La tarde se hizo presente y Lucía dejó la oficina para volver a la mansión, no sin antes pasar y dejar unos papeles a su abuelo. Su día no fue tan fructífero como esperaba, pensar en el anillo y los problemas que traía su hermanastro no le brindaron el rendimiento necesario para trabajar satisfactoriamente.
Después de unos minutos la muchacha por fin salió de la basta empresa, el cambio de temperatura fue notorio, adentro estaba mas cálido; parecía que lloverá en un rato. Se veía la predominancia de las nubes y como estas empezaban a traer oscuridad. En uno de los tantos edificios que habían por el lado norte de la ciudad se encontraban un grupo de personas, que al mismo tiempo que Lucía se marchaba para la mansión, estaban reunidas recibiendo órdenes.
—Señorita Kamil, ¿esta segura de lo que dice? —preguntó uno de los hombres.
La mujer lo miró despectivamente y cruzó una de sus piernas sobre la otra, daba un aura fría y algo intimidante.
—No del todo —habló sería, no podía negar que lo suyo sólo era una intuición. —pero en esto hay algo raro, él ya no actúa como antes, ademas uno de mis hombres dijo que había visto algo el día que causamos el accidente. ¡Quiero saber que es!
—Ya veo —le contestó el hombre que era uno de sus ayudantes más cercano y confiable. —¿que es exactamente lo que quiere hacer? —volvió a hacer otra pregunta.
—Seguir a uno de sus hombres..a Marcelo, creo que se llama así, según los informes él parece ser quien está encargo de lo que sea que tengan a las afueras de la ciudad.
—Muy bien, pondré a algunos de mis hombres más confiables y capacitados para en esto. —habló el hombre.
—No quiero inconvenientes, solo deben informar sobre lo que investiguen. La discreción es muy importante, Marco no es alguien ordinario como los demás. —habló un poco enojada al final.
—Si señorita, me encargaré que todo salga bien.
El hombre se despidió formalmente de Kamil y salió del lugar; su jefa le había encargado una misión. El lugar quedó en completo silencio, solo ella se encontraba allí; se fijo en las grandes edificaciones que se veían por la ventana, se acercó a esta y admiró la escena, las nubes estaban haciendo que los tonos grises y oscuros prevalecierán, por la hora y el clima parecía que la oscuridad se tragaba a la luz.
—Frías, estas gotas de lluvia deben de ser tan frías como tu corazón... ¿por qué?... ¿Por qué Marco? Jamás me has visto como una mujer, ¡¿por qué debe ser así?! —exclamó furiosa Kamil mientras que con su mano golpeó el vidrio de la ventana.
En medio de sus quejas el sonido del celular que estaba en su bolso sobre un sofá cercano la hizo calmarse.
—¡Aló! —la saludó alegre, quien por la voz seria una mujer.
—¿Que quieres? —le habló cortante Kamil.
—Creo que mejor cambió mi plan de ir a comprar por unas copas. Tu voz grita a leguas que estas furiosa.
Kamil no habló de inmediato, las palabras de la que llamaba amiga sonaron en su cabeza, unas copas la harían desestresar.
—Nos vemos en una hora en la discoteca de mi familia —la citó rápidamente —Ve a la zona VIP, allí estaremos mejor.
—No olvides llevar un buen vestido, eres la mejor —le dijo la muchacha antes de colgar.
—Nos vemos Salomé —se despidió Kamil.
Eran amigas desde hace unos tres años, se habían conocido en una de las reuniones de la mafia que ambas frecuentaban. Salomé llevaba medio año trabajando como sub-gerente en una empresa de la familia de Kamil, así que no se encontraban muy seguido.
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ADN Lazos de sangre
RomanceLucía Lombardo Montes, la bastarda de la familia Lombardo, hermosa e inteligente, con una sola cosa en mente, sobrevivir en el mundo más peligroso que podía conocer, la mafia. Marco Olivieri, el segundo hijo de la familia Olivieri, un hombre frío qu...