Capítulo 51

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-Estoy tan nervioso que me siento mal - murmuró Liam, sacudiendo la cabeza, agarrando mi mano con fuerza-.

Sonreí y traté de fingir que yo me sentía segura, que todo estaría bien, cuando en realidad sabía que no lo estaría.

Estábamos a punto de decirle a mis padres que él era mi profesor, que estuvimos juntos desde el verano pasado y que nos mudábamos a Nueva York juntos. Esto no iba a terminar bien en absoluto.

-¿Preferirías que hablara con ellos a solas y presentarte mañana? Tal vez esa sería una buena idea -sugerí, haciendo una mueca-.

Tal vez no se volviesen tan locos si no soltamos la bomba de una sola vez. Yo sabía que mi padre estaría furioso por esto. Él estaría enfadado de que hubiera mantenido esto en secreto; estaría incluso más molesto de que Liam fuera mayor, pero iba a estar hirviendo de furia de que fuera mi profesor.

Liam sacudió la cabeza y frunció el ceño.

-No voy a dejarte que hagas eso tú sola -protestó-.

Él asintió con la cabeza hacia la puerta

-Vamos, preciosa. Vamos a hacer esto – me dijo con una sonrisa, pero la alegría no le llego a los ojos -.

Tomé una respiración profunda y metí la llave en la cerradura, abriendo la puerta, sintiendo mi corazón hundirse mientras escuchaba el clic. La TV estaba encendida en el salón, mis padres se estaban riendo de algún programa que estaban viendo. Metí a Liam dentro de la casa conmigo y cerré la puerta silenciosamente detrás de nosotros.

Le sonreí tímidamente antes de ir de puntillas y presionar mis labios en los suyos, besándolo suavemente.

-Te amo, ¿Si ellos me echan puedo quedarme en tu casa? -susurré, mirándolo con esperanza-.

Él sonrió.

-Por supuesto que puedes, es malo de mi parte esperar que te echen, ¿no? - respondió él, guiñándome el ojo-.

Me reí y golpeé su pecho con la palma de mi mano, asintiendo hacia el salón. Él sonrió y me besó en la frente suavemente.

-Te amo – me dijo -.

Cerré los ojos y tomé un par de respiraciones profundas antes de encaminarnos al salón, viendo a mis padres sentados allí viendo TV, acurrucados en el sofá, compartiendo un tazón de palomitas. Mi mamá nos vio primero. Ella sonrió feliz, pero luego sus ojos se fijaron en Liam que estaba de pie ligeramente detrás de mí, todavía sosteniendo mi mano en un agarre feroz. Su sonrisa se convirtió más en una educada expresión perpleja mientras lo miraba con curiosidad, como si tratara de averiguar si ella lo conocía de algo.

-Esto.... hola chicos -murmuré, notando cómo mi voz temblaba con los nervios mientras hablaba -.

Mi padre, entonces, levantó la vista del televisor y frunció el ceño, su expresión comenzó a convertirse en el policía malo que ocurria cada vez que conocía a un chico y lo traía a casa para conocerlos.

-Hola, April - respondió él, su voz tensa, con los ojos fijos en Liam -.

Yo estaba nerviosa. Muy nerviosa.

-Asi que.... bueno, tengo a alguien que quiero presentarles -empecé, sin saber cómo iba a poner en marcha esta conversación - Este es Liam Cowell -Tiré de él un poco hacia delante, asintiendo en su dirección -Liam, estos son mis padres.

Liam sonrió y dio un paso adelante con la mano extendida. Mis padres se levantaron, también, los ojos de mi madre parpadeando preocupados hacia mi padre. Ella evidentemente sabía cómo era él también, en estas situaciones.

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