¿Como se reuniría con él? Era lo que Lucía se preguntaba, no podía ir simplemente a su mansión y pedir que la dejaran entrar para hablar con Marco, sería muy sospechoso. Tenía que hacer las cosas lo más discreta que pudiera.
Despues de almorzar regresó a la oficina de su abuelo, tenía mucho trabajo. Mantener en pie una empresa como tapadera de todos los negocios de la mafia era duro. Así trabajan las 7 grandes familias, con al menos una empresa que le sirviera de cortina sobre su verdadero trabajo. Muchos no llegaban a saber que trabajaban para un mafioso.
-¿Lo has oido? El señor Olivieri ha vuelto a pasarse por el gran bar Rehum, hace tiempo que no lo hacía. -escuchó Lucía decir a una de las pasantes de la empresa.
-Era de esperarse, si ya consiguió mujer pronto tendrían que salir. ¿Como no volver al bar más fino y elegante de la ciudad?
-Si, es una lástima. Pero por lo menos si puedes ir al bar, puedes verlo. -sigue la conversación la primera.
-¡Ahh! si tan solo tuviera suficiente dinero. Entrar a ese bar cuesta mucho.
-Y que lo digas. Estaba tratando de conseguir entradas para la fiesta de mascaras que harán este fin de semana. Tenía la ilusión de conseguir un buen partidos, pero al parecer se reservan el derecho de admisión. ¡Malditos adinerados!
Aquella fue la mejor conversación que pudo haber oído Lucía. Ya tenía una idea de cómo encontrarse con Marco. Tan solo debía planear muy bien las cosas. Un error le podría costar la vida.
Después de salir de la empresa se dirigió rápidamente a la mansión, debía hacer su reserva para asistir.
Los días pasaron, y por fin el fin de semana llegó. Lucía había preparado bien las cosas; compró un vestido azul oscuro ajustado al cuerpo, y consiguió una máscara a juego. Se veía tal como quería, como una mujer sexy, pero a la vez modesta y elegante. Ella iba por negocios.
Quería pasar desapercibida, por lo que decidió llegar en taxi, pero no logró. Quienes se cruzaban con ella la damiraban. Se acomodó la máscara y entró fácilmente.
El lugar estaba inundado por música, muchas personas con mascaras recorrían el lugar. En la pista de baile las luces características de una discoteca alumbraban a quienes bailaban.
Con su mirada empezó a recorrer el lugar, ¿Donde estaria Marcó Olivieri? se preguntaba mientras lo buscaba entre las personas. Después de asegurarse que no estaba en la pista de baile se fijó en la zona VIP del bar, el lugar más privado que se podía encontrar.
Pasó su vista por algunos grupos que se encontraba en sus respectivos balcones, separados por una gran ventana, hasta que por fin lo encontró. Tal y como decían las chicas, estaba con una mujer. Deshacerse de los hombres para hablar con él sería fácil. Pero quitarle a esa chica de encima no lo sería.
Lucía decidió acercarse a la pista de baile que daba frente a donde se encontraba Marco. Por el momento estaría cerca mientras pensaba en cómo deshacerse de la mujer. Para acomodarse a la situación decidió tomarse una copa. La necesitaba. Después de unos minutos parada, decidió revisar de nuevo el lugar, la chica seguía allí, pero esta vez el hombre miraba hacia la pista de baile, justo cerca a donde se encontraba Lucía.
Su mente tan solo le aconsejó que bailará, y así lo hizo. Acmómodo sus pasos al ritmo de la música y se dejó llevar. Su cuerpo se movía seductoramente mientras seguía el baile de otras chicas. Por un momento cerró los ojos y se dejó llevar totalmente.
Los abrió nuevamente, y vio que había captado la atención de Marco, él la miraba fijamente, no había duda, habían conectado miradas, tenía su atención.
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ADN Lazos de sangre
RomanceLucía Lombardo Montes, la bastarda de la familia Lombardo, hermosa e inteligente, con una sola cosa en mente, sobrevivir en el mundo más peligroso que podía conocer, la mafia. Marco Olivieri, el segundo hijo de la familia Olivieri, un hombre frío qu...