Capítulo 21

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Pequeña cita

-Buen trabajo chicos, hablaré con mi padre sobre las labores que hagáis aquí- Dijo Lobo antes de irse de la habitación junto con Sergio.

Nos encontrábamos en el Vanilla, justo en la habitación donde hacíamos todos los tratos con la mafia.

-¿Siempre es tan seco?- Pregunté.

-Siempre ha necesitado una novia- Contestó Galya sentándose en una de las sillas con un vendaje en la mano.

Intentaba ponérselo a duras penas sola.
Me acerqué a ella y me senté en la silla de enfrente. Agarré su mano y la venda y comencé a ayudarla.
Ella me sonrió.

-¿Sigue pendiente la cena de esta noche? ¿O al final vas a cenar con tu hermano?- Preguntó Galya.

-Cenar con mi hermano es tentador, pero prefiero cenar contigo- Contesté. Ambos nos sonreímos.

-¿Qué ha sido de ti este tiempo Minguito?- Preguntó Braxxter- Estábamos preocupados.

-Sí ¿Qué haces con los Tinaja? Omar nos contó que te ha visto con algunos de ellos- Dije mientras seguía ayudando a Galya a ponerse su venda.

-Es algo que no puedo deciros aún y menos aquí. Solo os puedo decir que estéis tranquilos, sé lo que hago. Ya hablaré con Omar para tranquilizarle- Contestó seguro.

Braxxter y yo nos miramos un momento y luego volví a mi tarea de ayudar a Galya.

[...]

Decidí llevar a Galya a cenar a un bonito restaurante. No perdía su estilo gótico, pero tenía que reconocer que incluso así se veía preciosa y muy elegante.

-¿Y hace mucho que conoces a Lobo?- Pregunté mientras le echaba un poco de vino en su copa.

-Es una historia larga...- Dijo antes de soltar una pequeña risa nostálgica.

-Me encantan las historias largas...- Contesté mirándola fijamente. Ella sonrió, tenía una gran sonrisa.

-Le conozco casi desde que tengo uso de razón...- En ese momento llegó el camarero y puso nuestra comida en la mesa- Mis padres se separaron cuando tenía como 4 años o así...a veces pienso que fue por mí y no por problemas internos en la relación, como me contó mi madre.

Ella suspiró y yo la miraba con atención. A pesar de ser una historia no muy alegre, se mantenía bastante neutral, me estaba sorprendiendo bastante de que no se le quebrara la voz, el típico cliché de la persona que se rompe al contar su historia. Era una chica bastante fuerte.

-Debió de ser duro...- Dije sin más, mientras ella empezaba a comer.

-Tenía 4 años, para mí no fue duro, desde mi perspectiva de niña, era que me iba de mi casa con mi madre a otra- Contestó. Yo asentí y empecé a comer también- Pasaron los años y superé a mi padre. Él nunca llamaba, ni me venía a visitar, así que fue fácil para mí saber que ya no tenía padre...siempre he sido una chica bastante fuerte emocionalmente- Ella sonrió un momento.

-Sí, me he dado cuenta. Eso te hace más...poderosa- Ella volvió a sonreír pero de forma más amplia.

-Gracias...- Yo le guiñé un ojo antes de beber un poco de vino- El caso es que a los 5 años, más o menos, vino a mi clase de infantil un alumno nuevo...

-Lobo...- Contesté. Ella asintió.

-¿Te digo la verdad? Empecé a llamarle Lobo y ya ni me acuerdo de su nombre real- Comencé a reír y ella me siguió.

-Lo que pasó fue que empecé a pasar cada vez más y más tiempo con él y cuando ya fuimos adolescentes, nos dimos cuentas que su padre y mi madre, tenían algo...- Casi me atraganto con la comida al escuchar eso.

-¿Enserio?- Pregunté sorprendido.

-Sí- Ella rió ante mi reacción- No me lo tomé mal, a fin de cuentas, mi madre necesitaba ser feliz con alguien y Lobo...bueno, a él le costó más aceptarlo, pero le hice entrar en razón y al final le enseñé a pretender la felicidad de su padre.

-Eso fue un gran gesto- Comenté. Ella volvió a sonreír.

-Y bueno, después me enteré de lo de...la banda y empecé a trabajar con ellos como camarera en el Vanilla y también en...recogidas de dinero- Entendí a lo que se refería.

-Genial- Sonreí- ¿Y qué ha sido de tu madre? ¿Sabe todo?- Ella se aclaró la garganta.

-Se enteró sí y siguió su relación con Paul...pero al poco tiempo le diagnosticaron cáncer y hace poco menos de un año murió...- Contestó.

Me quedé helado en la silla, la había cagado muchísimo.

-Yo...lo siento- Fue lo único que mi boca pudo soltar.

-No te preocupes...- Contestó- Son cosas que pasan y que hay superar, nadie es para siempre- Dijo, agarré su manos con duda para mostrarle mi apoyo y ella sonrió sin quitar su mano.

Seguimos cenando.

[...]

-Gracias por invitarme, Fargan- Dijo cuando salimos del restaurante.

-Me apetecía invitarte a algo- Contesté. Nos acercamos al coche- ¿Quiéres ir a algún sitio más?

Ella se quedó mirándome, vi un pequeño sentimiento de tristeza en sus ojos.

-Sí...igual no es un gran lugar pero...quiero ir...- Contestó. Yo la miré fijamente.

Galya me había pedido que la llevara al cementerio. Desde luego no era el mejor lugar para una cita, pero entendía que era importante para ella.

Mientras salíamos del coche, se levantó un poco de viento y Galya se abrazó a sí misma por el frío que eso le ocasionó, así que le di mi chaqueta.

Caminamos un poco por el cementerio, realmente, iba a donde Galya me guiaba. Nos paramos delante de una lápida.

«Sabrina Petrov 1964-2019»

-Es la tumba de mi madre- Dijo al pararnos.

-Siento mucho lo que pasó, Galya- Dije mirando la lápida.

-Está bien...no pasa nada- Dijo un poco entrecortado. Ahora sí la había notado un poco derrumbada.

Mi único acto reflejo fue abrazarla, no estaba sollozando, pero sí me devolvió el abrazo con fuerza.
Miré hacia la lápida de nuevo.

Continuará...

Callejeros [Fargan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora