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Despierto y enseguida siento el sudor caliente caer por mi frente y cuello, causándome una leve comezón, la cual ignoro al escuchar un relámpago sonar.

Miro por la ventana y veo que aún está lloviendo, solo un poco, lo suficiente. Luego miro el reloj: 09:00.

No recuerdo mi sueño, pero mi piel está de gallina, me duele el estómago y siento como si alguien me observara. No es común en mi asustarme con una película... Tal vez, solo un poco.

Camino al baño y limpio mi sudor con una toalla para después quitarme la camisa, mis jeans y meterme con boxers al agua templada, aunque mayormente fría.

No me baño, solo dejo que mi sudor sea remplazado por agua fresca y luego salgo, quitándome los boxers y envolviendo una toalla en la cadera.

Observo mi torso en el espejo y veo las gotitas de agua deslizarse por él. A pesar de que no tengo demasiados músculos, las gotitas se mueven en curvas cuando resbalan. Mi piel es un poco pálida pero las venas de mi brazos y manos se remarcan demasiado. Mi cabello está alborotado y un poco desteñido. Así que saco un tinte y lo dejo sobre el lavabo para luego ir a mi cuarto por un poco de ropa limpia.

Alguien toca la puerta cuando estoy caminando de regreso al baño, así que termino bajando y atendiendo.

—¿Hacen entregas de correo tan tarde? —pregunto algo confuso al ver al tipo con una caja entre los brazos.

—Es un favor para un amigo, su jefe. El director de la escuela —comenta el señor mientras me entrega la caja que trae en brazos. En ella viene una nota azul:

"Los uniformes quedaron geniales, espero le gusten tanto como a el resto de los maestros. —Director Martínez."

—Claro, entiendo —digo sin sonreír y hago una bolita con el papel—. ¿Tengo que firma algo?

—Ah, no —niega—. Me dijo que trajera los uniformes aquí y era todo. Que tenga buena noche, señor —dice y se da la vuelta para caminar a su auto.

Cierro la puerta y dejo la caja en la mesa de la cocina, saco un cuchillo y rompo la cinta para abrir la caja.

Todas las playeras y shorts son rojos, con el número y apellido del jugador en la espalda de color blanco.

La primera camisa es del capitán del equipo. El número 01 y brilla un poco por la luz del foco, así que la apago y cierro la caja sin sacar las playeras, solo dejando la del capitán sobre la caja.

—¿Erick? ¿Estás despierto? —pregunto mientras bajo las escaleras, viendo como sus piernas se mueven bajo la cobija.

Termino de bajar y lo veo acomodarse nuevamente.

No veo sus manos ya que las mangas se han desenrollado. Tiene un poco de sudor en su frente y en el cuello.

—Despierta, Erick.

Él niega, creo que inconscientemente. Y toma mi mano para abrazarla, pero yo la quito.

—Erick, ya es tarde —toco su hombro para sacudirlo un poquito.

Se da la vuelta, dándome la espalda y cubriéndose hasta la cabeza con la cobija. Deja demasiado espacio y yo decido dejarme caer en la cama después de suspirar con fuerza.

Lo sacudo con un poco más de fuerza y él voltea, mirándome con el ceño fruncido y lo ojos adormilados.

—Puedo escuchar la lluvia desde aquí —dice y cierra sus ojos de nuevo.

Imagino a unos padres normales, probablemente con policías fuera de su casa y una familia asustada porque su hijo no ha aparecido en más de veinticuatro horas. Imagino que es la familia de Erick y solo nace un deseo de llevarlo a casa, con una familia perfecta como la mía. Yo crecí con la típica imagen de familia americana perfecta. Es extraño ver un caso diferente, ver a alguien con mejor educación que la mía sin ningún sentido.

Gym || Joerick || ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora