Capítulo 19

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Mis padres dejaron que Tyler se quedara esa noche en casa a dormir. Por supuesto tuvimos que dejar la puerta abierta toda la noche para que pudieran escuchar si algo pasaba, y Tyler tuvo que dormir en el suelo de mi dormitorio donde habíamos creado a base de cojines una pequeña cama, pero confiaban en nosotros, así que estar en la misma habitación era reconfortante. Ellos sabían que éramos sólo amigos y que yo todavía estaba estúpidamente enamorada de Liam.

Por la mañana fuimos en su coche al instituto y yo ignoré el hecho de que habíamos entrado en el aparcamiento al mismo tiempo que la sexy pareja de profesores. Contuve el aliento cuando observe como caminaban hacia el instituto charlando felizmente; obviamente les estaba yendo bien como pareja.

Los ojos de Liam se posaron en mí tan solo una fracción de segundo así que sonreí y fingí que no me importaba. Me devolvió la sonrisa y sujetó la puerta de entrada para que su nueva compañera de cama entrara en el instituto. Mientras caminaba tras ellos, se echó a un lado, sujetando la puerta para mí también.

-Después de usted, señorita Bloom -Sonrió haciendo que mis entrañas se derritieran -.

¡Estúpidas entrañas, ya va siendo hora de que lo superes! Quería abofetearme y maldecirme a mi misma por todavía estar bajo su hechizo cuando él obviamente había seguido adelante hacia algo mejor que yo, bueno, quizá no mejor pero indudablemente más sexy.

-Gracias -murmuré incómoda -.

-¿Crees que podría tener unas palabras contigo antes de clase? -preguntó -.

Tragué con saliva y asentí preguntándome de qué iba todo esto.

-Bien, acompañame a mi despacho -asintió hacia el pasillo -.

Me despedí con la mano de Tyler, prometiendo verle a la hora del almuerzo y seguí a Liam por el pasillo. Intenté no mirar su culo mientras caminábamos, pero fallé en mi objetivo.

Cuando llegamos, abrió la puerta e inmediatamente se fue a su escritorio, buscando en el interior de la pequeña mochila que llevaba con él. Me quede allí, observándolo con curiosidad preguntándome si me iba a preguntar sobre mi cita del sábado. No podía pensar en otra razón para que quisiera hablar conmigo. Durante toda la semana había estado atenta en clase y termine sacando en mi proyecto un sobresaliente por primera vez en Matemáticas gracias a la presentación que Rebeca hizo el viernes, así que no podía querer darme un sermón sobre eso.

Se giró y me sonrió. Intenté desesperadamente no devolverle la sonrisa, pero era tan difícil no sonreírle a ese estúpido.

-¿Has oído que Ed Sheeran va a dar un concierto el mes que viene? -preguntó, mirándome con curiosidad mientras se sentaba en el borde de la mesa -.

Asentí.

-Sí, lo escuché en la radio el domingo -Suspiré con tristeza al volver a pensar en ello de nuevo -.

-¿No conseguiste entradas? -dijo con una sonrisa en su cara cuando me lo preguntó -.

Negué con la cabeza tristemente y dejé que mis hombros cayeran derrotados.

-No, agotadas – comencé a decir - intentamos ganar alguna de la radio porque es un concierto exclusivo, pero no lo conseguimos.

Asintió, mordiéndose el labio inferior, mirándome divertido por algo.

-¿Qué tiene ese chico que te gusta? Quiero decir, su música es muy triste – me dijo -.

Puse los ojos en blanco.

-Si, Liam, recuerdo que no te gusta por lo tanto hay alguna razón para haberme arrastrado aquí lejos de mis amigos o... -dejé la frase en el aire, cruzando mis brazos sobre el pecho -.

No sé qué somosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora