7. Los milagros existen

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CLOE


"Milagro en la celda 7". La película más triste, tierna y a la vez injusta que había visto nunca. Era un torbellino de emociones, lloré demasiado. Sufrí con Memo y el amor incondicional por su pequeña y me enternecí con Ova, por su lucha inocente y natural por su maravilloso padre. Era muy sentimental y estas películas me deprimían y, a la vez, me enseñaban a valorar cada minuto de mi existencia.

Me levanté de la cama y me vi en el espejo. Solté un sollozo seguido de una suave sonrisa al ver mi nariz rojísima y mis ojos inyectados en sangre. «Joder, Cloe, sí que eres sentimental». Me reñí al verme, ¡cómo me afectaban las cosas!

Volví a la cama y seguí con mi repertorio de tristeza.

"Antes de ti". Cuarta vez que la veía, y el sueño me invadió... Me desperté sin saber qué hora era. El televisor retumbaba con el volumen en alto de la televenta. «¡Llama ya ¿Quién veía la televenta en la madrugada? ¿O era de mañana?

Cogí el teléfono, eran las 07:30 y, al ver una notificación, sentí emoción y a la vez angustia. El corazón se me iba a salir del pecho y, cuando leí, casi me desmayé. Como si de un milagro se tratara...

¡ERIK LE HABÍA DADO ME GUSTA Y HABÍA COMENTADO MI FOTO! «Yujuuuuuuuu».

Mi corazón palpitaba a la velocidad de la luz. A ver... era un simple emoji con ojitos de corazón, pero mi sensación era indescriptible. Realmente era una tontería, pero que un chico tan guapo se fijara en mi simple foto, era lo más emocionante que me había pasado en la vida. Di saltitos por la habitación y me abracé a mí misma. Ese chico me alegró la mañana. No me lo pensé dos veces y escribí a Lola.

LOOLAA, EL GUAPÍSIMO LE DIO ME GUSTA Y COMENTÓ LA FOTO.

Dos horas después...

Ah, me alegro...

¿Eso era todo lo que me iba a decir? Le insistí:

Me alegro ¿¿y ya??

¿Qué más quieres que te diga?

Joder, no sé tía.

Lola estaba demasiado rara últimamente. No sé si era por sus padres, que siempre estaban a la gresca, o qué, pero no era normal en ella ser así de dura e indiferente conmigo...

Mira, no sé Lola, da igual.

Cloe, estás demasiado pesada; déjate de tanta tontería y no te ilusiones, te dejará de seguir...

Vale...

¿Qué cojones le pasaba? Si iba a ponerse así, mejor que ni me hablara.

Conocía a Lola desde cuarto de primaria, había sido mi única y mejor amiga. Éramos vecinas y, aunque ella repitió tercero de la ESO, siempre habíamos estado muy unidas. Juntas desde niñas en los trayectos al cole y al instituto, juntas cuando huía a mi casa para no presenciar las peleas de sus padres, juntas cuando nos desarrollamos.

Recuerdo que me vino la regla con once años y justo estaba en el patio del cole. Yo estaba preparadísima para ese momento, mis padres me habían dado una perfecta clase teórica de ese instante tan importante de mi vida. Pero la práctica superaba la ficción. Para lo que no estaba preparada era para tener un gran círculo de sangre en el culo que gritara a los cuatro vientos «A Cloe le vino la regla». La actuación de Lola fue espectacular y a tiempo para evitar hacer el ridículo de mi vida. A Lola le vino a los doce años y, con mi experiencia, se puso compresas día y noche desde ese momento. Hasta que un buen día le bajó sin llevarse ningún susto.

Este año no estábamos en el mismo curso, pero compartíamos algún rato en el patio y las idas y venidas de casa. No lograba comprender qué le pasaba, sentía que algo no iba bien. No era la misma persona a la que le contaba todo, sin importar las veces que se lo repitiera. Quizás podía entender que no nos pareciéramos mucho; ella era demasiado directa, yo, un poco más cautelosa con lo que decía, (menos cuando me enfadaba, ahí no me hacía cargo de todo lo que pudiera hacer o decir).

Ella ligaba muchísimo más que yo... Bueno, ella había ligado, yo no.

Lola era muy suelta, sus padres no le ponían horario y hacía un poco lo que le daba la gana. Tenía muchísimos amigos y yo era más tímida, no salía mucho, ni me relacionaba con mucha gente.

Ella era la única que consideraba verdaderamente mi amiga. Conocía sus miedos y secretos y ella... ella también conocía los míos...

 ella también conocía los míos

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Lola. 

Imagen (Viole.franco)

Mis días de adolescente.  Amar. I (Publicado en físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora