Cuando desperté a la mañana siguiente no podía dejar de sonreír, estaba radiantemente feliz.
Dylam había sido muy divertido la noche anterior y me había reído hasta que me dio dolor de estómago por algunas de las cosas que hizo o dijo. Realmente era un gran amigo y tenía suerte de tenerlo en mi vida.
Apenas llegamos a la bolera y Liam había llamado Dylam. Me había sentado justo allí, tratando de no escuchar lo que se gritaban por teléfono, pero Liam le gritaba tan fuerte que casi podía oír cada palabra. No podía dejar de reírme de él, sobre todo cuando Dylam apartó el teléfono de su oreja y lo que hizo fue ponerlo sobre la mesa, antes de comenzar a ponerse los zapatos de bolos mientras que Liam seguía vociferando al otro lado del teléfono, ajeno al hecho de que su hermano no estaba escuchándolo.
Él estaba bastante enfadado después de que Dylam me hubiera dado un beso, por lo que pude deducir que ese era el motivo de su rabieta, odiaba la broma demasiado, pero creo que el que besaran a su novia frente a sus narices lo había provocado él.
Había dormido muy bien anoche. Todo iba a salir bien. El plan de Dylam era genial y aunque Liam y yo ahora tendríamos que ser aún más cuidadosos con las personas a nuestro alrededor, por si alguien se daba cuenta o sospechaba el motivo de que fuéramos muy amables el uno con el otro, entonces tendríamos la excusa de que yo estaba en una relación con su hermano.
Perfecto. Eran más de las diez, me tocaba hacer las lista de tareas que Linda me había relatado, a las 12:30, sería una venganza.
Iba a ser un día agradable, podía sentirlo. Cuando hablé con Liam la noche anterior, antes de acostarme, él quería que no me enfadara por tener que hacer las tareas de Linda, o que le mandara un mensaje de texto con un: «Vete a tomar por el culo». Pero Dylam y yo habíamos conseguido pensar algo mejor la noche anterior, así que definitivamente iba a hacer todo lo que Linda me propuso hoy... y disfrutaría haciéndolo además.
Prepare un desayuno rápido antes de ir arriba y guardar mi ropa y el maquillaje para la cena de esa noche y un cambio de ropa para el día siguiente. «Accidentalmente» se me olvidó meter un pijama para esa noche, me gustaría mucho más dormir con una camiseta de Liam en su lugar. Dejé mis cosas en mi habitación.
Ya estaba preparada para ir a casa de Linda.
Cuando llegué a la dirección que me había dado, abrí la boca y miré la gran casa blanca que se alzaba frente a mí. El camino de entrada era tan largo que las piernas me dolían cuando llegué a la puerta principal. Puse una sonrisa en mi cara cuando levanté la mano y presioné el timbre de la puerta dorada de gran tamaño.
Cálmate, April, pon cara de indiferencia, no de que esto es una mierda.
Me reí para mis adentros y luego me mordí el labio, tratando de relajarme. Poco después Linda abrió la puerta con el ceño fruncido en su rostro mientras me miraba con desagrado de la misma manera que siempre lo hacía.
-Bueno, me alegra que hayas venido con ropa vieja, hoy te ensuciarás -dijo ella, sonriendo mientras me hacía un gesto con la mano para que entrara-.
Asentí.
-Entonces, ¿Qué es lo que tengo que hacer exactamente? -le pregunté, rogando para que fueran las cosas que ya me había dicho que iban a ser-.
Ella sonrió maliciosamente.
-Tienes que limpiar algunos de mis zapatos, planchar mi ropa y mi coche es un desastre, tienes que limpiar el interior y el exterior. Después de haber hecho todo eso, puedes limpiar el estiércol de los caballos, en el establo – dijo señalando hacia la parte trasera de la casa -.
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No sé qué somos
Teen FictionApril es una chica de 17 años, que disfruta del verano antes de su último año de instituto. Ella como toda adolescente esta en esa edad en la que un no siempre puede llegar a ser un sí, incluso colarse con carnet falso en una discoteca con sus amiga...