—¿Aún quieres dormir? —pregunto cuando me doy la vuelta.
Erick se talla los ojitos como un niño pequeño y asiente después de ladear la cabeza y pensarlo un poco.
—Desdoblaré el sofá.
Camino con Erick detrás hasta el sótano y despliego el mueble, estirando las cobijas que Erick había doblado y acomodando algunos cojines en el suelo ya que sobraban.
—¿Usted no está cansado? —pregunta y se sienta con las piernas cruzadas en medio de la cama.
—Tengo cosas que hacer, pero puedes dormirte. No creo que el fantasma te mate... Bueno, no hoy —sonrío cuando el rostro de Erick palidece y abre los ojos en grande.
—N-no diga eso —rápidamente mete sus piernas debajo de las cobijas.
—Oye, ya estás bastante grande para asustarte por un maldito fantasma inexistente, ¿no crees? —pregunto mientras me siento en la orilla de la cama.
—Usted también gritó —se defiende.
—Oh, ¿hablas de algo... ¡Así? —grito y agarro sus piernas sobre la cobija en un movimiento rápido, asustándolo con intención.
—¡No! —chilla y mueve sus piernas—. ¡Lo va a matar a usted primero! —se cruza de brazos frunciendo el ceño.
—¿Por qué a mí primero? —cuestiono después de reír un poco. Realmente es como pasar el tiempo con un niño pequeño.
—En la película el fantasma primero hace desaparecer a los más grandes —ladea la cabeza con una pequeña sonrisa victoriosa.
—Bueno, y después de que me mate o me haga desaparecer no habrá nadie que te salve del fantasma —me encojo de hombros con desinterés.
—P-pero... ¡No! Eso es trampa, usted ni siquiera me salvaría de un fantasma.
Entrecierro mis ojos y me inclino un poco.
—Touché —sonrió un poco y me levanto—. Ya duérmete, te despertaré cuando pare de llover.
Erick borra un poco su sonrisa y asiente con la cabeza para recostarse sobre sus manos.
—Gracias —repite por novena vez en el día y yo pongo los ojos en blanco cuando no me ve. Pero no porque me fastidie, es porque es muy modesto.
Mientras subo las escaleras me pregunto quién le enseñó esa educación. Para tener una familia llena de mierda debería ser un rebelde, uno de esos chicos que abusan en la escuela y fuman desde los quince.
Mi celular suena cuando estoy en la sala, sacándome de mis pensamientos.
Tomo el celular y me siento en el sillón para contestar la videollamada de Christopher.
—¡Joel! —grita animadamente y yo tapo el parlante con un dedo.
—Espera... —respondo y tomo mis audífonos para conectarlos—. Listo, perdón —digo con el cable y el parlante cerca de la boca.
—¿Qué pasa? ¿Hay alguien más ahí? —pregunta Zabdiel, que aparece por detrás.
—Erick está abajo —comento y miro la puerta abierta que da al sótano. Solo no la cierro porque parecerá que tengo a alguien secuestrado.
—¿Erick sigue ahí? —pregunta Vélez sorprendido—. Creí que lo llevarías a su casa apenas dieran las ocho de la mañana.
—Ja, ja —lo miro con molestia fingida—. Para tu información, eso iba a hacer. Pero... agh, es una larga historia, mejor díganme cómo van en L.A —pido con una pequeña sonrisa.
La fotógrafa de la banda, Natti, aparece por atrás con una sonrisa.
—Hola, Joey —saludó a la cámara y regreso el saludo.
Casi no la conozco ni la veo, solo cuando la banda toca en un bar o festival. Su cabello es largo y ahora está teñido de ceniza, es algo alta y delgada.
—Natti está haciendo un gran trabajo, al igual que todos. Y el concierto fue ¡asombroso! —exclama Zabdiel con entusiasmo.
—Oye, ¿y cómo está Erick? —pregunta Chris y yo evito molestarme, parece bastante feliz.
—Está bien, supongo. Ya sabes, llorando por cualquier cosa que le diga.
—¿Qué? —su sonrisa se va y mira serio hacia la cámara.
—Es broma, mariposa. Está bien, lo llevé al cine.
Zabdiel le quita el celular a Chris y tapa la cámara, se escucha algunos murmullos y en la pantalla vuelve a aparecer Zabdiel, pero solo él. En una habitación diferente.
—No juegues así con Chris —me mira molesto y finjo estar indignado aunque realmente si lo estoy—. Que aún esté en tu casa y llevarlo al cine, ¿en serio, Joel?
—¡Hablo en serio! —exclamo y me cubro la boca para no despertar a Erick—. Admito que no fue mi idea, fue de Johann, pero bueno... No fue tan malo... A excepción de cuando tomó mi mano. Es extraño, ¿sabes?
—¿De qué hablas, Joel? —me mira, entrecerrando los ojos—. ¿Qué le hiciste?
—¡Puta madre, que no le hice nada! —grito ahora molesto—. ¿Ves esto? —señalo la cortadita en mi mejilla—. Pues él lo hizo, así que dime quién está jodiendo a quién.
—Erick no golpearía ni a un ser tan inservible como su padre... O tú —me mira incrédulo.
Por un momento siento que me está comparando con su padre, que por lo que he escuchado no es nada agradable. Me duele un poco el pecho y siento una presión en la garganta. Quiero vomitar.
—¡Que sí! —me defiendo—. Oye, no me hagas gritar, está durmiendo y no quiero que se despierte para hablarme sobre una película que ya vi... ¡Qué fui a ver con él! —grito en un susurro.
Zabdiel se talla los ojos y niega.
—No, Joel. Es casi inimaginable, n-no puedo creerte. Pero te juro que si estás mintiendo e ilusionando a Chris no volverás a ver nuestras caras —asegura.
—¡Puta madre contigo! —debo dejar de decir "puta"—. Cuando regresen se los demostraré, y tú —lo señalo—. Me deberás una disculpa... no, me deberás dos disculpas.
—¿Por qué dos?
—Porque yo quiero que te disculpes dos veces.
—Y si es mentira no será necesario que te disculpes, ya te dije que pasará —sonríe falsamente.
—Oye, ¿eres amigo mío o de Erick? —pregunto molesto.
—De Chris —sonríe mostrando sus dientes—. Por cierto, ¿cuándo regresarás a Erickin a su casa?
—Le dije que cuando deje de llover lo llevaré —contesto recordando como es su casa.
—Joel... no entiendo, ¿por qué defiende a su padre? No sería mejor si...
—Sí, supongo —interrumpo—. Pero no sé, supongo que es porque es su padre. Y después de todo, lo quiere, ¿no?... Tú amas a tu padre.
—Sí, pero porque él me ama a mí. Me cuidó y crío a diferencia del de Erick... ¿Sabías que intentó huir de casa de pequeño?
—Sí, me contó una parte de la historia —le digo.
—¿No crees que?... Sería mejor, ya sabes, meter asuntos legales y todas esas cosas.
—¿Con qué dinero Erick contrataría un abogado?
—Serás pendej... Joel, eso es maltrato familiar. Si Erick habla entonces el Estado le dará un abogado y ni siquiera será necesario. Ahora hay testigos, es cosa de actuar ya.
—Lo siento, señor político —digo de mal humor—. Y no sé... Si Erick no habla es por algo, ¿no crees que algo se lo impide?
—No me sorprendería que fuera su padre el que se lo impide.
--------------------
—Gabbb.
ESTÁS LEYENDO
Gym || Joerick || ADAPTACIÓN
FanfictionEn donde el nuevo entrenador de basketball, Joel Pimentel, es homofóbico. Esta novela es CONTENIDO ORIGINAL DE WellNotToday, quien borró la cuenta pero antes de hacerlo comentó que su historia puede ser adaptada, así que espero que les vaya a gustar...