—¡Joel! —grita Zabdiel cuando finalmente prendo el celular y contesto una de sus llamadas.
Después de ver que algunas luces se prendían y apagaban en la casa de Erick regresé a mi casa. Aunque no quisiera, tenía que contarle todo a Zabdiel, los asuntos legales no eran lo mío, y mucho menos de Erick. En cuanto regresé a casa entré azotando la puerta y prendiendo el celular. Daba vueltas por toda la cocina y sala, no podía mantenerme quieto, me sentía impotente.
—¿Quieres ayudar a Erick? —le digo—. Bien, empecemos con el problema más reciente; Sebastián, tiene dieciocho años. Creo que viene de una familia con dinero, lo que explicaría su actitud de mierda.
—Joel, espera. Primero...
—Intentó abusar de él —informo—. Mañana mismo hablaré con el director para que lo expulsen. Pero necesitamos tu ayuda para meterlo al reclusorio.
—¿Necesitamos? —pregunta—. Erick no es así, él no metería a alguien al reclusorio, mucho menos si es el chico que le gusta —asegura y casi golpeo la barra de la cocina.
—¿Cómo sabes que es el chico que le gusta? —pregunto intrigando.
—Dijiste Sebastián, ¿no? Desde el primer día de escuela nos habló de él.
Ahora solo pienso que Erick se llevó una decepción con él.
—Sí, bueno. Quiere presentar cargos —miento—. Cuando regreses él te lo explicará todo. Pero por ahora ve consiguiendo el abogado.
—Estaremos... —suspira—. Regresaremos mañana por la noche.
—Creí que regresarían hasta el miércoles... ¿Sabes qué? Me da lo mismo.
—Nuestros amigos nos necesitan.
—Erick te necesita. Yo no —escupo con molestia.
—Sé que me pasé con ese comentario, Joel. Pero... —sus palabras siempre son firmes, siempre mide lo que dirá, y no dudo que lo haya hecho antes.
—Sí, bueno... —interrumpo. Por un momento estoy por mencionar su engaño, pero mejor me callo—. No importa —cuelgo.
El silencio vuelve a invadir la casa. Solo por unos segundos hasta que escucho un sollozo.
—¿Erick? —pregunto, porque lo he escuchado llorar tantas veces que puedo reconocerlo. Cosa que suena realmente triste.
El sonido viene de abajo, así que camino a las escaleras y entro al sótano.
La luz está apagada, pero por la puerta por la que entro llega a haber un poco de luz. Un escenario demasiado nostálgico y deprimente.
—¿Jo-Joel? —susurra su voz; está quebrada.
Puedo ver la silueta de su cuerpo sentado en el sillón. Abraza sus piernas contra su pecho. Ahora está vestido con unos jeans claros y una camisa amarillo pálido de margas largas.
Veo como gira su cabeza y pronuncia de nuevo mi nombre.
—Creí que estabas en tu casa —comento con voz baja mientras termino de bajar las escaleras.
Me quedo al final de las escaleras, tengo miedo de acercarme y asustarlo. En su situación no querría que nadie me tocara.
—Fui, m-me bañé p-pero... —oculta su rostro entre sus piernas.
Se siente sucio.
—¿Puedo acercarme? —pregunto, pero no obtengo respuesta, solo sigue llorando.
—¿E-estoy abusando si digo que... Que me siento mejor e-estando aquí que en mi hogar? —pregunta, su voz se ahoga contra sus piernas, pero puedo escucharlo.
—No, está bien —aseguro—. Eso ni siquiera es un hogar —doy algunos pasos y quedo a poco más de un metro de él—. Tu mamá está en casa, tu padre salió —le informo por si quiere saberlo.
Asiente con la cabeza y sonríe un poco, casi nada.
—¿C-cómo lo sabes? ¿Ella está bien?
—Vi a tu padre salir de tu casa y varios minutos después algunas luces se prendieron y apagaron.
Erick aprieta la mandíbula y se limpia los ojos con sus dedos juntos.
—Presentarás la denuncia contra Sebastián —le digo, aunque suena más como una orden—. Quiero decir... Lo harás, ¿verdad?
—N-no lo sé —se encoge de hombros—. Si me meto en problemas, si hago que la policía se acerque más a mí... —niega y pasa sus manos por su cabeza jalando su cabello—. T-tengo miedo de lo que le haga a mi mamá por mi culpa.
—Erick...
—No, no puedo hacerlo —habla firme, ni siquiera hay duda en su voz—. No seré el culpable esta vez.
—Tú no tienes la culpa de nada —hablo y me acerco a él. Para mi suerte no se altera ante eso, aunque aún tomo precauciones—. No mereces nada de esto.
Me siento a su lado, dejando cierta distancia. Pero ahora solo quiero tocarlo, necesito saber si aún puede confiar en alguien, en mí.
—Solo resiste un poco más, ¿bien? —intento tranquilizarlo.
Estiro mi mano para tocar su espalda, pero me retracto. No sé qué hacer.
—Lo siento, Joel —habla y me mira.
Su cara está roja, en su rostro parece haber decepción, estoy lo suficientemente cerca para ver su rostro y saber que me duele ver a alguien así. A quien sea.
—¿Por qué? —pregunto—. No me...
Sus brazos sueltan sus piernas y se apoya con sus manos para inclinarse a mí. Interrumpiéndome con sus labios sobre los míos, besándome, tomando mi nuca y mejillas con sus manos.
Tengo los ojos abiertos y veo sus gruesas pestañas juntas y húmedas por sus lágrimas. Por un momento me quedo paralizado. No mueve sus labios, y yo tampoco, solo lo alejo un poco.
—No soy gay —aclaro a centímetros de sus labios cuando lo alejo lo suficiente.
A pesar de eso, siento algo incómodo en mí. Una nueva sensación, porque hace días, lo hubiera golpeado hasta dejarlo en el hospital.
Pero ahora no siento nada. No tengo problemas con que me bese, solo siento un contacto físico. Sin embargo... Erick no me gusta. Es mi amigo. Y no soy gay.
—¿Recuerdas las reglas que pusiste? Para que Becky no dijera nada —pregunta, y siento sus deditos jugar con el cabello de mi cabeza.
Yo asiento con la cabeza, y me siento incómodo por tener a Erick tan cerca mío. No quiero que vuelva a besarme, pero tampoco quiero alejarlo, lo lastimaría y ahuyentaría.
Sus ojos verdes ven directamente a los míos, me está lastimando. Mi respiración se agita y mis ojos se humedecen sin que pueda evitarlo.
—Las nuevas reglas solo fueron que terminara con Sebastián y-y que hablara con Christopher y Zabdiel —me dice—. Discutimos y no dijo la última regla —hasta ahora noto eso—. No rompí ninguna regla, ¿verdad?
Rompiste algo en mí.
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—Gabbb.
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Gym || Joerick || ADAPTACIÓN
FanficEn donde el nuevo entrenador de basketball, Joel Pimentel, es homofóbico. Esta novela es CONTENIDO ORIGINAL DE WellNotToday, quien borró la cuenta pero antes de hacerlo comentó que su historia puede ser adaptada, así que espero que les vaya a gustar...