El resto de la semana pasó con demasiada lentitud.
Había evitado a Liam siempre que me era posible. Si veía que se acercaba por el pasillo o algo así, me escondía en el baño más cercano o aula. Había conseguido con éxito que Bonnie aparcara su coche lo más lejos de el de Liam cada día.
Solo había una cosa donde no había podido librarme de él, los castigos y en su estúpida clase de matemáticas.
Los castigos a la hora del almuerzo estuvieron bien, no me los quitó así que solo me senté hasta atrás de la clase mientras escuchaba música y leía. Lo ignoraba completamente, al igual que él hizo conmigo. No me volvió a comprar el almuerzo otra vez; y de todas formas cada día me hice un sándwich para poder devolverle su bolsa de almuerzo si lo hiciera.
Sus clases seguían siendo horribles. No tenía ni idea de lo que estaba haciendo. Apenas conseguí entender algo. El echo de que todo el tiempo las chicas babeaban y coqueteaban como locas con él me ponía de mal humor, la mayoría de las veces.
No me dio preferencia, pero tampoco me ignoró del todo, simplemente termino tratándome como a cualquier otro estudiante en su clase. Excepto que quizás obtuve menos sonrisas por su parte.
De hecho, ahora que lo pienso, no obtuve sonrisas en absoluto, pero fue probablemente porque tampoco le dedique ninguna.
Tyler y yo nos reuniríamos el sábado en su casa para ayudarme a estudiar las dichosas matemáticas. Hoy era viernes y tenía previsto reunirme con Dylan en cualquier momento.
Mientras la campana sonaba señalando el final del día, recogí mis libros y me quedé esperando que Bonnie recogiera su cabello en un moño informal.
-Así que esta noche es la gran cita -dijo con entusiasmo, guiñándome un ojo -.
Casi podía sentir la mirada de Liam taladrándome un lado de la cabeza. Por el rabillo del ojo podía verlo parado allí, observándome. Todo su cuerpo parecía tenso, apunto de romperse.
-No es una cita -aclare -.
Comenzaba a ponerme nerviosa el hecho de tener allí a Liam mirándome fijamente. ¿Por qué no me ignoraba simplemente sin más como los demás días?
-Vas a ir al cine con un chico, es una cita -contestó, agitando la mano con desdén -.
Negué con la cabeza y abrí la boca para protestar, pero ella habló otra vez interrumpiéndome.
-Debería ser una cita de todos modos, porque yo sí me lo haría con ese chico sin pensar y tú deberías hacer lo mismo – bromeó ella - te ayudaría a superar al señor perfecto si saltaras sobre su hermano.
-¡Bonnie! -exclamé -.
Agarré su brazo y tiré de ella hacia mí, para decirle que se callara la boca.
Demasiado tarde.
Escuché un estruendo desde la dirección de Liam y giré para ver que había caminado hacia su escritorio, golpeando las sillas y dejado caer el montón de libros que llevaba consigo.
-¿Está usted bien, señor Cowell? ¿Necesita ayuda? -ofreció Bonnie, sonriendo -.
-Eh... Este... No, está bien. Gracias por ofrecerse -rechazó educadamente -.
Miré el reloj de mi muñeca, tenía que irme si no quería llegar tarde.
-Me tengo que ir -murmuré, mirando solo a Bonnie - nos vemos el domingo.
La abracé rápidamente, antes de caminar hacia la puerta dejándola para que terminara de recoger sus cosas.
-¡April, espera! -me llamó Liam -.
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No sé qué somos
Teen FictionApril es una chica de 17 años, que disfruta del verano antes de su último año de instituto. Ella como toda adolescente esta en esa edad en la que un no siempre puede llegar a ser un sí, incluso colarse con carnet falso en una discoteca con sus amiga...