñecas y no quiero que siga con ese juego estúpido.
—Necesito que para el fin de esta semana me de los nombres para mandarlos a imprimir.
—¿De esta semana? —digo sorprendido.
Erick forcejea conmigo debajo del escritorio y es que le estoy apretando tanto las muñecas que incluso a mi me duele la fuerza que pongo en ello.
—Es muy poco tiempo —digo aún forcejeando, intentando no hacer mucho movimiento.
—Carajo —susurro inclinándome hacia enfrente.
—¿Se encuentra bien, señor Pimentel? —pregunta al ver que cierro los ojos con fuerza.
La rabia invade mi cuerpo cuando siento el aliento caliente de Erick atravesar la toalla y llegar hasta mi miembro.
La boca de Colón está tan cerca y suelto sus manos para tomar su cuello y empujarlo cuando pasa su lengua sobre la tela de la toalla y su saliva humedece ligeramente mi miembro.
—Señor Pimentel...
—M-Me siento algo mal —digo, sintiendo la mano de Colón deshacer el nudo de la toalla.
Intento detenerlo moviendo la pierna y empujando su brazo, pero junto con su brazo, cae la toalla del lado contrario a la puerta.
—¿Necesita algo? —se levanta alarmado.
—Iré a su oficina en unos minutos, si no le molesta —le digo intentando ocultar toda la rabia apretando los dientes.
La mano del chico sube y lo detengo con la mía, soltando su cuello y cometiendo un error.
—No es necesario —dice y se para con postura—. ¿Está seguro? No tomaré más de diez minutos de su tiempo.
Con todo descaro, Erick mete su mano izquierda entre mis piernas y toma mi miembro.
—¡Ah! —jadeo y aprieto el agarre en su cuello, enterrándole las uñas.
—Señor Pimentel...
—Director, creo que voy a vomitar —hablo en serio.
—Iré por la enfermera —dice.
Meto mis piernas más dentro del escritorio cuando el director pasa al lado y abre la puerta para salir.
Cierra la puerta y comienzo a sentir algo húmedo recorrer mi extensión.
Empujo la silla hacia atrás con mis brazos, pero no me muevo mucho ya que Erick tiene mi miembro entre sus manos.
Volteo hacia abajo y lo encuentro metiendo mi punta en su boca, haciéndome sentir asco mezclado con excitación, después de todo soy un humano y mi cuerpo reacciona a sus acciones, pero el asco y odio me domina más.
Tomo a Colón de la camisa haciendo que se levante para observarle la cara, la cual trae una sonrisa ladina.
—¿Dejará a Becky en el equipo, profesor?
No termina de hablar cuando está de nuevo en el piso, esta vez, completamente acostado ya que no detuvo el puñetazo directo en su mandíbula.
—Hijo de perra —mascullo, e ignorando que no traigo nada puesto, me pongo de cuchillas sobre él para comenzar a golpear su cara.
Un golpe. Sale sangre de su labio.
—¡Profesor! —ruega, protegiéndose la cara inútilmente.
Levanto más mi brazo y suelto otro golpe. Escupe sangre y comienza a llorar.
—¡Señor Pimentel! —se escucha por el pasillo la voz del viejo.
Tomo a Erick de la camisa y casi cargándolo lo llevo hasta el baño, dejándolo caer sin cuidado en el piso.
Cierro la puerta detrás de nosotros y yo tomo unos boxers para vestirme rápido, en todo momento escuchando los sollozos del chico de ojos verdes.
—Haces algún ruido y te juro que no sales de aquí con vida —amenazo mientras termino de ponerme unos jeans negros y salgo por la puerta del baño—. Lo siento, director. Creo que comí algo que me hizo mal, pero me siento mejor. Si no le importa, me gustaría descansar un poco —tengo un estudiante que matar a solas.
—D-De acuerdo —tartamudea pidiéndole disculpas con la mirada a la enfermera—. Los nombres de los elegidos en mi escritorio el viernes, sin excusas.
Y salió, dejándome con más furia y un saco de boxeo en el baño.
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—Gabbb.
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Gym || Joerick || ADAPTACIÓN
FanfictionEn donde el nuevo entrenador de basketball, Joel Pimentel, es homofóbico. Esta novela es CONTENIDO ORIGINAL DE WellNotToday, quien borró la cuenta pero antes de hacerlo comentó que su historia puede ser adaptada, así que espero que les vaya a gustar...