CLOE
Erik me había fallado? Era la pregunta que me repetía desde aquel día que nos cruzamos en el portal con Lola.
Recuerdo cada palabra... «¡Uy, Erik! Tienes que pasar a recoger tu camiseta, la que te dejaste en mi casa». La víbora derrumbó toda la magia que nos rodeaba desde que nos conocimos. Nuestra relación era como un castillo de arena, ese que trabajas día a día para que, de pronto, llegue una feroz ola y lo destruya, llevándose consigo cada hora de confianza, cada minuto de sonrisas, cada segundo de ilusión. No pensaba en lo físico, en lo que sentía por Erik con su cautivadora mirada, su simple roce que electrizaba mi cuerpo, nuestro primer beso, ese beso perfecto que recordaré toda mi vida; también pensaba en lo emocional. Yo sentía que perdía al único ser desconocido en el que tenía la confianza de contarle mis miedos, ese amigo que llegaba a tu vida por casualidad y deseabas que no se marchase nunca, me hacía feliz con solo saber que podía escribirle y a los pocos minutos me respondía con sus geniales ocurrencias. Le di detalles de mi relación con Lola y sus estrategias para manipularme durante años, le desvelé mis tristezas de cuando me ignoraron en el instituto y mi terrible falta de autoestima.
Rompí la norma básica fundamental número uno: «No confíes ciegamente». Eso había hecho con Erik y es que cuando el corazón manda, la cabeza no piensa. No volví a hablar con él a pesar de que no había dejado de llamar y mandar mensajes ni un solo día. No sabía qué decir, «¿tendría alguna justificación?» Quizás el tiempo nos vuelva a unir. Estaba tan segura de ello y la casualidad nuevamente deambulaba muy cerca.
Iba de camino a Vigo y la verdad, tenía miedo...
Todos los años mi familia y yo veraneamos en esa ciudad, vamos a una playa que se llama Canido, una fantástica extensión de arena blanca y gélidas aguas cristalinas. El lugar perfecto para que mis padres desconectaran del trabajo incansable, de meses con interminables turnos y tragedias acumuladas en la pandemia. Hacía seis meses empezó esta desgracia llamada Covid; durante muchos días les había visto llorar de desesperación y sufrir ante tantas pérdidas, viéndose en ocasiones incapaces de mantenerse en pie, pero su espíritu de lucha era admirable y siempre terminaban mostrando su mejor sonrisa.
Mis padres se conocieron en el hospital; mi madre acababa de terminar el máster de especialización en medicina de Urgencias y Emergencias y había obtenido plaza fija en el CHUAC. Mi padre consiguió su plaza como Jefe de Enfermería dos años antes que ella. En un cambio de guardia coincidieron por casualidad y, tras una fuerte discusión por la asignación de responsabilidades del turno, saltaron las chispas. Se picaban mutuamente, había una mezcla de amor-odio inexplicable y no saben en qué momento ocurrió, pero se enamoraron. A partir de ahí, no se separaron jamás; los unió una química incomprensible desde que sus miradas se cruzaron por primera vez. Los colegas de mi madre se reían, porque se había fijado en un enfermero, pero ella siempre decía: «¿qué podemos hacer los médicos sin nuestra mano derecha? Ellos son tan necesarios como nosotros. Y sí, me enamoré de una persona, no me importa su profesión ¿cuál es el problema? El clasismo es una mierda».
Mi madre era una mujer sencilla, no le iban los comentarios elitistas y amaba a mi padre a rabiar. Mi padre siempre era el alma de las fiestas, muy atractivo y hablador, enamoraba a todo el mundo con sus discursos de la vida, pero él se fijó en esos ojos bicolores nerviosos que le retaron aquel día en esa discusión. Supo en ese instante que sus almas solo se separarían al final del camino de la vida. «Una historia de novela romántica que yo deseaba con todas mis ansias repetir».
Erik vivía en una casa que estaba justo allí, en la Playa del Vao, al lado de Canido. En varias videollamadas me enseñó las vistas desde su habitación. Un espectacular chalé a orillas de las Rías Baixas, un paraíso privilegiado al alcance de muy pocos. Tenía pánico de encontrarme con él, pero por un momento fantaseé con la idea de que ocurriese.
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Mis días de adolescente. Amar. I (Publicado en físico)
RomancePrimera parte de la trilogía MDDA. (Completa). Publicada en físico en Amazon el 15/4/21. Cloe vive la peor etapa de su vida, la ingenua adolescencia. Nada le ilusionaba hasta que lo conoció a él... Así por casualidad y sin esperarlo apareció en su...