Dark Souls |TC3

Capítulo 56: Mi queridísimo alcalde

Pregunta de smilexxlr 💙Para Elízabeth (se que estás en el más alla), si James tiene algo con otra chica, y tú volvieras a la vida, estarías enojada?💙

Monique *Presentando*: ¡Muy bien chicos, después de muchos intentos al fin hemos logrado comunicarnos con nuestra invitada de hoy para que responda su pregunta...Y bien, ¿Elízabeth qué es lo que respondes?

Elízabeth *respondiendo desde el más allá*: James ha sido mi único amor y yo confío en lo que él siente por mí. Sé que está agradecido conmigo porque me ve como la persona que lo salvó de seguir un mal camino y la que lo hizo creer que alguien como él también podía ser feliz. Él mismo me lo dijo, y es porque lo amo, que si supiera que encontró a alguien más con quien compartir sus sentimientos, yo no podría sentirme de otra manera más que feliz por saber que ha podido seguir viviendo y ser la increíble persona que es.

Monique *tratando de no llorar*: Eso fue...tan hermoso...gracias a todos por leer, los dejo continuar con el capítulo de hoy mientras sufro en silencio.

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Capítulo 56: Mi queridísimo alcalde

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Adelí Mathews

Me siento diferente.

No puedo dejar de sentir eso mientras los dos condenados nos llevan a Sarah y a mí por el pasillo hacia nuestra celda compartida, con esa actitud grosera que se cargan todos los seguidores de Emmily, esa mala costumbre de mirar a las otras criaturas como si fueramos pedazos de mierda.

Sí, así es exactamente como nos están tratando ahora, y yo no siento nada...

Todo esto no deja de resultarme extraño, pero lo que lo es todavía más es el hecho de que no me parece algo por lo que deba preocuparme. Como si todo esto estuviese bien.

Me he sentido así desde que desperte en la celda, sé que Alex le hizo algo a los recuerdos de los demás...¿Pero qué fue exactamente lo que le hizo a mi mente?

Por alguna razón siento que no debería pensar en eso.

Siento una punzada a mi derecha, dandome cuenta de que el condenado de barba oscura se me ha quedado viendo por más de un minuto, mis nervios me crispan los hombros, y me vuelvo hacia él enfurecida.

—Te quemaré los ojos—gruño entre dientes.

El condenado hace una mueca, pero despues de unos segundos de pensarselo mejor, opta por mirar a otra dirección.

—¡Silencio, prisionera!—me grita el otro.

—Vete al diablo.

—¡Oye tú!—se acerca a mí, como si esa acción fuera a intimidarme—. Cierra esa boca de una maldita vez o si no...

—¿O si no qué?—le corto—. En dos días moriré, ¿Acaso crees que me preocupan tus amenazas?

—¡Adelí!—dice Sarah, en tono de "¿Qué rayos crees que haces?"

—Dudo que tengas tanta imaginación como para hacerme algo que me haga arrepentirme—continúo hablandole al condenado.

—¡Eres una...!—escupe, levantando su mano, pero antes de que la baje para golpearme, el condenado se queda tieso, y abre los ojos completamente, antes de echarse a gritar.