Capítulo 14

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Lo primero que se me pasó por la cabeza al despertar fue que tenía que dejar de estar afectada por Liam, aquella situación no me hacía ningún bien y en cualquier momento iba a dejarme llevar por mis impulsos y terminar desquiciada. Debía sacar algo positivo de todo aquello, después de todo, nosotros no nos habíamos comprometido en una relación a largo plazo.

Bueno. Sobre todo en lo que a él respecta. 

La noche anterior después de ver a Tyler llorar por su madre, me había sentido tan estúpida por dejar que mis emociones dependieran tanto por algo tan trivial como una ruptura. Eso sí era verdadero dolor, eso era algo que afectaba de una forma irrevocable, no una relación que apenas había comenzado.

No había nada que yo pudiese arreglar con Liam, estaba claro que me encantaría tenerlo otra vez besándome y rodeando con sus fuertes brazos mi cuerpo. Estaría mintiendo si dijese que no quería que él me dijese que estaba equivocado y que podíamos estar juntos. Si las cosas hubieran continuado como iban, podría decir que habría sido el amor de mi vida, pero ahora... ahora... solo...  había terminado y necesitaba dejar de estar tan obsesionada con ello.

Sería difícil viendo su rostro cada día, pero necesitaba intentarlo y distanciarme de él un poco. De ese modo quizás con un poco de suerte comenzaría a verle sólo como mi profesor de matemáticas.

...

Cuando Bonnie aparcó su coche el lunes por la mañana en los aparcamientos del instituto, me sentía mucho más positiva de lo que lo había estado la semana pasada. Los castigos en la hora del almuerzo había terminado, por fin, así que era solo su clase de matemáticas lo que debía superar, pero aun así decidí centrarme en el trabajo en vez de estar imaginando futuros alternativos con él. 

El aniversario de la muerte de la madre de Tyler dio a la situación un nuevo punto de vista que me hizo darme cuenta de lo pequeño que eran mis problemas.

Seguí a Bonnie hacía nuestras taquillas, donde cogimos los libros de la mañana. De la nada alguien me agarró desde atrás. Mi corazón se contrajo y chillé del susto saltando en el aire. Me giré y vi a Tyler riendo.

-¡Oye tu! -murmuré, golpeándole en el hombro con mi cuaderno -.

Él sonrió y me rodeó los hombros con su brazo. Tal y como solía hacerlo y a mi me encantaba. 

-Lo siento, no he podido resistirme -admitió torciendo una bonita sonrisa-.

Eché una ojeada a sus pies para ver si llevaba sus nuevas zapatillas que habíamos elegido ayer.

-¿Te quedan bien? -pregunté señalándolas-.

Ayer había sido un buen día. Era tan fácil tener a Tyler alrededor, y aunque desperté junto a él por la mañana, eso no nos había hecho sentirnos nada incómodos. Deseé poder sentir algo más por él, pero no lo hacía. No había ninguna chispa. Yo quería de verdad a Tyler, pero no de ese modo, no como una novia debería haberlo. Ni si quiera estaba segura de haberlo hecho antes. Pensé que le amaba así en aquel entonces, pero después de estar con Liam y saber qué se siente al estar en ese tipo de relación, hacía que lo que Tyler y yo tuvimos fuese algo inmaduro y sólo un poco de diversión.

Él asintió.

-Sí -confirmó -Tengo entrenamiento después de clase esta semana, pero puedo programar las clases el miércoles y el jueves.

-Perfecto – sonreí -.

El timbre sonó y él se apartó de mí.

-Chicas os veo después -dijo mientras se dirigía en la dirección opuesta a donde era la primera clase de Bonnie y mía -.

No sé qué somosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora