Capitulo 45: Ojos que miran al miedo

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Les traigo un capítulo largo,  que lo disfruten:)

*Leer nota del final❤*

•💙•💙•💙•💙•💙•

Alexander Pearson

Frías.

Escucho el tintineo de las cadenas balanceandose de un lado a otro, y a este mismo haciendo eco en la habitación, alarmando a los presentes que no habían hecho nada más que permanecer quietos con los ojos encima de mí.

¿Por qué me miran tanto?...

Yo no hice nada más que parpadear tranquilo, moviendo unicamente mis manos, sintiendo la textura aspera de las cadenas enredadas en mis muñecas.

Cierto...ella se los ordenó, les ordenó que me vigilaran...A ellos y todos los que han venido a pararse frente a mí sin hacer nada...

Sentí como mi piel me escocía internamente, estando conciente del vamperus impregnado en el acero, pero yo no hice nada para expresar el dolor, ya que este ahora mismo me resultaba insignificante, pues mi mente estaba concentrada en otra cosa.

Frías.

—Las cadenas están frías—murmuro para mis adentros, con voz aspera e irreconocible, pero por alguna razón, esto tampoco me importó.

Noté el cambio en el aura de los tres condenados frente a mí, no importaba cuanto lo aparentaran, estaban preparados para el momento en que me abalanzara sobre ellos. De verdad creían que en cualquier momento rompería las cadenas para acabarlos.

Como si para lograr eso fuera necesario tocarlos...

—Sarah...—murmuro—. ¿En donde está Sarah?

—Lleva preguntando lo mismo desde hace dos horas, eso fue lo que me dijeron—escucho como le dice el de la derecha al que está al frente—. Quiere ver a Sarah Cooper

—Como si fueramos a decirtelo—gruñe enfadado, pero ni aunque soltara todas las maldiciones podría ocultar el miedo que estaba carcomiendolo justo ahora.

—Ten cuidado, Gaten—oigo que le dice otro—. No olvides lo que nos advirtieron antes de venir aquí a vigilarlo...Recuerda, que estamos relevando a otros condenados que no pudieron hacerlo.

—Es cierto...—me dejo caer un poco hacia ellos, balanceandome con las cadenas que llevo en las manos. Estas están bien sujetas al techo, pero dudo que me tarde más de dos segundos en romperlas—. Ellos tampoco quisieron decirme en donde estaba así que yo...

Ante esto, el que debe llamarse Gaten, asiente refunfuñando a regañadientes.

—Quiero ver a mi novia.

—La Salvadora nos dio la orden de retenerte aquí hasta que fuera seguro—habla otro, no menos grosero—. De todas formas, dudo que si vuelves a ver a tu novia, sea la misma de antes—escucho una risita, y yo cierro los ojos al encontrarla molesta—. Seguramente ya ha sido victima de los efectos de Corazón.

Me quedo en silencio por unos instantes, esperando a que alguno de ellos vuelva a hablar. Cuando no sucede, prosigo:

—¿Entonces...?—murmuro—. ¿Ninguno de ustedes va a llevarme con mi novia?

Los tres se quedan en silencio, pero puedo sentir sus miradas clavadas en mí. El miedo atravesando sus cuerpos y manteniendolos con los pies pegados al suelo, sus cuerpos paralizados.

—Oigan...—susurro, y sin poder evitarlo, una diminuta sonrisa se desliza en mis labios—. ¿Ya vieron lo que hay detrás de ustedes?

—¿De qué está hablando?—dijo el de la izquierda, antes de voltear junto a los otros dos.

Dark Souls |TC3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora