Gym || Joerick || ADAPTACIÓN

15.-

Me detengo afuera de la puerta de la casa de Zabdiel y lo pienso varias veces hasta que finalmente me decido a tocar la puerta casi con desespero.

En cuanto abre y me ve frunce el ceño, pero casi no lo noto porque en seguida me lanzo hacia él, abrazándolo y llorando en su hombro.

—Y dices que no eres gay —me dice.

Yo solo sollozo apretando el agarre y él camina hacia atrás conmigo en su pecho. Cierra la puerta con la mano y me separa de él, viéndome a la cara preocupado.

—¿Qué te sucede? ¿Estás bien? —pregunta viendo mi cuerpo por si tengo alguna herida.

Asiento con la cabeza pero él niega.

—Ver a Joel Pimentel llorar no es algo nada común, en absoluto, de hecho solo te he visto llorar dos veces —me toma por los hombros y me abraza—. ¿Te diste cuenta de que eres gay?

Lo empujo bruscamente, mirándolo enojado y limpiándome las lágrimas.

—No estoy para jugar.

—Joel, no sé que tengas. Pero estoy seguro de que no quieres estar aquí justo ahora.

La voz de Chris se escucha desde la cocina, haciendo un comentario sarcástico y luego una risita que en seguida sé que es de Erick.

Bufo mientras veo a Zabdiel y limpio mis lágrimas.

—¿Quién era, Zabdi? —pregunta Christopher desde la cocina.

—N-No importa, Chris —grita—. Vuelvo en un rato, olvidé que tengo algo que hacer.

—Está bien —dice y se escucha como Erick ríe un poco.

¿Ya son pareja? No tengo ni que imaginarlo para que las ganas de vomitar se apoderen de mí.

—Dios, Joey. Estás muy pálido —susurra Zabdiel.

Toma su sudadera azul del perchero y abre la puerta para que salga y él después de mí.

—Creí que me odiabas —comento cuando llegamos a la acera.

—Lo hago cuando eres un idiota homofóbico —responde rascándose la nuca—. Pero tampoco es que disfrute verte llorar. Como dije, es un extraño suceso, ¿qué suced...?

—Vi a Emilia —digo sin preámbulos.

Zabdiel se detiene en seco y me mira curioso.

—¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Qué te dijo?

—Cómo, no importa. Cuándo, hace unos minutos. Me dijo básicamente que me extraña, que quiere volver a intentarlo.

—Joel, tú me dijiste...

—Todo lo que te he dicho es verdad —digo con la voz quebrada—. Todo. La amo, pero sabes que...

—Si, lo sé, Joel. Pero...

—Me besó —lo interrumpo apretando los puños y dejando caer algunas lágrimas—. Dolió, Zabdiel. No lo entiendes, p-pero... Me hizo recordar demasiado. La extraño, todos estos años creí que podría superarlo, pero ella... —me detengo para mirar a todos lados, como intentando buscar palabras, respuestas.

—Joel, aquí es donde te pregunto si te importa más una relación o un futuro.

—Eso no ayuda, Zabdiel. En absoluto.

Me abraza fuertemente y yo solo comienzo a llorar de nuevo.

—Desde pequeño quise eso, la amo pero...

—Lo sé, y te apoyo. Tranquilo —me responde y me abraza aún más fuerte.

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—Gabbb.