Cap 27. Familia.

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—Marco un... —trató de callarlo, pero él fue más rápido.

—Su pare...

—Un compañero de trabajo que me acompañó. —se apresuró a decir la muchacha.

La mujer los vio indagan te, pero creyó lo que le dijo su nieta. Le sonrió al hombre pensando para ella, que su niña estaba tratando de ocultar una simple relación ente ellos.

Marco dio un leve gruñido de desaprobación, pero no dijo más.

La abuela de la muchacha le pidió que entrará también, lo invitó a comer con ellos.

—Espera —la detuvo antes de que entrará, haciendo que ella se volterara para verlo.

El levantó su mano y con su dedo pulgar acarició su mejilla, en sus ojos podía ver que había llorado, se veían un poco hinchados y rojizos.

—¿Esta todo bien? —le preguntó con una voz ronca.

—S-si —le tartamudeo por la sorpresa que le generó la pregunta.

—Bien, sigamos —la ánimo a entrar.

La llegada de Marco al lugar fue tomada de buena manera; Lucía pensó que preguntarían más por él, pero no fue así, lo trataron de una manera normal, de vez en cuando salían preguntas sobre su supuesto trabajo y como les iba con ello, de ahí no pasaban, al parecer no quisieron darle importancia a su relación, quizá por las condiciones en las que se encontraban.

—Bueno, nosotros nos vamos —habló Margaret. —quisiera quedarme más tiempo con Lucía y ustedes, pero dejé a Tom con la niñera, así que debo volver.

—Bien mi niña, espero vernos pronto, y de paso trae a Tom —se despidió la anciana.

—Lucía, quiero hablar contigo nuevamente antes de que te vayas, ¿te parece si nos encontramos mañana? —se dirijio ya a la muchacha.

—Yo... Si, antes del medio día estaría bien. —le habló.

—Me parece bien, cuidate —le dijo abrazándola antes de irse.

La pareja subió al auto y al rato ya habían desaparecido por la curva de la carretera. Eran las cinco de la tarde más o menos, pronto la oscuridad se haría presente, el día estaba despejado pero un poco frío.

Lucía salió un rato con su abuela a dar un pequeño paseo por el lugar, en si irían hasta la casa de una vecina a pedirle algun favor que su abuela no le dijo.

—¿Como has estado? ¿Si te han tratado bien? —habló su abuela, apagando el silencio del lugar.

Lucía no contestó de inmediato, si quería que su abuela estuviera tranquila debía mentirle, y eso era algo que no quería.

—Abuela, no te preocupes por eso. No es como quisiera, pero mirame, ¿acaso no me veo bien? —le dijo la muchacha haciéndolo parecer muy creíble.

—Supongo que si —le dijo su abuela mientras veía la casa a la que se acercaban con cada paso. —No te he preguntado varias cosas por que serían abrir algunas heridas, y no quiero hacerlo, no después que las cosas parecer ir bien. —habló la mujer explk ando el por que de su falta de hablar sobre el pasado.

—Abuela, siempre los tuve presentes en mi corazón: a ti y al abuelo; jamás los olvide, pero las circunstancias no me dejaron regresar hasta ahora —le aclaró.

—Mi niña, quiero que entiendas que lo que más nos importa es tu bienestar y el presente de las cosas; el pasado es pasado y nada de lo que hagamos en este momento podrá remediarlo, si así fuera ya hubiera hecho algo para que esta familia no sufriera como lo hizo. —quiso consolar a su nieta.

ADN Lazos de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora