Capítulo 47

1.4K 70 13
                                    

-¡Cielo, lo único que tienes que hacer es solicitar tu admisión para la universidad de tus sueños! -demandó Liam mirándome con severidad, usando esa voz de maestro que tenía-.

Suspiré y puse la cabeza entre las manos. Estábamos tendidos en su cama, con mis papeles para la universidad esparcidos por todas partes. Nos encontrábamos justo en medio de una dolorosa conversación sobre cuál universidad escoger.

Y no era una conversación fácil.

Liam estaba seriamente cabreado conmigo. Negué sin mirarlo y enterré la cara en las sábanas.

-No -murmuré-.

Él gimió frustrado.

-¡April por el amor de dios, no hagas esto! Has tenido el corazón en esa universidad desde siempre, tú misma lo dijiste, así que sólo rellena el papel ¿Qué daño puede hacer? -preguntó, envolviendo con un brazo mi cintura y acercándome hacia él-.

Suspiré dramáticamente, simplemente no me estaba escuchando.

¿Qué sentido tenía llenar ese papel si no tenía ninguna certeza de ir, incluso aunque me aceptaran? No había una maldita posibilidad de que lo dejara para irme a Nueva York. Estaba a horas de distancia y no podría estar lejos de él durante tanto tiempo. Casi nunca lo vería; los fines de semana no serían suficientes para mí.

-¿Para que? ¡Ya no quiero ir! Me quiero quedar aquí, así voy a estar más cerca de ti -gemí enterrando la cara en su pecho-.

No quería mirarlo, sabía la cara que pondría en este momento, no quería verlo porque necesitaba mantenerme firme.

Claro que esa universidad había sido importante para mí, pero ahora que lo tenía a él, todo lo demás parecía menos importante. ¿Por qué debería ir y hacerme infeliz a mí misma?

-April, solo rellena el papel para pedir tu admisión, es lo que quieres, después... -comenzó, pero lo interrumpí antes de que pudiera terminar-.

-No- dije -.

Él me acarició suavemente la nuca, su cuerpo tenso. Era evidente que no le gustaba esta conversación tampoco.

-Preciosa, ¿puedes mirarme? -preguntó en voz baja-.

-No - repetí -.

Él se echó a reír.

-¿Y eso por qué? - preguntó divertido -.

Suspiré.

-Porque sé que vas a hacer esa cosa con los ojos y me convencerás de algo que no quiero -me quejé con voz ahogada, aún tenía la cara apretada contra su camiseta-.

-¡Preciosa, solo mírame! no quiero tener esta conversación con la parte superior de tu cabeza -dijo exasperado, tratando de moverme de mi escondite-.

Gemí de frustración y me senté a su lado, de mala gana llevando los ojos hasta su rostro. Tenía justo la expresión que me imaginé.

-Ves, ahí está esa cara. ¡Lo sabía! -dije agitando mi mano en su rostro a manera de ejemplo-.

Me sonrió y ambos nos echamos a reír.

-A veces eres una tonta, Señorita Bloom -bromeó agarrando mi cintura y tirando de mí hacia abajo-.

Ahora estaba tumbada sobre él. Puse los brazos a ambos lados de su cabeza y sonreí.

Era tan increíble, y lo amaba tanto; un pequeño sacrificio en mi educación no era nada considerando lo que podría lograr a cambio, estando con él. Lo había estado pensado durante los últimos dos meses y estaba totalmente segura de que eso era lo que quería. Iría a la universidad local y haría el mismo curso. Claro que echaría de menos a Bonnie con locura, pero podría ver a Tyler todo el tiempo, así que tendría un buen amigo cerca. Y por supuesto lograría ver al hombre de mis sueños todos los días, lo cual era el factor decisivo aquí.

No sé qué somosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora