—Parece que su relación va mejor de lo que pensaba —habló mientras acomodaba los papeles para devolverselos.
—No me parece gracioso, ¿que dice el contrato? —habló sería, conteniendo sus ganas de levantarse y quitarle los papeles.
—Ten —le dijo entregándoselos.
La muchacha los recibió muy afanosa, quería ver que podría estar escrito en esos papeles. Empezó a revisarlos uno por uno, todo se veía bien, pero tenía acuerdos que jamás habían concordado. En el contrato pedia saber con exactitud el lugar de residencia en el que estaría Lucía cuando se marchará; le prohibía relación alguna con otro hombre, había una clausula en la que eceptuaba lo concerniente al matrimonio, al cual le daba tres meses exactos para terminarlo, de lo contrario él tomaría medidas "drasticas".
Hasta el momento podría decir que no era imposible esas normas, pero el contrato aún seguia; le pedía que al año de dejar la mafia e irse del país, debia volver y trabajar para Marco, ya fuera como asistente, encargada de Marketing o negocios, incluso estaba dispuesto a darle un puesto alto si así lo quería la muchacha. Eso ya no le gustaba a Lucía, aparte que había aclarado muy bien en un párrafo del texto, que él podía ir a visitartarla cuando quisiera a donde estuviera durante ese año, hasta que empezará a trabajar para él.
Lucía no lo sabía, pero ese año que daba de lapso entre su ida y regreso para trabajar con Olivieri, sería muy pesado para Marco, él estaría trabajando muy duro para que Lucía no tuvieraa problemas a su regreso.
Un año era el tiempo mínimo que había podido calcular para lo que quería, sería muy complicado, pero esperaba que diera resultados. Él esperaba ganar su confianza en ese tiempo, de alguna forma ya había hecho planes a futuro, los cuales incluían a Lucía en su estructura. No sabía muy bien por qué, pero la quería a su lado.
—Esta loco —habló Lucía después de leer la mayoría del contrato.—¿Ya leíste todo? —le preguntó curiosa, Xin.
—No, aún me falta una parte.
—Anda, leelo todo y luego hablamos —le pidió con una sonrisa maldadosa en sus labios.
Lucia la miró interrogante, ¿podría haber más cosas que no le iban a gusta?.
Entre párrafos llegó a uno que le pareció ilógico al principio, pero repasando sus encuentros con él pensó que lo hacía para asegurar su asistencia; le pedía acompañarlo a una reunión importante que se llevaría a cabo una semana después del matrimonio, sería a las afueras de la ciudad, cerca a un gran pueblo costero. El fin secreto de ese encuentro era consolidar algunas alianzas, y lo mas importante, obtener piezas de la información que necesitaban. No había necesidad de ponerlo en el contrato, ella iría sin problema, sería una reunión de negocios que era vital en lo que buscaban.
La mujer puso los papeles en sus piernas y se quedó un poco pensativa, no le sonaba para nada la parte de seguir relacionada con Marco después de salir de la familia Lombardo.
—¿Podrías ayudarme a arreglar el contrato?
—Si las partes implicadas no están de acuerdo, deben reunirse para arreglar las partes de discordia, en este caso puedo aconsejarte y darte alguna idea y consejos, pero es mejor que lo arreglen entre ambos.
—Ya veo, era de suponer. Ya hablaré con él. —dijo tomando la bolsita en sus manos para moverla entre sus dedos.
—No me has dicho todo, ¿Verdad? Ese contrato es muy comprometedor, no se ve solo de negocios, osea, ¿por qué quiere mantener contacto contigo después del cumplimiento de los términos base?
Lucia suspiro, para ella era vergonzoso contarle que entre ellos ya habían cruzado ciertas líneas de intimidad, se sentía mal, no eran nada, y aún así ya habían tenido sexo un par de veces.
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ADN Lazos de sangre
RomansLucía Lombardo Montes, la bastarda de la familia Lombardo, hermosa e inteligente, con una sola cosa en mente, sobrevivir en el mundo más peligroso que podía conocer, la mafia. Marco Olivieri, el segundo hijo de la familia Olivieri, un hombre frío qu...