Callejeros [Fargan]

Capítulo 23

Noches en Los Santos

Llegamos a casa.

Fui directo a mi habitación y agarré una camiseta de pijama. Cuando volví a la sala, ella miraba con atención todo.

-Tenéis una casa muy acogedora- Dijo ella.

-Sí, bueno, con el dinero del último atraco pensábamos comprarnos un ático más grande y mucho mejor que esté apartamento- Contesté. Ella asintió- Toma, puedes usarla de pijama.

-Gracias...- Dijo ella.

-Duerme en mi habitación, yo dormiré en la de Braxxter.

Ella asintió y se dirigió a mí habitación.
Iba a ir yo a la de mi hermano, pero me di cuenta que Galya se había dejado la puerta entreabierta y por un momento vi cómo estaba quitándose la camiseta y los pantalones quedando en ropa interior.

Algo se estremeció dentro de mí. No podía olvidar cómo me miraba siempre, su historia, sus ojos, su pelo, y ahora tampoco iba a olvidar su cuerpo...

Me alejé rápido de la puerta y entré corriendo a la habitación de Braxxter.
Suspiré y también empecé a quitarme la ropa para ponerme mis pantalones de pijama, dormía sin camiseta.

Me tumbé en la cama. Por mucho que daba vueltas no conseguía dormir. Miré el reloj y todavía no había pasado más que una hora.

No podía olvidarme de ella, se había quedado metida en mi mente.
De repente la puerta sonó.

-¿Sí?- Dije.

Galya abrió tímidamente la puerta. Su trenza característica ahora estaba suelta y se había quedado su pelo con un ondulado muy bonito.

Llevaba mi camiseta y debajo supuse que no llevaba nada más que su ropa interior.

-¿Puedo pasar?- Preguntó aún desde la puerta.

Yo me senté en la cama- Sí- Dije- ¿Pasa algo?

-No podía dormir- Ella se acercó a la cama y se sentó al lado mía.

-Yo tampoco puedo- Dije mirándola.

Se veía preciosa, no había casi luz, nada más que las luces de la calle, pero me era más que suficiente para admirar su hermosa belleza.

-Es curioso, porque tendríamos que estar muy cansados, pero...sin embargo no podemos dormir- Dijo antes de mirarme fijamente.

Me quedé también mirándola. Realmente no podía dejar de hacerlo.

-Eres preciosa...- Dije mirando sus ojos. Ella tragó saliva y sonrió con timidez.

-Gracias...- Dijo antes morderse el labio.

Puse una mano en su mejilla y ella me miró.

-No puedo entender bien lo que está pasando, Galya- Dije mirándola fijamente a los ojos.

-¿No puedes dejar de pensar en mí? ¿Verdad?- Lo preguntó como si supiera a la perfección lo que yo sentía. Ella apartó la mirada al instante cuando se dio cuenta de lo que había dicho.

Me acerqué aún más a ella y puse mi otra mano en su cintura. Ella me miró.

-Sí...es justo lo que me pasa- Dije mirando sus labios.

Me sorprendí ya que ella dio el paso de besarme. Puso sus manos en mi pecho. Nos separamos un momento y nos quedamos mirando, aunque aún estábamos muy cerca.
Luego volvimos a besarnos, pero esta vez se tornó algo más caliente.

+18

Agarré fuerte su cintura y ella  se subió encima de mí, pero yo me tumbé por completo en la cama. Acaricié su espalda por debajo de la camiseta y luego bajé hacia su trasero, para apretarlo. Era increíble la forma en la que que me estaba calentando.
Bajó mis pantalones y se sentó por completo encima de mí. Gruñí al notar cómo se sentaba encima de mi miembro. Ella sonrió.

Estando sentada encima de mí, me di cuenta que no llevaba sujetador. Sus pezones se podían notar a la perfección a través de la camiseta, incluso podía ver qué tenía unos piercings en ellos. Ella acariciaba mi pecho, se acomodó un poco más y empezó a tocarme por encima del calzón. Yo agarré sus pechos por encima de la camiseta y no aguanté a quitársela. Efectivamente, tenía piercings en sus pezones.
Nunca los había visto de cerca, pero se veían bien sexy.

De un momento a otro, ambos estábamos completamente desnudos. Ella estaba encima de mí, dándome sentones, me encantaba ver cómo disfrutaba dar sentones encima de mí. Apreté sus pechos de nuevo y acaricié sus pezones con mis pulgares. Ella gemía y se mordía el labio, eso me calentaba mucho. En estos momentos, agradecía que mi hermano tuviera condones en su mesilla de noche. Acaricié su cuerpo completamente mientras disfrutaba de sus movimientos.

No aguantamos más y ambos llegamos al clímax. Ambos nos besamos. Y ella se tumbó al lado mía jadeando.

-Ha sido increíble- Dije con una gran sonrisa.

-Sí- Contestó ella aún jadeando.

Continuará...