Aquella noche pasó volando. El sábado fue el día más feliz que había tenido en mucho tiempo. Sólo estar en el apartamento de Liam, mientras sujetaba su mano, y hablarle como solíamos hacerlo fue increíble.
Seguimos nuestra vieja rutina tan fácilmente que fue casi mágico. El único problema era que las horas que pasé con él no parecieron suficientes. Me llevó a casa, después de darme un beso corto y dedicarme una de sus hermosas sonrisas.
Me costo trabajo dormirme esa noche, todo lo que podía oír era a él diciéndome que me amaba.
El domingo, había quedado con Bonnie para que pudiéramos ir de compras para su cita con Logan. Estaba ridículamente entusiasmada por ello, tan feliz que ni siquiera pude decir una palabra durante casi toda la hora que estuvimos recorriendo el centro comercial, probando cada vestido bonito que había.
Después de contestar uno de los mensajes de Liam, Bonnie frunció el ceño y miró mi teléfono.
-¿Con quién te mensajeas? ¿Con Tyler? -preguntó, sujetando una minifalda corta de la que inspeccionó cada centímetro antes de ponerla en el estante, negando con la cabeza -.
Sonreí y llene mis pulmones de aire antes de contestar.
-Con Liam -la corregí, mirando como su boca caía abierta por la sorpresa -.
Ella agarró mi brazo y me atrajo más cerca.
-¿Liam? ¿Cómo el Señor profesor Caliente con el que solías salir? -siseó con los ojos muy abiertos-.
Me reí.
-¿Conoces a algún otro Liam? -reí -.
-Oh Dios, tú... él... ¿qué? - balbuceó -.
Sonreí y quité su agarre de mi brazo.
-Volvimos, ¡Pero no puedes decírselo a nadie! -dije en tono severo -.
Ella abrió y cerró la boca un par de veces, y me reí por lo tonta que parecía. Enrojecí y miré por toda la tienda rápidamente para asegurarme de que nadie más estaba allí porque sabía que iba a tener un ataque en exactamente cinco... cuatro...tres... dos...
-¡Oh Dios mío, April! -gritó mientras agarraba por mis hombros y me zarandeaba con emoción -.
Me reí y negué, llevando los dedos a mis labios.
-¡Shhh! - le dije -¡Tienes que calmarte, Bonnie! Tenemos que mantenerlo en secreto, ¡así que silencio!.
Hice una mueca mientras una señora cerca nos miraba con curiosidad antes de girarse y salir de la tienda, murmurando bajito algo sobre nosotras «tramando algo malo».
Bonnie apretó la mano sobre su boca.
-Cuéntame -murmuró, las palabras apenas perceptibles a través su mano-.
Suspiré soñadora y comprobé que nadie estaba escuchando una vez más antes de contárselo todo.
Le conté sobre el paintball y cómo me había perseguido porque quería lanzarme una bola de pintura. Le hablé de lo que dijo acerca de tratar de mantenerse alejado de mí, que me dijo que me amaba cuando me dio un beso. Le dije que fui a su casa la noche anterior, y que hablamos y vimos una película. Le dije cómo nos pusimos de acuerdo para ver a donde llegábamos pero que lo íbamos a mantener en secreto hasta que me graduase.
Todo el tiempo que estuve hablando ella sólo escuchaba con los ojos muy abiertos y su mano se cerraba con fuerza sobre su boca, haciendo ruiditos de vez en cuando.
Cuando terminé de contárselo por fin, me sentí como si me hubiese quitado un peso de encima. No me di cuenta de lo bien que se sentía contárselo a alguien más, tener a alguien más que supiera que Liam me amaba lo hacía un poco más real.
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No sé qué somos
Teen FictionApril es una chica de 17 años, que disfruta del verano antes de su último año de instituto. Ella como toda adolescente esta en esa edad en la que un no siempre puede llegar a ser un sí, incluso colarse con carnet falso en una discoteca con sus amiga...