67.-

1.3K 137 129
                                    

—¡Qué demonios? —grita su padre en la puerta, el olor a alcohol llegó incluso antes de que abriera la boca. Hasta puedo oler un poco de marihuana.

Tomo la mano de Erick y sin pensarlo dos veces nos giro y comienzo a bajar los escalones deprisa con él a mi lado, escuchando maldiciones y pasos pesados detrás nuestro. No pienso dejarlo aquí solo después de ver esa reacción.

—¡Eres una maldita vergüenza! ¡Te odio, asqueroso de mierda! —grita nuevamente su padre cuando llegamos a la banqueta.

Quiero ignorarlo, pero escucho un sollozo de parte de Erick. El dolor de sus comentarios repercute en mí. Aprieto la mano de él e intento que comience a correr hasta mi auto, pero entonces pasa.

Corro esperando que Erick me siga el paso, pero al solo dar dos pasos siento la mano de Colón jalar en dirección contraria. Miro atrás y noto que Erito a logrado tomar la camisa de Erick, jalándolo hacia él con brusquedad.

Erick suelta mi mano casi por instinto, quiero gritarle pero el único sonido que logro escuchar entonces, no es el sonido de mi voz, es el impacto de la palma de Erito contra la mejilla de Erick provocando que él casi caiga al piso. Pero su padre logra sostenerlo de la camisa antes de que caiga, sacudiendo su cuerpo con fuerza hasta que regreso para separarlos.

—¡No quiero volver a verte la cara aquí en mi puta vida! —grita su padre.

Tomo los brazos de Erito y lo empujo lo bastante fuerte para que la mezcla del empujón y su ebriedad lo hagan caer. Giro y sostengo a Erick por los hombros, parándome enfrente suyo. La zona donde Erito lo golpeó dejó una marca tan roja como sus ojos, los cuales retienen pesadas lágrimas. Su labio inferior tiembla tanto como sus manos y cuerpo entero. Quiero abrazarlo, pero siento unas manos en mi espalda, jalándome lejos de él.

Volteo y no tengo tiempo de esquivar el puño de Erito. Me golpea en la mejilla. Me tambaleo un poco, dando pasos torpes hacía atrás, sintiendo las manos de Erick sostenerme. Erito no tiene mucha fuerza para ser tan robusto.

—¡Déjalo! —le grita Colón con la voz quebrada.

—¡Nunca deseé tanto que no hubieras nacido como lo estoy haciendo hoy! —dice erito y entonces la ira me consume, dejo que el odio tome el control.

Sin importarme los futuros problemas, tomo impulso y corro contra él, rodeando su abdomen con mis brazos y empujándolo, haciéndonos caer casi en medio de la calle.

No puedo creer que Erick tiene que soportar está mierda diariamente por gente tan estúpida como él o yo. Su padre me provoca grima y asco, ni siquiera pienso en lo que hago, solo quiero sacar todo mi odio contra alguien que lo merezca, como él, como yo.

—¡Joel! —escucho el grito de Zabdiel, quién seguramente ha salido por los gritos.

Ignoro el grito y mi puño impacta contra la cara de Erito con toda la fuerza e ira que tengo acumulado en el cuerpo. Un dolor recorre todo mi brazo ante el puñetazo, pero no me detengo y vuelvo a golpearlo, una y otra vez hasta que Erito logra mover su cabeza para el cuarto puñetazo y mi mano da contra el cemento.

Grito aunque en el momento no siento tanto dolor gracias a la adrenalina. Erito toma ventaja y me golpea en el rostro. A lo lejos, escucho gritos combinados entre Erick, Zabdiel, Christopher y algunos vecinos.

Caigo de lado y Erito logra levantarse para patearme en el estómago. Quiero vomitar, mi alrededor da vueltas y mi cabeza duele después de varios golpes suyos. Pero mientras me recupero en el piso, lo veo acercarse a Erick y golpearlo en el rostro, provocado que caiga sobre el pasto del jardín de algún vecino.

Zabdiel logra llegar a él, empujándolo lejos y arrodillándose a un lado de Erick, impidiendo que vuelva a acercarse a él.

Yo tomo fuerzas suficientes y logro levantarme, corriendo hacia Erito y tirándolo sobre el jardín, a un lado de Erick y Zabdiel. Su cráneo rebota contra el pasto y me subo a horcajadas sobre él. Su cara está roja y ligeramente ensangrentada por los golpes anteriores, pero no me inmuta y vuelvo a golpearlo, está vez en la boca.

—¡Jamás volverás a tocarlo, maldito bastardo! —le grito en la cara y lo golpeo en la mejilla.

Escupe sangre, lo tomo por la camisa para levantar su cabeza y vuelvo a golpearlo sin tener un objetivo específico aparte de su cara.

Cuando estoy por volver a golpearlo, unos manos me jalan lejos de él. Y en cuanto ven que tengo intenciones de regresar a golpearlo, más oficiales que en algún momento llegaron me rodean y toman mi cuerpo para retenerme con el pecho contra el suelo.

—Es él —dice Zabdiel, logro ver su silueta entre los pies de los policías—. Erito Colón.

Mi respiración está agitada, quiero buscar a Erick pero en cuanto levanto un poco la cabeza algún policía me empuja para que mi cara este contra el suelo nuevamente.

—¡Fue en defensa propia! —grito cuando siento unas esposas rodear mis muñecas.

—Veremos lo que los testigos tienen por decir —habla la voz ronca de alguno y luego varios oficiales me ayudan a levantarme para comenzar a caminar hacia una patrulla.

—¡Joel! —la voz rota de Erick me hace girar, lastimando mis muñecas y provocando que los oficiales me tomen con fuerza de los hombros.

—¡Erick! —grito de vuelta y logro verlo saltar para verme sobre el hombro de unos policías que no lo dejan acercarse a mí.

—¡Hey, hey! —exclama Zabdiel, poniendo su brazo entre la puerta de la patrulla y yo antes de que entre—. Él vio que golpeaban al chico, salió a separarlos y el señor Colón lo golpeó. Fue cuando se defendió. Él no hizo nada —aclara.

Lo miro intentando dar las gracias pero él no me mira a mí. Parece furioso, confundido y alterado.

No lo culpo.

Dentro de pocos segundos siento y escucho que retiran las esposas de mis muñecas, y en cuanto siento mis manos libres, me giro para esquivar a los policías y volver a buscar a Erick, pero antes de que pueda buscarlo más su pequeño cuerpo impacta contra el mío.

Me abraza con fuerza y yo a él. Llora sobre mi pecho y yo lo abrazo por la espalda, sosteniéndolo con fuerza y recargando mi mejilla sobre su cabeza. Cierro los ojos con fuerza y siento su cuerpo temblar contra el mío.

Por alguna razón me siento tan mal conmigo mismo, sé que ahora Erick me verá como el monstruo que es su padre, igual de enfermo e idiota. Tan violento e inestable.

—Lo lamento, Erick. Perdón —le susurro e ignoro completamente el hecho de que todos nos miran—. Está bien, no volverá a hacerles nada —prometo y levanto mi cabeza, viendo a las espaldas de Erick como a Erito lo meten a una patrulla mientras me mira con odio y asco.

A lo lejos, veo como sacan a una mujer de la casa de Erick. No puedo observarla por mucho sin sentir lástima por su estado y forma, así que cierro mis ojos con fuerza nuevamente y sostengo el cuerpo de Erick contra el mío.

--------------------

Gabbb.

Gym || Joerick || ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora