Un coche se detuvo frente a mi casa, y un segundo más tarde, una bocina sonó. Eché un vistazo rápido hacia fuera desde la ventana para ver el coche de Dylam aparcado allí. Puse los ojos en blanco, mientras recordaba la cantidad de veces que le había dicho que no tocara la bocina para avisarme de que había llegado, porque yo le había contado a él como era mi padre en lo referente a los chicos.
Después de un rápido grito diciendo adiós a mis padres, salí por la puerta cogiendo de paso mi macuto de viaje. Me quedaría en casa de Bonnie después de la fiesta de esta noche porque sus padres eran mucho más indulgentes con los toques de queda que los míos.
Salté al interior del coche con entusiasmo. Yo no había estado en una fiesta en años, la última fue en realidad a una de los amigos de Liam a la cual el me llevó. Dylam me sonrió mientras me metía en el coche, mirándome de de arriba a abajo de manera muy obvia.
-¿He pasado la inspección o debería cambiarme? -le pregunté sarcásticamente-.
No me había arreglado demasiado esa noche, pero estaba satisfecha con el resultado. Llevaba unos pantalones negros que acababa de comprarme la última vez que salí con Bonnie de compras, unos mortales par de zapatos de tacón negros y un suéter plateado brillante que dejaba al descubierto mis hombros y hacia juego con un top que llevaba debajo.
Me sonrió.
-Definitivamente pasas la inspección – asintió con entusiasmo - ¿Qué hay acerca de mí? Supongo que también paso, ¡Por supuesto!, yo siempre paso la inspección.
Suspiré.
-Me alegro de que no necesites de mis comentarios para construir tu ya elevado ego así que voy a estar tranquila -le saqué la lengua-
Se rió, dirigiéndose en dirección a la casa de Bonnie, como le había indicado.
-Liam, definitivamente no va a la fiesta, ¿cierto? -le pregunté, mientras aparcábamos en la calle de Bonnie -.
-Te lo prometo -asintió con la cabeza, mirándome seriamente-.
Él sabía que iba a enfadarme con él si estaba mintiendo, así que no creo que me hiciera eso.
Sonreí agradecida y él tocó la bocina. Ella salió de la casa con un falda vaquera y un top negro, su cabello perfectamente recogido en una cola alta. Esboce una amplia sonrisa. Estaba realmente bonita y tendría a todos los chicos que quisiera peleando por ella esta noche.
Dylam silbó mientras ella se dirigía al coche. Le di una palmada en el hombro, mirándole.
-Si intentas algo con mi mejor amiga esta noche, Dylam Cowell, te juro que nunca te volveré a hablar otra vez, y no estoy siendo melodramática -prometí-.
Él hizo una mueca.
-Es mayorcita, puede cuidarse sola – bromeó -.
-Lo digo en serio, hazlo si quieres, pero no esperes volver a verme de nuevo – lo mire entrecerrando los ojos - como su mejor amiga, voy a tener que coger un muñeco de vudú que llamare Dylam.
Trate de no sonreír cuando se echó a reír.
-Bien, supongo que tienes razón – confirmo -no voy a hacer ningún movimiento esta noche.
Cuando Bonnie se deslizó en el asiento trasero del coche. Me giré hacia ella. Estaba prácticamente saltando en su asiento con entusiasmo y en realidad me hizo estar más entusiasmada también.
...
Miré nerviosamente a Dylam mientras entramos en la casa donde se celebraba la fiesta, que como pude comprobar y estaba fuera de control. La gente estaba borracha, tambaleándose, hablando animadamente. Sinceramente, no sabía dónde mirar, porque parecía que cada pared tenía a alguien montándoselo contra ella. Bonnie dio un gritito y me apretó la mano con fuerza.
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No sé qué somos
Teen FictionApril es una chica de 17 años, que disfruta del verano antes de su último año de instituto. Ella como toda adolescente esta en esa edad en la que un no siempre puede llegar a ser un sí, incluso colarse con carnet falso en una discoteca con sus amiga...