ERIK
La madrugada anterior...
Estaba sonando una canción detrás de otra. Ya habían pasado como diez, pero no prestaba atención, no me centraba en nada. El simple hecho de pensar en ella me obligaba a ahogarme en mis sentimientos, y solo quería llorar, porque aunque la gente no lo crea, sí, los chicos también lloramos. Yo la quería, me obsesioné pero, al igual que todas, no quería lo mismo que yo. Creo que había nacido en el siglo equivocado. El amor hoy en día está sobrevalorado.
Mi vida era una puta mierda. Semi confinado y cornudo. «Lo tenía todo». Mi familia era muy pequeña y ¿para qué quería más?
Mi madre... Carla Martín González, era una mujer a la que, por desgracia, llamaba "mamá", y solo porque mi padre me obligaba a no odiarla. Pero, ¿cómo no hacerlo? Esa zorra nunca se preocupó por mí. Lo único bueno que recuerdo es que, gracias a ella, tenía estanterías repletas de libros que me transportaban a otros mundos en los que siempre había felicidad. Cada vez que quería darme un regalo, siempre me enviaba un libro. Me aferré a ellos porque, leyendo, suplía los besos o abrazos que nunca me dio.
Manuel Rivera Martín, mi padre. Lo mejor que tenía en mi vida.
Me venció el sueño recordando entre acordes de esa playlist a mis padres y a Lucía. Esa era mi rutina.
Me desperté sobresaltado, eran las 8:30. Una noche más en la que apenas dormía tres horas. Ya empezaba a ser una costumbre, los ojos hinchados, las ojeras, siempre la misma vida. Pasé toda la noche viendo Instagram; era increíble lo que podía llegar a crecer en las redes con un poco de ejercicio y una simple cara bonita.
En realidad, ahí eran sonrisas falsas, postureo y fingir algo que no eres. ¿Será que alguien cree que puede conocer al amor de su vida por ahí? ¡Ni de coña! Si en persona eran falsas, ahí no me las quería ni imaginar.
No había nadie en casa, seguro que mi padre tenía una reunión y se le había olvidado avisarme. Me estiré hasta relajar todo mi cuerpo y me levanté de la cama, me duché y me puse unos vaqueros negros con una camiseta azul. Bajé a desayunar y me llegó un mensaje de Christian, pero no le hice mucho caso y volví a entrar en Instagram. Me fui al apartado de búsqueda, empecé a bajar... ¡menudos gilipollas desfilaban por aquí...!
Una foto llamó mi atención y pinché en ella.
Era una chica, pero no se le veía la cara. Era una imagen simple, pero especial; estaba recostada con un moño medio deshecho y un libro, que no lograba adivinar cuál era. Parecía diferente, y eso me gustaba, así que la seguí.
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Mis días de adolescente. Amar. I (Publicado en físico)
RomancePrimera parte de la trilogía MDDA. (Completa). Publicada en físico en Amazon el 15/4/21. Cloe vive la peor etapa de su vida, la ingenua adolescencia. Nada le ilusionaba hasta que lo conoció a él... Así por casualidad y sin esperarlo apareció en su...